Tegucigalpa. – En Honduras el 73% de la población está en condición de pobreza y un 53% en pobreza extrema, quienes se enfrentan a retos que van desde la inseguridad, el desempleo, la migración, efectos del cambio climático y la carencia de alimentos.
“Las familias en condición de pobreza están en mayor riesgo de caer en inseguridad alimentaria” señaló Cesar Castillo, coordinador de investigación de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) en Honduras.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), 4.9 millones de hondureños y hondureñas sufren de inseguridad alimentaria.
Tema que de acuerdo con el sociólogo Armando Orellana, el gobierno debe poner especial cuidado, ya que considera que la situación de hambre y escasez de recursos alimentarios están determinados por factores de baja productividad, deserción y migración del campo a la ciudad.
“Ha habido abandono de los campesinos por falta de incentivos al pequeño productor en el campo”, mencionó Orellana.
QUÉ HACER ANTE LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), recomienda que los gobiernos pueden invertir en los sistemas agroalimentarios de manera equitativa y sostenible, “incluso con la misma cuantía de recursos públicos”, señala.
Las diferentes causas –que van desde cambio climático y otros efectos ambientales— generan la escasez de alimentos y por ende aportan negativamente a la inseguridad alimentaria.
Frente a esta situación, Armando Orellana, considera que se tiene que educar y brindar apoyo para despertar el interés por mantener la producción en lo local, también señaló que se debe generar la diversificación de productos
“Estamos esquematizados al consumo de productos de granos básicos, frijol maíz, arroz, y estos obviamente que va a generar esa inseguridad alimentaria”, indicó.
Según la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (ACNUDH) “el derecho humano a una alimentación adecuada es crucial para el disfrute de todos los derechos”.
Para Cesar Castillo, una de las primeras acciones para contrarrestar la inseguridad alimentaria es “procurar” que las familias puedan acceder a los alimentos y que puedan acceder a la producción, principalmente la familia de las zonas rurales.
“Se deben crear las condiciones para que puedan tener acceso a la tierra y producir sus alimentos”, expresó Castillo.
En ese sentido, el sociólogo Orellana recomendó un proceso de fortalecimiento de capacidades desde la escuela, centros de salud, la iglesia, el Estado, sociedad civil y organismos internacionales.
EL PAPEL DE LA MUJER Y LA INSEGURIDAD ALIMENTARIA
La FAO, en su informe “Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición 2022”, señala que 1.5 millones de hondureños, no consiguen alimentos suficientes para satisfacer las necesidades de energía alimentaria mínimas. Lo que equivale al 15.3 % de la población subalimentada.
En Honduras el 8.9 % de las mujeres se dedican a la agricultura, datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
“Las mujeres estamos generando alimentación a pesar de que no tienen acceso a los bienes productivos”, señaló Wendy Cruz, coordinadora técnica de la Vía Campesina.
Quien señala que la inseguridad alimentaria también es generada porque “no tenemos una inversión en el campo”, esta es una demanda recurrente de las mujeres campesinas al Estado de Honduras.
En ese sentido Wendy Cruz urgió, “necesitamos desarrollar una estrategia a largo plazo para volver la mirada al campo e invertir en la producción campesina”.
En Honduras el 90% de la tierra no tiene seguridad jurídica, ante esto las mujeres campesinas exigen una verdadera política pública que fomente la producción agrícola nacional con un enfoque de género.
