La calidad educativa en Honduras

Por: Marlin Óscar Ávila

Las políticas de un sistema educativo se definen por las autoridades correspondientes del poder ejecutivo, encabezado por la presidencia de la república. Todo sistema educativo debe buscar la formación de una conciencia crítica[1] en su ciudadanía, la cual procure su transformación estructural para lograr la mejor calidad de vida de las grandes mayorías.

Es claro que esto no ha venido sucediendo en Honduras, cuando se tienen índices muy elevados de pobreza (74%)[2] y de baja participación ciudadana en las decisiones importantes, un gobierno de control centralizado en el ejecutivo, auto denominado socialista y democrático[3] poder que acaba de ser liberado de la influencia directa de carteles internacionales de la droga, sin embargo, hay informes que persiste su influencia por los carteles constituidos a inicios del dos mil[4]. Las condiciones sociales de un país como Honduras, la narco-actividad es terreno fértil para sus actividades ilícitas.

Desde luego, puede suceder que, con el gobierno actual, con apenas un año de haberse instalado, se está iniciando un plan de reestructuración o “refundación”, que con toda seguridad requeriría otros diez o más años en lograr consolidarse.  La deficiente conciencia crítica en el mismo magisterio, hace ver lo difícil que será refundar el sistema educativo, algo clave para un plan estratégico en esta materia. Los líderes magisteriales tendrían que desprenderse de sus intereses mezquinos para lograr mejorar la calidad educativa nacional.

Dejar de ver la educación como un negocio privado, donde los dueños de escuelas y colegios privados se lucren, particularmente, con titular de centros educativos “bilingües”, pero con un resultado mediocre en la formación de la persona humana.

Una profesora de idioma extranjero de una universidad privada, recientemente me comentaba, el bajo grado de formación académica que tienen los alumnos, incluso en segundo y tercer año de educación terciaria (universitaria). No solamente fracasan tratando de conjugar un verbo en el idioma extranjero, pero en el mismo idioma español. Lo peor es que, los centros de estudio secundario y terciario, privados, solicitan a sus maestros aprobar el pase al grado superior al alumno, aun cuando éste no logra responder ni el 50% de los exámenes académicos de fin de año. La razón de trasfondo es porque, al no pasar al grado superior inmediato, se pierde el pago de la mensualidad o matrícula de los alumnos aplazados, quienes podrían no regresar a estudiar. El colegio o escuela puede no lograr un mínimo de alumnos para justificar su existencia y el negocio caduca.   

El crecimiento del negocio en la educación se viene dando desde que tomó auge la privatización de lo público en los noventas. Cuando se establecieron las comisiones técnicas para procesar las políticas neo liberales y convertir todo servicio público rentable en privado. De ahí aparecen los peajes, que privatizaron nuestras carreteras, los servicios de distribución de agua (Aguas de San Pedro y otras empresas que existen hasta a nivel de barrio y colonia. Están las empresas que embazan el agua, muchas escuelas y universidades, clínicas para cualquier servicio de salud, los servicios telefónicos, hoy en un oligopolio, etc.), cualquier servicio público que puede ser rentable, se privatiza, elevando sus costos y devaluando la calidad del producto. Hay generaciones completas que ven normal la compra del agua dulce y, no será sorpresa, cuando nos vendan tanques del aire que respiramos.

Es de reconocer que el actual gobierno, a diferencia de los anteriores, ha estado   haciendo esfuerzos por mejorar la educación de nuestra ciudadanía. El 2022, el presupuesto de la Secretaría de Educación del país aumentó 2,000 millones y subió a 35,553 millones de lempiras, un equivalente a un 4% del PIB; este nuevo año aumenta unos seis mil millones de lempiras para la educación, para completar los 41,553 millones de lempiras. Sin embargo, sabemos que no solamente se trata de la disponibilidad de fondos, aunque eso sea importante. Por ejemplo, en los concursos para direcciones departamentales se han denunciado múltiples irregularidades, lo cual exige una investigación imparcial, para ver hasta dónde se ha cumplido con el Estatuto del Docente.

Quienes estudiamos magisterio en los sesentas y setentas, nos sorprendemos cuando descubrimos lo mal que esta la educación actual. Por ejemplo, las maestras y los maestros que egresaron de la Normal de Villa Ahumada y de la ENVCA, en Comayagua, son promociones que, probablemente, no volverán a suceder, con esa alta calidad educativa, técnica y reconocida ética. En nuestra memoria quedaron grabados los nombres de algunos mentores como ser: Longino Becerra, Baltazar Brizuelas, Vilma Pacheco, además de la profesora de generaciones, Amanda Aguiluz, en la ciudad de Comayagua, de muy alta calidad y excelente ser humano, a ella vallan los honores y felicitaciones por cumplir 105 años, este lunes 30 de enero.

En todo caso, las esperanzas es que aun queden pedagogos dispuestos a seguir luchando por instaurar una educación liberadora y constructora de la nueva sociedad democrática y socialista que merecen nuestras futuras generaciones.


[1] https://www.educarchile.cl/fomentando-el-pensamiento-critico

[2] https://www.swissinfo.ch/spa/honduras-pobreza_alto-nivel-de-informalidad-y-bajo-crecimiento-mantienen-pobreza-en-honduras/47919544

[3] Ver comunicado de la Secretaría de la Presidencia del 13 de enero de 2023, sobre el cumplimiento de metas.

[4] Agencia de noticias INFOBAE https://www.infobae.com/tag/narcotrafico-en-honduras/

  • Marlín Óscar Ávila
    Graduado en Estudios para el desarrollo graduado en EE UU e Inglaterra. Gerencia de ONGs europeas y estadounidenses. Tres años fungió como alto funcionario de la cooperación canadiense para Centroamérica. autor@criterio.hn

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