Tegucigalpa.- El Departamento de Justicia (DOJ) de los Estados Unidos calificó al expresidente Juan Orlando Hernández como una “figura central en una de las conspiraciones de tráfico de cocaína más grandes y violentas del mundo”.
La declaración fue realizada luego que el exmandatario fue extraditado a Estados Unidos acusado por tres delitos relacionados al tráfico de 500 mil kilogramos de cocaína, tráfico de armas y conspiración para usar dispositivos destructivos.
Juan Orlando Hernández hará su comparecencia inicial mañana, 22 de abril, ante el juez magistrado Stewart D. Aaron en la corte federal de Nueva York.
De acuerdo con investigaciones del Departamento de Justicia, el expresidente hondureño de dos periodos participó desde al menos 2004 hasta e incluyendo alrededor de 2022 en una conspiración corrupta y violenta de narcotráfico para facilitar la importación de cientos de miles de kilogramos de cocaína a los Estados Unidos.
A través de un comunicado, establecieron que Hernández supuestamente recibió millones de dólares para usar su cargo público, las fuerzas del orden público y el ejército para apoyar a las organizaciones narcotraficantes en Honduras, México y otros lugares.
“El Departamento de Justicia está comprometido a interrumpir todo el ecosistema de las redes de tráfico de drogas que dañan al pueblo estadounidense, sin importar cuán lejos o cuán alto debamos llegar”, dijo el fiscal general Merrick B. Garland
“Juan Orlando Hernández, el reciente expresidente de Honduras, supuestamente se asoció con algunos de los narcotraficantes más prolíficos del mundo para construir un imperio corrupto y brutalmente violento basado en el tráfico ilegal de toneladas de cocaína a los Estados Unidos”, dijo el fiscal federal Damian Williams para el Distrito Sur de Nueva York.
“Se presume que Hernández usó sus vastos poderes políticos para proteger y ayudar a los narcotraficantes y líderes de cárteles, alertándolos sobre posibles incautaciones y sancionando la violencia fuertemente armada para apoyar su tráfico de drogas”, apuntó Williams.
Por su parte, la titular de la Administración para el Control de Drogas, Anne Milgram, declaró que “la extradición de hoy muestra claramente que la DEA no se detendrá ante nada para perseguir a los actores políticos más poderosos que participan en el tráfico de drogas, la violencia y la corrupción”.
La investigación de la DEA, que abarcó varios años, reveló que Juan Orlando Hernández, “fue una figura central en una de las conspiraciones de tráfico de cocaína más grandes y violentas en el mundo”.
Además, “usó las ganancias del narcotráfico para financiar su ascenso político y, una vez elegido presidente, aprovechó los recursos policiales, militares y financieros del Gobierno de Honduras para promover su plan de narcotráfico”.
Milgram afirmó que “este caso debería enviar un mensaje, a todos los líderes políticos del mundo que comercian con posiciones de influencia para fomentar el crimen organizado transnacional. La DEA no se detendrá ante nada para investigar estos casos y desmantelar las organizaciones de narcotraficantes que amenazan la seguridad y la salud de la población estadounidense”.
NEXOS AL NARCOTRÁFICO MIENTRAS ASCENDÍA EN LA POLÍTICA
De acuerdo a la acusación, Hernández protegió a algunos de los narcotraficantes más grandes del mundo, incluido su hermano y ex miembro del Congreso Nacional de Honduras, Juan Antonio Hernández Alvarado (Hernández Alvarado), alias Tony Hernández, de la investigación, el arresto y la extradición.
Afirmaron que él proporcionó información confidencial militar y policial a los traficantes de drogas para ayudarlos a transportar toneladas de cocaína a través de Honduras con destino a los Estados Unidos. Además, habría ordenado a miembros fuertemente armados de la Policía Nacional de Honduras y del ejército hondureño que protegieran los cargamentos de drogas mientras transitaban por Honduras; y autorizo el uso de violencia brutal.
Como congresista, luego presidente del Congreso Nacional de Honduras y finalmente presidente de Honduras durante dos mandatos, Hernández supuestamente recibió millones de dólares en ganancias de la cocaína que usó para enriquecerse, financiar sus campañas políticas y cometer fraude electoral mientras el pueblo de Honduras soportó condiciones de pobreza y violencia desenfrenada.
Desde al menos 2004, según el Departamento de Justicia, las organizaciones narcotraficantes en Honduras trabajaron para recibir toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde, entre otros lugares, Colombia y Venezuela, a través de rutas marítimas y aéreas. Estas organizaciones transportaron posteriormente la cocaína hacia el oeste de Honduras con destino a la frontera con Guatemala y, finalmente, al norte de los Estados Unidos.
