Por: Rodolfo Pastor Fasquelle
No es porque Trump piense mal de él ni tenga miedo a salir en la foto con JOH, y caer víctima de esa maldición, que no lo recibe, sino porque lo prohíbe el protocolo. (Nadie lo habia invitado). De todas formas, allá nadie le dio importancia a la visita en una semana malhadada para andar paseando, llena de turbulencias poderosas en Washington. Aun así, a decir de los periódicos y las cadenas aquí, todo fue color de rosa. Y el viaje de Hernández a Washington se justifica en función de los anuncios de nuevos préstamos al gobierno, que pagarán los ciudadanos y de fondos que se destinaran a Honduras a pesar de la objeción legislativa, ve tú a saber con qué fin. Ojala don Juan haya aprovechado para advertir al nuevo tigre de rubia melena que devolvernos a todos los «remeseros» ilegales de la noche a la mañana causaría un colapso. Tendría que haber sido su misión.
Un amigo -de muy pocos, mutuos que tenemos- defiende a JOH. Me asegura que cuando lo reciben los altos funcionarios del gobierno de Trump queda claro que no lo consideran un dictador como nosotros decimos que es. Ese argumento no me convence porque como estoy viejo, soy historiador y curioso, he visto cientos de fotografías no solo de los ministros si no de los propios presidentes estadounidenses estrechando sonrientes las manos de los dictadores que después botaron al basurero, de alrededor del mundo no digamos la región. Varios expresidentes y amigos de EUA hay muertos en desgracia porque, después de la mano, la confianza y la bolsa, los EUA les dieron la espalda y otros tantos ex presidentes de Centroamérica desde Panamá a Guatemala están presos algunos incluso en las propias cárceles de EUA porque así les convino. Es un asunto sencillo y juzgado. Un dictador es un tirano, que abusa de su investidura, porque no acata la ley si no que la dicta y la manipula.
Y entonces no hay escapatoria. Porque, quien acepta dineros por su ejecutoria pública y después enclaustra a sus socios para cerrar el archivo es un tirano, y quien hace promulgar docenas de leyes en vísperas de asumir el papel de ejecutor, está dictando la ley, es un dictador. Quitar y poner jueces ilegalmente para garantizar su cooperación contra los principios elementales de separación y respeto entre los poderes que deben equilibrarse, es tiránico. Y es un dictador el que compra votos en una legislatura para promulgar leyes y elecciones que aseguren su poder personal. Como tirano es quien instrumentaliza el poder militar –instituido para combatir amenazas extranjeras y agresiones externas– y envilece las armas de la milicia contra sus propios conciudadanos.
Abusa de su poder y de nuestra buena fe quien recibe en campaña los fondos de los Ardón y de los Valles, de los Cachiros y otros capos para después ufanarse de perseguirlos. Y es un dictador quien violando todo principio de garantía judicial expropia a sus adversarios de sus bienes, acusándolos de lavar dinero por actos declarados ya legales, mientras que encubre los crímenes de sus amigos, aunque diga que no. Quien hace escarnio de y humilla al que malquiere y justifica sus propios deslices y a sus protegidos. O si no ¿por qué anda libre Tony y no se han dado explicaciones sobre los fondos del Seguro que recibieron doña Hilda y Oscar Álvarez? Y ¿por qué no está presa la dama de las pastillas de harina? o ¿por qué aun ejerce como funcionaria de su partido y de su bancada la señora implicada en tráfico de influencias para la obtención de concesiones prohibidas con el estado? y ¿por qué no se detiene a los autores intelectuales de los asesinatos de los defensores de los derechos y del medio ambiente? O contra simples civiles, como aquel muchacho desarmado al que asesinó la milicia en un callejón, por haberse pasado un retén. ¿Por qué no hay una investigación independiente de los ministros implicados en actos corruptos? ¿Por qué se les permiten a los dignatarios abusos de poder contra sus vecinos? Mientras que impune JOH se burla de la ley haciéndola declarar ilegal para contrariarla.
Solo los tiranos falsifican como este los hechos crudos. No es el caso de Maduro en Venezuela. De Correa en Ecuador. Solo los dictadores manipulan a los medios de comunicación masivos e inducen campañas de desprestigio contra sus críticos y opositores, solo los dictadores extorsionan a los empresarios incumpliéndoles el pago de las obligaciones del estado mientras derrochan fondos públicos en lujos y caprichos. Y es propio exclusivamente de dictadores el acumular poder público a costa de los derechos de los ciudadanos. No que sea único en su género, ni mucho menos que lo puedan juzgar a JOH dignatarios extranjeros como los estadounidenses que, de repente, incurren en abusos semejantes. Sin ni por cerca conseguir los mismos resultados… eficaces.
Pero entonces JOH –a quien se le pueden imputar todos esos extremos– es un dictador, entiéndanlo o no los funcionarios foráneos que se reúnen con él, de una administración que no parece arrancar y no pareciera que va a cumplir sus promesas — retroceder con la prestación universal de servicios de salud, como los países desarrollados, cobrarle a México el Muro con que pretende detener la inmigración, detener la entrada a EUA de los ciudadanos de países cuya religión le disgusta, y nombrar a sus antojo a magistrados mientras lanza falsas acusaciones contra sus predecesores– ninguna. Y que no va a poder desentenderse fácilmente de las complicaciones derivadas de su colaboración con una potencia extranjera para ganar una elección presidencial.
Porque queda claro que el cargo no es el poder. Que el poder está más allá del cargo y se desprende de lo que haces con él. Pero según estas luces y por supuesto que salvando todas las proporciones, cada quien en su ámbito y peso por peso, precisamente porque es un dictador, JOH es más poderoso y eficaz que Trump. JOH desconcierta a sus interlocutores, los hace declamar incoherencias. Trump junta a sus contrarios en su elocuencia. Y este dictador sí que está logrando lo que se propone. Sin que nadie, ni siquiera el Pasha se atreva a pedirle cuentas. Mientras que Trump no da pie con bola. Ahí en Washington, increíble, escandalosamente, no hay gobierno. Aquí, JOH solo va a caer cuando le den la espalda sus socios, se fastidien de temerle sus perseguidos o cuando el pueblo disponga enfrentar su fuego.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
6 respuestas
El ultimo párrafo encierra todo el contenido. Lo único que no dice, es que en la historia de los fraudes de los tiranos, nunca los votos han vencido los fraudes.
Este aristócrata metido a guerrillero sin plomo, escribe así, resentido porque JOH no le da tajada del botín. Si estuviera al interior de la cueva de ladrones, seguramente llenaba de halagos y lisonjas al presidente, como lo hacía cuando su alero MELBURRO le tiraba una migajas. Pobre pendejo sempiterno ignorante, con ínfulas de historiador.
Muy buen análisis, se ve a los narco chachirecos les duele leerlo!
Creo Elmer Indiano… Que usted no conoce a nuestro amigo Rodolfo Pastor … Antes de expresarse así de El, usted debería creo volver a la primaria… Se ve que le hizo falta.
Nada como una buena sarta de insultos para refutar el intelecto del contrario. ¡Su inteligencia lo rebasa! Sopenco…
ya apareció Indiano, ridículo resentido, que se cree mejor que todos, se cree escritor, y tu a quien le vas, lo que ha dicho es la verdad, o es que usted está feliz con joh, será que a usted si le tiran migajas?