Honduras: Gobierno de triple saldo

Editorial de Radio Progreso

No es un sinsentido decir que vivimos y somos partícipes de una sociedad cada vez más dependiente de las redes sociales. El ser de Claro o de Tigo se va convirtiendo en algo equivalente a ser del Barça o del Madrid, ser de la Pepsi o de la Coca. Todas tienen en común que crean adición, nos esclavizan, nos hacen dependientes y controlan nuestras vidas. Sin embargo, todos anhelamos el día y la oferta para que haya doble o triple saldo porque es el momento cuando burlamos a las transnacionales y nos declaramos vencedores a pesar de que, cómo los drogadictos, no podemos vivir sin este tipo de drogas mediáticas.

Pero hoy la metáfora vamos a trasponerla al mundo de la economía, de los impuestos y de la deuda del país. Y el “triple saldo”, por arte de magia, se transforma no en un balance positivo a favor del “consumidor ciudadano” sino en un “triple saldo negativo” en contra de este mismo ciudadano que es impotente ante este asalto “económico-mediático” del partido de gobierno.

Tenemos que agradecer a instituciones como el FOSDEH que diseccionan nuestra realidad económica y formulan conceptualmente lo que desde la llanura del compromiso ciudadano por transformar la realidad ha puesto en marcha desde hace tiempo el movimiento social y alternativo del país.

La batalla contra el peaje es una batalla contra el dogma neoliberal de la economía de mercado cuando afirma sencillamente que “lo público no sirve, pero lo privado sí sirve”. Por eso, en contra del “fundamentalismo de la política económica gubernamental” se nos dice sencilla y llanamente que “no es necesario el peaje, concesiones y endeudamiento para las carreteras de Honduras”.

Como presupuesto básico para desmontar el discurso ideológico gubernamental se nos recuerda que “es responsabilidad del gobierno de Honduras dar mantenimiento, reparar y construir infraestructura vial; y se creó el Fondo Vial mediante Decreto No 131-93 con los “fines de mantenimiento vial, reparaciones y rehabilitación del sistema carretero, reconstrucción y mejoramiento”. ¿Dónde está este triple saldo negativo y empobrecedor?: en primer lugar, en el endeudamiento del país; en segundo lugar, en que pagamos el peaje y, en tercer lugar, en que nos cobran impuestos.

Unido a esto es bueno recordar que la recaudación por el impuesto al combustible para el año 2015 fue de 10,316 millones de lempiras; para el 2016 de 11,594 de lempiras y para este año se calcula en 12,287 millones. Y, sin embargo, el Congreso Nacional aprobó únicamente para el Fondo Vial una cantidad de 875 millones de lempiras y 615 millones para 2017.

La conclusión del Fosdeh es demasiado tímida y sin mordiente: “No sólo se trata de recursos financieros (ya que existe una fuente abundante), se trata de respeto a la ley y voluntad política de realizar bien las cosas…”. Ciertamente el planteamiento de JOH contradice la normativa jurídica existente pues está trasladando abusivamente y sin consulta a las Alianzas Público Privadas su responsabilidad constitucional sino que, además, empobrece a grandes sectores sociales y las mayorías del país. Y, si lo contextualizamos en el aniversario del “golpe de estado”, estamos lejos de haberlo superado; más bien lo estamos actualizando y perpetuando a la coyuntura presente.

La “voluntad política” del gobierno no está centrada en superar la pobreza, reducir las desigualdades sociales, instaurar un gobierno trasparente y con justicia, rescatar con dignidad los recursos y territorios del país, gobernar para su propio pueblo sino todo lo contrario. En definitiva, se fomentará la conflictividad social y la inseguridad ciudadana.

En resumen, queremos un “gobierno de triple saldo” para los hondureños y no para los que controlan el poder, la economía y las finanzas transnacionales