La batalla por la justicia

La ópera bufa de JOH: de la humillación colectiva al amanecer que se debe construir

Por: Rodolfo Pastor Fasquelle

Me sumaré a sus energías; y en el hogar, en la sociedad o en los negocios públicos, en cualquier aspecto de mi destino, siempre tendré presente mi obligación ineludible de contribuir a la honra de Honduras. (Oración del hondureño, editada) Froylán Turcios

Al final del día, lo culminante puede ser que el Juicio sea una catarsis obligada, y pueda catalizar una más amplia reflexión, honda y colectiva, capaz de generar un nuevo tiempo, absolutamente necesario. Debimos juzgarlo aquí. No importa cuál sea el fallo del jurado, o si nos lo devolvieran para lincharlo aquí. El desengaño general y duradero de la historia recordará a JOH como un reclamado del diablo; que produjo una tormenta perfecta de mierda, sin importarle  ensuciarnos a todos: un mal ladrón, vil ratero, que se irá al infierno rabiando, entregándole papelitos a R. Colon, antes que arrepentirse, y evitando la mirada de los testigos que antes fueran sus amigos. La droga no es el tema y debemos superar la inquina. A mí, lo que más me impresiona es cómo, en medio de la difusión de tanto sucio, se siguen ocultando las verdades trascendentales.

No se trata de menospreciarlo, ni de sobredimensionarlo. Nunca he pensado que fuera tonto, JOH; no dudo de su pregonada fe híbrida (fundamentalista cristiana y judía[1]) ni tampoco de su adicción al Partido Nacional,  que ha destruido, a pulso, con su propia mano. Pero la inteligencia, reducida a la destreza de la astucia, la piedad religiosa y la pasión del partido, aun teniendo algún valor, son cualidades poco confiables si no se acompañan de congruencia y compromiso con la ética pública, y con un sentido de humanidad trascendente,  plena de sabiduría, de las cuales el reo nunca dio señal. Una cosa más, personal, este man, ha querido presentarse políticamente como la quinta esencia del hondureño, y, de ninguna manera lo es. Hay muchos ladrones aquí (algunos por necesidad) y demasiados asesinos, sicarios; y peca menos el que peca por la paga que el que paga por pecar. Pero no es hondureño quien declara que los indios son pendejos; así  piensan los apátridas y los recién llegados, la del hondureño, es el alma bella, noble e inteligente de Froylan. Pero tampoco es el problema.

Hablo de JOH solamente, porque en la coyuntura infame, se ha vuelto ineludible, y dejo testimonio de mi propia experiencia con el personaje.  He escuchado hablar de su carrera supuestamente meteórica, recordando que yo estuve ahí, en la arena política, cuando él se estrenó en 2004 y trascendió a los medios que el desestimó la ley que le prohibía ser diputado, cuando su tía era Magistrada de la Corte Suprema. Como de tantos inconsecuentes politicastros del patio, se supo poco después del cipote malcriado,[2] aunque luego fue secretario del Congreso y mano derecha de Pepe Lobo, en ese entonces presidente del Congreso. No trascendieron sus iniciativas, y nunca entendimos quién era antes de que, como jefe de bancada, temprano, el 28 de junio de 2009, JOH fuera el que primero levantara  su mano para aceptarle a Mel la falsificada renuncia por razones de salud. Nos habían reducido a la impotencia. La red incluía al diputado y al juez y al fiscal, al policía y al militar, al ministro, al alcalde….y al lavador cubierto por los medios.

Después no nos chocó que JOH se volviera pieza clave, estratega e ideólogo de la exitosa campaña para la presidencia 2010 de Pepe Lobo, hombre de más condiciones políticas, menos culpas y mejores condiciones personales, aunque no meto mis manos al fuego. (Y por supuesto, que no es igual una alusión confusa a los Zelaya de la cual se deslindan inmediatamente los fiscales en N.Y. que el claro y sistémico involucramiento del liderazgo del PN, desde hace 20 años como organización criminal, con pruebas cruzadas de muchas más corruptelas en todos los poderes del Estado, y no solo de tráfico de influencias). Aunque aquí, aún no había evidencia en 2009 de que hasta los precandidatos cachurecos conseguían jugosas contribuciones del crimen.

