Por: Redacción CRITERIO
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Tegucigalpa.-Los resultados del análisis de 13 casos demuestran cómo las élites latinoamericanas acaparan el poder para minar los procesos democráticos y elaborar políticas públicas que favorecen a sus intereses a costa de los del resto de la población.
Oxfam, en alianza con el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), presenta hoy un informe de 13 casos que demuestra cómo las élites políticas y económicas manipulan la toma de decisiones de los gobiernos, con el fin de maximizar sus privilegios fiscales por encima de los derechos y beneficios de las mayorías en América Latina y el Caribe, la región más desigual del mundo.
El informe Democracias capturadas: el gobierno de unos pocos analiza también 11 mecanismos con los que las élites ejercen esta influencia sobre los Estados. Lamentablemente, la mayoría de estas prácticas son legales, pero totalmente ilegítimas e incluyen, entre otras, la puerta giratoria, el lobby feroz, el financiamiento partidario, el pago de sobornos y el uso de campañas mediáticas con información manipulada que posicionan los intereses de unos pocos en el debate público, así estos vayan en contra del bienestar de la ciudadanía. Entre los 13 casos que ilustran estos mecanismos de influencia desmedida se cuentan algunos paradigmáticos como el de Odebrecht, que ha desnudado muchas de las prácticas que identifica el informe y que son más comunes de lo que se cree.
Este fenómeno, al que Oxfam denomina como “Captura del Estado” se ve reflejado en el constante bloqueo de iniciativas públicas con potencial redistributivo. Los estudios realizados en varios países entre los que se encuentran El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua o República Dominicana, demuestran que la pobreza se incrementó como resultado de la política fiscal. Las personas más pobres en estos países terminaron siendo no beneficiarias, sino financiadoras del sistema fiscal.
“La política fiscal es la herramienta más poderosa de los Estados para redistribuir la riqueza y luchar contra la desigualdad y, por tanto, reducir la pobreza. Sin embargo, en estos varios países, ésta causó un aumento de la pobreza. Los Estados capturados por las élites no están cumpliendo con su deber de garantizar los derechos de todas las personas por igual. La cultura de privilegios que impera en nuestra región es inaceptable”, señala Rosa Cañete, coordinadora regional del Programa de Lucha contra la Desigualdad y la Captura del Estado de Oxfam en América Latina y el Caribe.
En Democracias capturadas, Oxfam plantea recomendaciones para asegurar democracias de mayor calidad, que no permitan a las élites crear o moldear leyes, políticas e instituciones que facilitan sus privilegios y, por lo tanto, minar una de las reglas fundamentales del sistema democrático: la garantía de igualdad de derechos entre todas las personas.
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“La participación ciudadana, tanto social como política, es clave para asegurar un contrapeso a los intereses de las élites en el debate y la definición de las políticas públicas. Sólo fortaleciendo la democracia y limitando la captura del Estado por las élites se puede reducir la desigualdad. Y sólo reduciendo la desigualdad, asegurando que las políticas públicas no privilegian a una élite, podremos tener más democracia”, añade Cañete.
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