Honduras entre la democracia o la dictadura

“Para los que no tenemos creencias, la democracia es nuestra religión”

Paul Auster

Una vez más, digo que “no hay mal que dure cien años, ni pueblo que lo resista”; si el presidente Juan Orlando Hernández tan siquiera tuviera la suficiente sabiduría para razonar sobre este viejo refrán, los días por venir serían seguramente menos dolorosos, si se dejara de lado la idea de instaurar una dictadura en Honduras y se entregara el poder al legítimo ganador de las pasadas elecciones presidenciales el señor Salvador Nasralla.

Desde mi particular punto de vista, América Latina entera ya no está para nuevas aventuras dictatoriales, la historia nos enseñó que semejantes disparates produjeron verdaderos ríos de sangre; aún hay por doquier madres que reclaman a las puertas de los cuarteles les digan dónde están sus hijos o hijas.

Miles continúan desaparecidos, desde aquella dictadura de Anastasio Somoza en Nicaragua, otros también fueron asesinado o desaparecidos por órdenes del general Augusto Pinochet en Chile y que decir del dictador General Alfredo Stroessner en Paraguay quien dejo toda una estela de desaparecidos y asesinados, tras suprimir todas las garantías constitucionales.

La lista de dictadores es interminable, como interminable es el número de hombres y mujeres que murieron o fueron desaparecidos a lo largo y ancho de toda América Latina.

La dictadura militar salvadoreña desapareció tantos hombres y mujeres, que bien podríamos llenar cientos de bibliotecas con esos recuerdos históricos hechos por miles de madres que jamás pudieron encontrar a sus hijos o hijas.

Las calles de todo el territorio hondureño ya lucen el verde olivo, por órdenes de un enfermo mental que cree en la instauración de la dictadura en Honduras.

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Muchos hombres, mujeres y hasta niños fueron asesinados ya (38 o más), por el simple hecho de denunciar el monumental FRAUDE ELECTORAL planificado y ejecutado por Juan Orlando Hernández y la oligarquía, quien, dicho sea de paso, ha sido denunciado por estar financiando los Escuadrones de la Muerte.

Justo en el momento en que escribía esta columna, llego la noticia que al canal de televisión UNETV le quemaron su transmisor; seguramente porque es uno de los pocos medios que ha denunciado abiertamente todos los crímenes cometidos por el enfermo mental que cree que con asesinatos y desapariciones podrá callar al pueblo de Francisco Morazán.

Pero para quienes aún no creen que el pueblo hondureño está enfrentando a un criminal dictador, bien vale la pena mencionar que el sábado 9 de diciembre de 2017 fue destruía la antena de Radio Progreso, este medio de comunicación es conducido por sacerdotes jesuitas.

No bastando con lo anterior, el dictador recurre ahora a la amenaza en contra del sacerdote jesuita Ismael Moreno; de nuevo hasta la oración al PADRE NUESTRO se convierte en una amenaza para la dictadura.

Es claro pues que Honduras no necesita un dictador, pero si el retorno de la democracia.

  • Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas

4 respuestas

  1. Que nos pasa a nosotros los ciudadanos de a pié que dejamos que esos dictadorzuelos nos dañen a nosotros y a niestros países, levantémonos con lo que tengamos a mano: palos, piedras lo que sea y vayamos a sacarlos en donde estén , somos más que ellos…!!!

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