Ni en absoluto sorprendió que JOH alcanzara la presidencia del Congreso en 2010 (aunque trasciende después 2020 que comprando votos con dineros sucios, provenientes del crimen organizado). Porque, la mayoría de nosotros, ni se entera de los oscuros procederes de lo que llaman “Congreso” en Honduras.  Y JOH no necesitó a los gringos para sus primeras grandes movidas, cuando desde la Presidencia del Congreso, con su Vice Lena, sancionó compras sobrevaloradas del Estado, que sobrepasaban periodo de gobierno, por las cuales, la Fiscalía, persiguió a un empresario, sin levantar un dedo contra sus cómplices legislativos a la vista. Porque ¿qué fiscal le iba a imputar algo a JOH después de haberlo nombrado, o quién lo iba a enfrentar en el Congreso, si más de la mitad de los diputados ya financiaban sus campañas con los narcos y no solamente los nacionalistas? Y si además según la imputación de Pandora, tres cuartas partes estaban robando a la luz del día, sin remordimiento, las transferencias que se embolsaban o les servían de financiamiento. Porque muchos hablan de JOH, pero no quieren hablar del sistema y la red, como si les hubieran dicho que calladitos se ven más bonitos. Aquí está la ruina de su delirio, la resaca de su parranda, la hediondez indigesta del otrora todopoderoso juanorlandismo, expuesto como ideología de estado criminal en palabras de Biden, quien estrechaba (smile) la mano de JOH, igual que Pence y D. Trump.

Lo demás es historia reciente y nadie necesita ya reseña. Con dineros de esas corruptelas, con los aportes de la mafia, y con el apoyo diplomático de EUA, además de las casas en Miami y en Taiwán, tantas fincas del ganado más fino, bovino y equino, y de acciones en una infinidad de empresas (antes tenía 700, si bien recuerdo en Banco de Occidente), luego de llenar cuentas en bancos sinvergüenzas, JOH ¡compró el Poder Ejecutivo, nombró a la Corte y controló cínicamente el Congreso! ¡Genial! Aunque también es perfectamente inmoral. Armó la forma perfecta de una dictadura, que aspiraba a perpetuarse por cincuenta años.

Contando con el miedo colectivo universal, JOH estableció un régimen de terror de Estado. Especialmente luego que corrompió por completo a los medios, acorraló a Rosenthal, macaneó en público a Javier P. para humillarlo y lo metió al batallón para neutralizar a sus hermanos, y asesinó a mansalva al que se le escapaba más abajo?: posibles sapos, los periodistas escandalosos y los chingaqueditos.  Pero a veces no se entiende que la lógica es otra. Todos vimos cómo eso sucedía, día con día, y culpamos a sus víctimas como culpamos a las muchachas cuando las violan. Como G. Buesito declaraba tímido, en 2015, que no había pasado nada, que un banco chiquito se había portado mal y lo habían castigado. Otros pensaron para sus adentros que ellos eran panas, socios, y no los molestaría; o que escaparían. Y lo dejaron o le aplaudieron, como hacían los maquiladores; recuerdo a Daniel F., aleteando las manotas, los empresarios que le suplicaban a JOH -en 2017- que masacrara a la gente en la calle, que lo iban a apoyar, como ofrecen hoy apoyo a cambio de que Xiomara mande a reprimir a los ciudadanos que protestan por sus picardías, las de esta elite podrida.

Los colaboradores, este es el problema. Los dictadores son producto antes que capos: JOH no surgió míticamente de las sierras de Lempira; JOH se fabricó en digital; era ya un holograma de luz oscura, una marioneta elaborada por la conspiración corrupta de la clase dominante, en el vacío cobarde (¿por ignorancia o desinformación?) de la ciudadanía de este país. Lo sostuvieron aún después de que ya estaba tronado, a fines de 2017, cuando condenaron al hermano, porque les servía al coconspirador y al socio. Lo dije en 2018. Nadie oyó.

¿Dónde estaban los valientes artistas e intelectuales, científicos y juristas que denunciaron las corruptelas infinitas de este duende, este Tío Conejo, que les robaba las prendas a los dioses para extorsionarlos? ¿Dónde estaban los líderes espirituales de Honduras, con excepciones que se cuentan con una mano, que condenaran a JOH? Si, más bien, lo abrazaban en misa de te deum, y le hacían ritos carismáticos interdenominacionales, en el palacio, donde lo iban a bendecir, profetizando algunos que por divina voluntad iba a estar 50 años en el poder, sin que pasara nada. Ninguno se ha arrepentido. A ninguno le hemos escuchado aún el grito que se le oyó antier al Cachiro: Mas me arrepiento…Como no hemos escuchado a los políticos que se ufanan de puros, y dicen que ellos no, no los hemos escuchado arrepentirse de recibir apoyos de empresarios denunciados.

