*Desde el 1 de enero hasta el 1 de junio de 2023, 3118 niños, niñas y adolescentes han sido retornados al país, de estos 1,082 viajaron solos.
*De acuerdo con analistas la pobreza y la violencia son las principales causas de la migración
*Organizaciones de sociedad civil urgen al Estado la instalación del Consejo Nacional de Garantías de Derechos de Niñez y Adolescencia
Tegucigalpa, Honduras. – La niñez hondureña es la más vulnerable ante las desigualdades sociales y el abandono estatal, que históricamente va en aumento, de acuerdo con estudios ha provocado que en los últimos años el fenómeno de la migración se haya trasladado a esta población.
“La violencia, la pobreza y el acceso limitado a servicios sociales y a una educación de calidad afectan la vida de niñas, niños y adolescentes de Latinoamérica, en particular de México y algunos países de Centroamérica. Esto los obliga a tomar la difícil decisión de dejar sus países”, destaca el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef por sus siglas en inglés).
En Honduras desde el 2014 hasta el 1 de junio del 2023, un total de 107,875 niñas y niños han sido retornados, según datos de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia (DINAF).
“La migración sigue siendo un tema de agenda en la política del gobierno de la república” refirió el director ejecutivo de la Red Coordinadora de Instituciones Privadas Pro las Niñas, Niños, Adolescentes, Jóvenes y sus Derechos (Coiproden), Wilmer Vásquez.
De acuerdo con Vázquez desde el Estado se deben fortalecer todas aquellas estrategias que permitan –no solamente conocer cuántos están siendo retornados al país—, sino conocer el seguimiento que se les pueda dar desde las instituciones del Estado para “garantizar una protección integral a cada niño y niña deportado” indicó.
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NIÑEZ RETORNADA EN 2023
A criterio de analistas en temas migratorios y defensores de derechos humanos de la población migrante, en especial de la niñez, en el país no hay voluntad política para contrarrestar la crisis migratoria a la que se enfrentan principalmente los países centroamericanos y en el último tiempo los países de América del Sur.
Para el caso en Honduras, según la data de la DINAF, desde el 1 de enero hasta el 1 de junio, 3118 niños, niñas y adolescentes han sido retornados al país, menores de edad salieron en busca de un mejor futuro o reencontrarse con sus familias en el país del norte.
Según detalló Wilmer Vásquez, los niños y niñas retornados son principalmente de Estados Unidos, México, Guatemala y Belice, de los cuales 1802 son niños y 1,316 niñas.
Otro dato alarmante es que, de estos 3118 menores de edad, 1,082 viajaron y se enfrentaron solos a los riesgos de la travesía. Una situación que, para Cesar Ramos, gerente de incidencia de laComisión de Acción Social Menonita (CASM), generada por la reunificación familiar, “es la razón principal por la que los niños y niñas se ven en la en la necesidad de tomar la ruta migratoria”.
Según su procedencia, 1,713 fueron retornados desde Estados Unidos, 1,207 de México, 78 de Guatemala y 7 de Belice.
Por su parte, la titular de la Comisión Interinstitucional Contra la Trata de Personas (Cicesct), Sua Martínez, señaló que la niñez en la ruta migratoria corre el riesgo de ser víctima de trata de personas, “Los coyotes se vuelven tratantes, es decir en la ruta migratoria venden para captar fondos a niños y adolescentes”.
Además, Sua Martínez, informó que recientemente se rescataron a dos mejores de edad víctimas de trata de personas en Huehuetenango, Guatemala.
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POBREZA Y VIOLENCIA PRINCIPALES EXPULSORES
El país centroamericano enfrenta altos niveles de pobreza, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) el 74 % de la población vive en condiciones de pobreza y el 53 % sobrevive en pobreza extrema, estos índices de acuerdo a un estudio del Banco Mundial (BM), podrían estancarse o ampliarse, a razón de las desigualdades sociales y de los efectos del cambio climático.
Cesar Ramos, en entrevista con Critetio.hn consideró que estos problemas estructurales generan “un efecto dominó”, por lo que advirtió “si no mejoran las condición económicas y sociales la población más joven se ven en la obligación de tener que emigrar, cosa que no han cambiado realmente”.
La sociedad hondureña con la derrota que representó la presidenta Xiomara Castro al nacionalismo –que gobernó 12 años consecutivos— esperaban cambios significativos especialmente en la garantía de los derechos humanos.
“Esperábamos que las acciones de este nuevo gobierno fueran más rápidas, pero no, no lo estamos viendo, hay cosas buenas, pero hay otras que requieren respuesta inmediata como es la atención a esta problemática de estos niños que van y que retornan al país”, señaló Cesar Ramos.
La violencia es otra de las razones que empuja a la niñez y adolescencia a salir del país, ya que son el blanco fácil para ser cooptados por el crimen organizado, maras y pandillas. Hasta el 31 de mayo se registran 257 muertes violentas de niñez y juventud, entre las edades de 0 a 30 años.
Mirna Flores, especialista en materia de seguridad del Centro de Estudios para la Democracia (CESPAD) refirió “los jóvenes son los más afectados, son criminalizados y son las principales víctimas de la violencia, son los que tienen que emigrar porque no tienen oportunidades”.
Ante este fenómeno vigente en la sociedad hondureña, el director ejecutivo de la Red Coiproden, Wilmer Vásquez, realizó un llamado al gobierno para la aprobación de la Política Nacional de Niñez y Adolescencia, además urgió la instalación del Consejo Nacional de Garantías de Derechos de Niñez y Adolescencia.
Vásquez, también informó que en conjunto con la Cancillería de Honduras y Guatemala están desarrollando un trabajo de incidencia para la instalación de un Protocolo Binacional de Atención a la Niñez Migrante, a fin de garantizar los derechos fundamentales de esta población históricamente vulnerada.
Analistas apuntan que esta situación a la que se enfrenta la niñez hondureña indica –no sólo una condición de vulnerabilidad de la familia—, sino también del Estado que no ejerce el papel garante de derechos.
En el 2022, según datos del Observatorio de Migraciones Internacionales registró 14 mil 334 niños, niñas y adolescentes retornados de Guatemala, México y Estados Unidos
