La epidemia de dengue en Honduras ha alcanzado niveles preocupantes, con más de 110,000 casos y 137 muertes reportadas, lo que recuerda la grave crisis de 2019. Expertos advierten que, sin un enfoque comunitario y medidas preventivas efectivas, la situación podría empeorar durante la temporada de lluvias
Tegucigalpa, Honduras. – La epidemia de dengue que azota a Honduras está alcanzando niveles similares a la crisis vivida en 2019, de acuerdo con el análisis del infectologo Efraín Bú, de no desarrollarse un trabajo articulado en donde la sociedad tome conciencia.
La epidemia de dengue que azotó Honduras en 2019 se catalogó la más grave, con más de 132,000 casos reportados y 178 muertes. Convirtiéndola en una de las peores crisis de salud pública que ha enfrentado la nación.
«Desde mayo, comenzamos a observar un incremento en el número de casos comparado con el año anterior, lo que nos alertó sobre la posibilidad de un repunte durante la temporada de lluvias», explicó Bú. Este aumento en los casos se ha visto exacerbado por la circulación de los cuatro serotipos del virus del dengue en América Latina, siendo el serotipo 3 el predominante en el país centroamericano.
Honduras conmemora el Día Internacional contra el Dengue, mientras lucha contra una epidemia que ha dejado 137 muertes y más de 110,000 casos positivos infectados por el vector Aedes aegypti. La crisis del dengue pone de manifiesto cómo una enfermedad endémica puede transformarse en una emergencia sanitaria devastadora si no se adoptan las medidas adecuadas oportunamente.
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LA IMPORTANCIA DE LA PREVENCIÓN DEL DENGUE
Con un aumento alarmante en los casos y muertes, es imperativo que tanto la comunidad como el gobierno aporten en la implementación de estrategias efectivas de prevención y control de la epidemia, que en Honduras se agrava por la circulación del serotipo 3 en primer lugar seguido del serotipo uno.
«No hay sustituto para la participación comunitaria”, señaló Efrain Bú en entrevista con Criterio.hn, además enfatizó que la fumigación es sólo una parte del control del vector ya que no ataca los criaderos de zancudos.
Según el infectologo, la eliminación de criaderos de mosquitos debe ser una responsabilidad compartida entre la comunidad y las autoridades. Ello implica que se deben adoptar medidas preventivas, como limpiar y vaciar recipientes que acumulen agua, mantener la higiene en sus entornos y de parte de la Secretaría de Salud, mantener una campaña permanente de sensibilización sobre la importancia de la prevención.
Por otro lado, el galeno sugirió que es crucial que se implemente en el sistema de educación la prevención del dengue y otras arbovirosis. «Incorporar el conocimiento sobre cómo se transmite el dengue y las medidas de prevención en las escuelas es esencial para formar una generación consciente y proactiva», enfatizó Bú.
VACUNAS ¿SON LA MEJOR OPCIÓN?
A medida la epidemia del dengue avanza, las autoridades sanitarias están a la espera de la llegada del primer lote de vacunas. Adquisición informada por la ministra Carla Paredes, quien ha sido vistas en los últimos días haciendo inspecciones en las casas como parte del Plan Nacional de intervención para el abordaje de la emergencia por dengue.
El subsecretario de Salud, Brian Erazo, anunció este lunes que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha garantizado la llegada de 53,000 dosis, suficientes para vacunar a aproximadamente 26,000 personas, dado que se requieren dos dosis por persona.
Sin embargo, los expertos advierten que la eliminación de criaderos de mosquitos y la promoción de prácticas de higiene son esenciales para controlar la propagación del virus. «Es crucial entender que la vacunación no sustituye la eliminación de criaderos de mosquitos, que es donde realmente se origina el problema», subrayó el epidemiólogo Efraín Bú.
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EL DENGUE Y EL CAMBIO CLIMÁTICO: UN VÍNCULO PREOCUPANTE
La relación entre el dengue y el cambio climático se ha vuelto cada vez más evidente, especialmente en el contexto de la actual epidemia que enfrenta Honduras. Según el epidemiólogo Efraín Bú, el calentamiento global ha alterado los patrones históricos de presentación de la enfermedad, permitiendo que el mosquito Aedes aegypti, vector del dengue, se reproduzca más rápidamente y en áreas donde antes no era común.
De acuerdo con la explicación de Bú, con el aumento de las temperaturas, el ciclo de vida del mosquito se acorta, pasando de 8-10 días a tan solo 5-6 días, lo que incrementa su población y, por ende, la transmisión del virus. Este fenómeno resalta la necesidad de considerar el cambio climático como un factor clave en la epidemiología del dengue y en la planificación de estrategias de salud pública.
Por lo tanto, la lucha contra el dengue no puede limitarse a la vacunación y la fumigación; en ese sentido, Bú señaló que es esencial adoptar un enfoque integral que incluya la educación comunitaria sobre la prevención y el control de criaderos de mosquitos que permita reconocer la influencia del cambio climático en la propagación del dengue y así mitigar el impacto de esta enfermedad en la salud pública de Honduras.
La epidemia de dengue que azota a la Región de las Américas ha alcanzado niveles alarmantes, con más de 6,338 muertes reportadas hasta la fecha de acuerdo con la organización Panamericana de la salud (OPS). Particularmente en el Istmo Centroamericano y México, donde se han registrado 257 defunciones.