Y aquí no ha terminado de pasar lo que tiene que pasar, hasta que no veamos este asunto de frente, porque siguen aquí, el Sanedrín redivivo y el COHEP, pidiendo represión, los partiditos corruptos clamando respeto, y los figurines impostores de la política, ufanándose de virtudes, valores (“éticos y morales”) en una cacofonía de poderes figurados. El atajo de fantoches igualitos a JOH, que también se decía salvador y que iba a hacer lo que tuviera que hacer, puede que más cheles o altos, más gruesos o peludos, que se dan baños de pureza, cuando andan robando en la vía pública y a la luz de día, las inexplicables fortunas con que asisten a la pasarela de la sociedad, con trajes finísimos, de oro y seda, pero perfectamente transparentes. Porque no hablo de pecadillos, ni de intimidades en que no soy más santo que otro, sino de delitos públicos contra el bien general, delitos (que , aquí prefieren llamar errores), apenas velados, o de los que hacen alarde y le siguen aplaudiendo. Vengan todos los sinceros, y arrepiéntanse de la cobardía. Forjemos una justicia, de sentido común, refundémosla más allá del morbo y la ojeriza.

Limpiemos este mierdero compas, esta fosa séptica, como dice Donald (el espanto mayor) y procesemos esta vergüenza para superar el chisme, la inquina y el cuento, para llegar a la historia, que es comprensión profunda.  Hay que recordar que hubo una Honduras distinta, antes de los 1970s. Es necesario divulgar la verdad sobre la guerra de Reagan y el Irán Contra de 1982-1984; documentar la historia del narco que penetró a la médula del organismo social en los 80s, desempolvar el Libro de la Verdad del golpe, y escribir el Libro Blanco de la Narcodictadura, cuyas secuelas no superamos aun del todo Difundir e institucionalizar una educación con esos materiales. Mostrar al pueblo la mecánica de la corrupción, que comienza siempre con la concentración de poder en un grupo, que elabora un código para convencer a los demás también, de que los representa, y que debe tomar las decisiones e impedir que ingieran los demás actores, vistos siempre todos como extraños: sospechosos, los otros, partidos, clases, clanes, clicas, círculos; y ese grupo  acaba, finalmente, por secuestrar, a su favor, la ética del poder, su sistema operativo. 

Y no nos conformemos con purgar chivos expiatorios de distintos géneros y pelajes, porque por supuesto, que Rocío T. es una chivita, y el mismo JOH, un cabrón expiatorio. Sino que es  necesario reconstruir el contexto, las redes y las complicidades; entremos a los invernaderos y laboratorios tecno en que se produjo la dictadura y su confusión profunda. Tampoco yo quiero –E- fungir como un Savanarola, aterrorizar a nadie, un Robespierre, un Fidel que llama al paredón, pero hemos de pensar más en estas peligrosas complicidades y los colaboracionistas.  Renunciar al poder que se resguarda en la misa negra y al maniqueísmo. Recordemos que estamos a  mitad del camino, que mejoramos años luz con respecto a la era 2021, y el gobierno ya no es una red de criminales, pero aún hay corruptela y conspiración. Y nadie debe alardear de una pureza inmaculada.

Veamos al futuro, porfa. Hay que recordar, para profundizar y entender; para vivir, para ver hacia adelante y prevenir. Desde el gobierno, hay que suscribir una política de Estado como la Estrategia Nacional Contra la Corrupción, abrazar un gobierno abierto y  participativo como proponía el Poder Ciudadano; reformar el sistema electoral que genera la clase política clientelista. Como ciudadanía, urge exigir a quien sea, que selle la llegada de la CICIH. Catalizar ¿un PACTO Nacional contra la corrupción? Melo.  Hay que volver sobre este momento como efeméride para la Liberación. Y llegar desde esa claridad sabia a un Proceso de Reconciliación, como el que tuvo que escenificarse en Sudáfrica, luego de caer el régimen del Apartheid. Incluso con los culpables dolosos. ¿Estamos listos para eso? Unos tienen mucho que perdonar. A otros, les cuesta enfrentar los traumas; empero, los historiadores y los psicólogos argumentamos que la represión de la memoria, tiene consecuencias peores que la confrontación traumática de sus filos y aristas. Y la venganza no resuelve nada.

Seúl, 1 de marzo de 2024. Día de la Independencia de Corea.


[1] Esa rara coincidencia, que se da entre gentes que se consideran herederas de la condición de escogidos, y que siempre ha producido monstruos

2. Como le llamaba el Presidente del Congreso Profesor Rafael Pineda Ponce

 

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