Por: Arturo Rendón Pineda
“El mentiroso–de no ser un cínico redomado–debiera sentirse indigno al haber traspasado los límites de la confianza de todos”
“El general Augusto Pinochet, violó, torturó, asesinó, robó y mintió. Violó la Constitución que había jurado respetar; puso tanques en la calle para desalentar el atrevimiento de quienes quisieran protestar decretó “terrorismo de Estado”. Fue el mandamás de una dictadura que torturó, asesinó a miles; y mintió cada vez que abrió la boca para referirse a todas estas travesuras de su gobierno”. (Autor desconocido,)
La verticalidad del poder afirma que los hechos no existen si la prensa oficial no los menciona. Decimos esto porque la programación social que se viene observando con la acción de los “desinformadores” pagados para atacar noticias incómodas, son factores psicológicos tan invasivos y poderosos, que muchas personas sectarias creen en estas falsas informaciones abandonan el espíritu crítico llegando a hacerse eco de cualquier cosa. Dejan de vivir en un mundo negativo saturado de negruras para sumergirse en una realidad virtual, o mundo de fantasía.
Imposible convencer a alguien que ha creído tales mentiras a que se alejen de su propia convicción, máxime, si es una convicción sectaria. Lo que les han hecho creer ciertos medios, los hace caer en la trampa y terminan creyéndose la teoría completa, tragándose con ello las mentiras y manipulaciones de que les han hecho objeto. Creada la infraestructura necesaria para manipular la opinión pública y una vez adoctrinadas y engañadas, pierden la oportunidad de recuperar la libertad de interpretar objetivamente los hechos porque los mitómanos no solo engañan, también anulan la conciencia crítica.
Cuando las personas se percatan de que su libertad de expresión y su capacidad para disentir a sido restringida, ya es demasiado tarde. Ante esta alienante práctica a que nos exponemos cotidianamente, urge realizar cambios en nuestra conducta si queremos evitar esa “colisión social” a la que nos conduce el rumbo por el que se nos está llevando. Cerrar los ojos ante esta palpitante realidad, sería irracional, como irracional seria continuar satanizando a conveniencia de intereses partidarios los cambios estructurales que de manera urgente necesita el país, la moralidad de los políticos ya raya en la inmoralidad. No existen pretextos ante la posibilidad de mantenerse fuera de la política porque todo gira en torno a asuntos que atañen al país, ya que lógicamente Inciden en nuestra vida institucional. Todo un tinglado a base de mentiras, evasiones, odio y esquizofrenia conque nos invaden, no solo ponen en peligro nuestra existencia como nación, sino que están manipulando la intimidad de nuestro intelecto con noticias plagadas de mentiras para sustentar falsedades.
Las revoluciones presentes y futuras ya no se libran con balas y explosivos sino que con muy ingeniosas mentiras, Nuestros magos de la prestidigitación no solo sacan conejos del sombrero, también aviones, helicópteros y muchas cosas más…sino que también desaparecen leyes, monedas, billetes y hasta personas, son magos del ilusionismo pagados con nuestros impuestos. Ellos son quienes preparan vistosos escenarios con que nos hacen viajar a mundos de fantasía, preparando escenas plagadas de artilugios conque nos transportan hasta a Dineylandia, viajando por redes (nada que ver con nuestras destruidas carreteras), difundiendo las mágicas realizaciones con que el gobierno pretende engañar a Raymundo y medio mundo y que personas empecinadas en que “este macho es mi mula” entierran la cabeza. Los efectos de estas falacias gubernamentales que muchos están tratado de ignorar por cobardía, por ignorancia o por testarudez, en un momento dado llamarán a sus puertas y explotaran en sus rostros con la certera precisión de una bomba de relojería.
. En nombre de la estabilidad democrática y de la reconciliación nacional, la cúpula liberal y la descarada colusión de algunos diputados Liberales con Nacionalistas, han logrado distorsionar las leyes favoreciendo la impunidad, deslegitimando nuestro sistema de justicia y violentando el estado de derecho en elogio a “la gobernabilidad”, no solo inducen a la impunidad mintiendo, sino que premian el delito estimulando al delincuente a contagiarse con el ejemplo.Nos parece increíble que en plena democracia se esté terminando de concretar la renuncia de nuestra soberanía, la traición a los derechos de los trabajadores y el desmantelamiento de los servicios públicos.
Nos atrevemos a pensar—si es que pensar no es terrorismo…que en el remoto caso de que el delincuente fuera el estado el que viola, roba, tortura y mata usando para ello la mentira, desde la cúpula estará emitiendo una “luz verde” que autoriza a la sociedad a violar, robar, torturar y matar negándolo todo a través de la mentira. En el mismo orden en que desde las alturas del poder se propicia la impunidad para violar la constitución y recompensar el crimen, se estará demostrando que cada uno de estos factores de manipulación psicológica que hemos expuesto—incluida la mitomanía—son patologías aberrantes muy fáciles de diagnosticar.
Por mucho que quemen la Constitución, por mucho que la rompan, por mucho que la mientan—debemos recordar que como el bumerang, (algo así como “la carabina de Ambrosio), “todo “rebota, también la historia se negara a callarse la boca”. Concedemos razón a las personas que afirman:….”Que la delincuencia del poder es la mama de todos los delincuentes”.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
Excelente y muy acertada columna de opinion