Tegucigalpa, Honduras.- A pesar de que Honduras ha estado bajo un estado de excepción desde el 6 de diciembre de 2022, prorrogado hasta el 2 de octubre de 2024, con la promesa de debilitar al crimen organizado y al narcotráfico, esto no impidió que el país se posicionara como el más violento de Centroamérica y el quinto de Latinoamérica durante 2023.
Lo anterior se basa en el nuevo informe del Índice Global de Crimen Organizado, presentado recientemente por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional. Según el informe, Honduras no solo superó a El Salvador en términos de inseguridad, sino que también se posicionó como el país más violento de la región.
Lo que llama la atención sobre este posicionamiento es que Honduras replicó literalmente el estado de excepción de El Salvador, una medida que, según los resultados, devolvió la tranquilidad en ese país. Sin embargo, en Honduras, la criminalidad y la violencia continúan proliferando, mientras que el crimen organizado y el narcotráfico siguen ganando terreno.
El Índice Global de Crimen Organizado, desarrollado por la Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional con sede en Ginebra, Suiza, evalúa el impacto del crimen organizado en países de todo el mundo. Este índice mide la presencia de actividades criminales como el tráfico de drogas, extorsión y la trata de personas, así como la capacidad de los gobiernos y sociedades para combatir estas amenazas.
Entre las causas de por qué el estado de excepción no funcionó ni está funcionando en Honduras se identifican varios factores. Los principales serían la falta de estrategia, la mala ejecución operativa y la colusión de las instituciones de seguridad, investigación y judicialización con el crimen organizado y el narcotráfico.
Otro dato que genera cuestionamientos a las autoridades por la ineficiencia en las estrategias de seguridad es que, durante 2023, Honduras se posicionó como el quinto país más violento y con mayor incidencia criminal en la región, solo superado por Ecuador, Paraguay, México y Colombia.
Sin embargo, según otros informes, años atrás Honduras ha estado posicionándose entre los países más peligrosos de la región. De hecho, en 2022 fue el segundo país más violento, y San Pedro Sula y Tegucigalpa, sus principales ciudades, se mantuvieron entre las más peligrosas del mundo.
Actualmente, según el informe que analiza la situación en varios aspectos de 193 países, Honduras se encuentra en el puesto número 13. Esto explica, en pocas palabras, por qué en los últimos años no solo los inversionistas están trasladando sus proyectos millonarios a otros países, sino que también los extranjeros están evitando invertir en el país.
El informe clasifica a los países según su nivel de criminalidad y resiliencia institucional, ofreciendo una visión integral sobre cómo el crimen organizado afecta a las naciones y su capacidad para resistirlo. Los resultados y análisis del índice están disponibles en línea para el público y los responsables de políticas.
Esta organización internacional no gubernamental recopila datos a través de un enfoque que incluye fuentes abiertas, informes oficiales y análisis de casos de estudio en cada país. Es decir, los análisis van fortalecidos con información proporcionada por instituciones que conforman el engranaje de seguridad y judicial para después contextualizarlos con la redad de cada país.
La Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional colabora con una red de analistas regionales y locales para evaluar la presencia de mercados criminales, la influencia de actores criminales y la efectividad de las respuestas estatales. Estos datos son verificados y contextualizados para ofrecer una visión precisa del impacto del crimen organizado en cada nación.
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“IMPROVISAR NO ES SINONIMO DE BUENOS RESULTADOS”
El abogado Germán Licona, analista en temas de seguridad, critica la estrategia de seguridad en Honduras, enfatizando que la improvisación no es sinónimo de buenos resultados.
Es decir, para Licona, el hecho de que la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y la Policía Nacional estén interviniendo varios departamentos y realizando más capturas y allanamientos de viviendas es solo una muestra de improvisación, no de una estrategia integral basada en la efectividad.
Según Licona, a pesar de los recursos y esfuerzos destinados a combatir la inseguridad durante más de una década, el país sigue enfrentando altos niveles de violencia. Aunque el gobierno ha reducido la tasa de homicidios, la violencia persiste, manteniendo a Honduras entre los países más peligrosos.
Precisamente en el tema económica, el presupuesto general de la Secretaría de Seguridad ha experimentado un notable incremento desde 2020. En 2020, el presupuesto fue de L 6,582,000,000.00, mientras que para 2024 es de L 11,651,738,277.00, lo que representa un aumento total de L 5,069,738,277.00.
Este aumento en el presupuesto equivale aproximadamente a un 77% entre 2020 y 2024. A pesar de este incremento significativo en la asignación de recursos, la efectividad de las medidas de seguridad sigue siendo un tema de debate, como lo cuestionó el abogado.
Licona argumenta que la persistencia de la violencia y los altos niveles de criminalidad organizada reflejan una falta de planificación estratégica y políticas públicas efectivas. A su juicio, la improvisación en la implementación de estrategias de seguridad ha demostrado ser ineficaz, ya que no ha logrado cambiar la situación de manera significativa.
El togado subraya que la falta de una planificación adecuada y la adopción de medidas improvisadas son responsables de la continua crisis de seguridad en el país. Para Licona, es crucial que se implementen políticas públicas bien diseñadas y una planificación estratégica sólida para lograr una mejora real en la seguridad.
“Improvisar no es sinónimo de buenos resultados. Actualmente, eso es lo que han venido haciendo las fuerzas de seguridad pública. Está más que evidenciado que las actuales estrategias no son efectivas y, como consecuencia, continúan manteniendo a Honduras entre los países con más violencia y criminalidad. No vamos bien”, valoró el togado en medios de comunicación.