Durante este tiempo, los miembros de esta conspiración transportaron más de 500.000 kilogramos de cocaína a través de Honduras y hacia los Estados Unidos, alegan las autoridades estadounidenses.
De igual forma, para garantizar la seguridad de los envíos masivos de cocaína en su paso por Honduras, las organizaciones narcotraficantes más grandes de la región obtuvieron el apoyo y la protección directa de ciertos funcionarios públicos hondureños prominentes, incluido Hernández. A cambio, estos traficantes pagaron millones de dólares en sobornos a Hernández y otros funcionarios públicos.
LÍNEA DE TIEMPO SEGÚN EL DEPARTAMENTO DE JUSTICIA
De acuerdo al Departamento de Justicia, siendo congresista y luego presidente de Honduras, Hernández se asoció con el exlíder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Guzmán Loera, alias El Chapo, entre otros.
En 2013, mientras Hernández hacía campaña para convertirse en presidente de Honduras, aceptó aproximadamente US $1 millón en ganancias del narcotraficante Guzman Loera. Juan Orlando Hernández envió a su hermano “Tony” Hernández y un socio, armados con ametralladoras, a cobrar dicho soborno de Guzmán Loera. A cambio, Hernández prometió seguir protegiendo las actividades de narcotráfico del Cártel de Sinaloa en Honduras.
Entre 2013 y 2014, Hernández se asoció con el traficante de cocaína hondureño a gran escala, Geovanny Fuentes Ramírez. En múltiples reuniones en las que ambos participaron, Fuentes Ramírez habría sobornado a Hernández a cambio de protección y seguridad para sus actividades ilícitas.
Juan Hernández habría indicado a Fuentes Ramírez que deseaba que este último se asociará con su hermano Antonio Hernández Alvarado, quien manejaba actividades de narcotráfico en Honduras, a la vez que afirmaba que iba a “meterles la droga por las narices a los gringos”.
Pero la asociación con Guzmán Loera y Fuentes Ramírez, no fue la única que habría cultivado JOH, otros narcotraficantes prolíficos en Honduras y Guatemala proporcionaron a Juan Orlando Hernández sobornos provenientes de las ganancias de las drogas para apoyar su carrera política a cambio de la protección y la colaboración de Hernández.
Estos sobornos habrían sido usados, de acuerdo al Departamento de Justicia, para asegurar su continuo ascenso en la política hondureña, incluida su elección como presidente en 2013 y 2017. Sobre estas elecciones, el documento afirma que Hernández habría dirigido a los miembros de esta conspiración para sobornar a políticos y funcionarios electorales con ganancias de las drogas para asegurar el gane presidencial de JOH.
En 2018, su hermano “Tony” Hernández Alvarado fue acusado por el Distrito Sur de Nueva York por su participación en dicha conspiración y posteriormente fue condenado después del juicio del 18 de octubre de 2019.
Mientras el caso de su hermano estaba pendiente, Hernández continuó coordinando de cerca con traficantes a gran escala, incluido Fuentes Ramírez, quienes continuaron pagando sobornos a Hernández para obtener protección.
Durante este mismo juicio, se introdujeron como evidencia registros de drogas pertenecientes a otro exnarcotraficante hondureño y cómplice, mencionado en la acusación formal como “CC-2” [Nery Orlando López Sanabria o Magdaleno Meza*, que reflejaban pagos a los hermanos Hernández Alvarado.
Aproximadamente una semana después de la condena de Juan Antonio “Tony” Hernández Alvarado, presos armados con machetes y un arma de fuego asesinaron a CC-2 en una prisión de Honduras para evitar la posible cooperación de CC-2 contra Juan Orlando Hernández, entre otros.
El 27 de enero de 2022, mientras ascendía a la presidencia de Honduras, Xiomara Castro, Juan Orlando Hernández era acusado y se emitió una orden de arresto en su contra. El 15 de febrero de 2022, Hernández fue arrestado y detenido por las autoridades hondureñas a pedido de los Estados Unidos.
Posteriormente, Estados Unidos presentó una solicitud formal de extradición, que fue concedida por el juez de instrucción de Honduras. Hernández apeló la decisión de extradición ante la Corte Suprema de Justicia de Honduras. El 28 de marzo, la Corte Suprema de Honduras rechazó su apelación.
El 6 de abril, el Tribunal Ad Hoc de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de Honduras determinó que la apelación final de Hernández era inadmisible. El 13 de abril, el Gobierno de Honduras certificó la finalización de los procedimientos de extradición de conformidad con las órdenes judiciales anteriores, lo que resultó en la entrega de Hernández a los Estados Unidos el 21 de abril.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas