Honduras, su desaparición como nación está más que anunciada

Por: Jaime Flores

No se necesita tener un doctorado en historia universal para saber qué le depara a Honduras en los próximos treinta años o menos, convertida en una nación paria  por sus canibalesca oligarquía,  que se ha dedicado no sólo a devorar a los suyos cual júpiter tonante, sino que a saquear y vender los ya casi extintos recursos naturales a transnacionales.

Afirmó,  Yuval Noah Harari, considerado el intelectual que más libros ha leído en  el mundo, que Honduras desparecería en los próximos 30 años y  de novedoso esta afirmación  tiene muy poco, porque no se necesita ser un gurú para saber el futuro que le depara a esta inviable nación Centroamericana.

De acuerdo a la entrevista del maestro de la universidad Hebrea de Jerusalén, el sistema económico y educativo no cumplen, ni han cumplido con la función que les corresponde; el primero incapaz de producir riqueza y emprendedores y el segundo, incapaz de producir intelectuales a la altura de los desafíos del presente.

Yuval, que ha vendido 15 millones de copias de sus tres libros, no está en lo absoluto equivocado, debido a que el sistema económico se alimenta gracias al trabajo de los miserables en el extranjero y el sistema educativo produce más fundamentalistas religiosos que intelectuales, incapaces de enfrentar los retos que impone el Siglo XXI.

El escritor de Homu Deus se quedó corto al señalar sólo a los dos sistemas, dejó por fuera al de salud, que en la última década sólo se ha dedicado a contar enfermos, muertos y   administrar la inmensa corrupción. El 40% de su presupuesto se pierde por ese motivo,

 En otras palabras, un pueblo que no produce ni lo que se va a comer, que no tiene seguridad alimentaria, mucho menos soberanía alimentaria y un pueblo tonto y enfermo;  que cree más en el imaginario que en la ciencia, está como un pescado del Lago de Yojoa; frito y servido.

Dos millones de hondureños son diabéticos, un millón  sabe que la padece  y el otro  millón ignorante de la misma. Solo con conocer este dato se sabe que le depara a esta  nación que solo espera ser colonizada; los gringos ya tienen una base y los sionistas están al acecho a través de las sectas religiosos.

Una variable más se agrega  el COVID-19,  puede acortar el  2050, tiene al mundo de rodillas y a Honduras, ni se diga. La situación puede desbordarse y si el sistema de salud ha sido incapaz para controlar el dengue, mucho menos un virus hasta ahora desconocido.

La narco dictadura  ha hecho de la pandemia su puente de salvación; trata de recuperar el espacio social perdido aunque sea a través de los medios de comunicación y  saquear aún más las arcas del Estado; seguro que esos recursos servirán para las próximas justas electorales.

En el sistema de salud todo está patas arriba; la Secretaría en los Despachos de Salud Pública es maestra de primaria y los médicos y paramédicos carecen de todo y las bolsas plásticas, ahora se han convertido en batas protectoras. Mientras tanto  los militares y policías juegan a epidemiólogos y les sobran insumos.

De la irresponsabilidad con que se maneja la crisis y del desprecio con que se mira al pueblo hondureño hay  una culpable  y es la oligarquía inepta, corrupta e incapaz y sólo es la oligarquía, los políticos y los militares sólo son sus sirvientes.

Así como pinta el panorama, el 2050  será antes. No está lejano el día  que los tanques de la base militar de Palmerola nos anuncien que hemos perdido la soberanía y que los hondureños somos súbditos, aunque en tiempos el postmodernismo la esclavitud ha vuelto, Libia es sólo un ejemplo.