Tegucigalpa.- La falta de oportunidades de empleo, la inseguridad, y la pobreza siguen afectando a los jóvenes en Honduras y un reciente estudio de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO-Honduras) en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) presentaron una encuesta sobre la juventud, empleo y migración en los tiempos de COVID-19 en el Valle de Sula, departamento de Cortés al norte del país.
Según el estudio el 26 % de la población joven en San Pedro Sula, no trabaja ni estudia y esa falta de oportunidades provoca que miles de jóvenes formen parte de la migración irregular.
El economista Rafael Delgado, manifestó que este estudio no es una novedad, pero que sirve para recordar la difícil situación que atraviesa la población joven de Honduras y que no ven esperanzas en su país, provocando la migración irregular.
Además, Delgado expresó que hace bastante tiempo se ha insistido que el gobierno debería tener una política de empleo verdadera, tratando de trabajar en un sistema educativo nacional que concuerde con las necesidades del mercado laboral.
El economista agregó que en el país se ha abandonado la educación secundaria, que es donde se debería preparar a los jóvenes para el mercado laboral y no se ha diversificado la educación secundaria, y tampoco se ha preparado a los jóvenes de 15 a 17 años para que, si no desean ir a la universidad, puedan integrarse al mercado laboral de forma efectiva.
Delgado también señaló que este porcentaje de la población que no estudia ni trabaja, son definitivamente candidatos para incorporarse a las caravanas y abandonar el país, porque no solamente no trabajan en este momento, sino que tampoco hay expectativas concretas para que en el futuro también lo tengan.
“La desesperanza crece en este sector importante de la población hondureña”, lamentó Delgado.
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Por último, el economista no descartó que esa falta de oportunidades, sea uno de los motivos que han convertido a San Pedro Sula, en una de las ciudades más peligrosas del mundo en los últimos años.
Un estudio publicado por el Banco Mundial (BM) en enero de 2016 establece que Honduras cuenta con al menos 500 mil “ninis” — un término que deriva de la frase “ni estudia ni trabaja”— siendo la tasa más alta en América Latina.
Para esa fecha los ninis en Latinoamérica oscilaban entre 15 y 24 años y eran aproximadamente 20 millones, de los cuales dos tercios son mujeres. Con la pandemia esos números debe haber aumentado considerablemente porque esta ha creado mayor desempleo y las oportunidades de estudio para los jóvenes han disminuido debido a la falta de recursos económicos y a la falta de tecnología educativa.
El informe, NiNis en América Latina: 20 millones de jóvenes en busca de oportunidades, reveló que los ninis de América Latina, que representan uno de cada cinco jóvenes en la región, necesitan mayores incentivos para permanecer en la escuela y más ayuda para encontrar puestos de trabajo. Solo entonces podrá la región aprovechar por completo sus posibilidades de desarrollo económico y reducción de la pobreza.
