Este lunes, la Fiscalía concluyó su presentación de testigos en el juicio contra Juan Orlando Hernández. La defensa llamó a dos miembros activos de las Fuerzas Armadas y a otro en condición de retiro como sus testigos
Ilustraciones: Katerin Galo
Tegucigalpa, Honduras.- La Fiscalía concluyó este lunes su presentación de testigos en el juicio por narcotráfico contra el expresidente Juan Orlando Hernández, con el contrainterrogatorio que se le hizo al exoficial de la Policía Nacional, Mario Guillermo Mejía Vargas, y con la presentación de «John Miller», un oficial de control de armas de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF, sigla en inglés).
Mejía Vargas, que el pasado viernes testificó haber cometido delitos de narcotráfico bajo la protección de Juan Orlando y Juan Antonio «Tony» Hernández, fue contrainterrogado por la defensa sobre su acuerdo de cooperación con la Administración de Control de Drogas (DEA).
Durante el contrainterrogatorio, el abogado defensor Renato Stabile le consultó al exoficial de alto rango de la Policía Nacional, que llegó a ser subcomisionado, acerca de un vídeo tomado de un foro televisivo en el que él aseguraba no ser narcotraficante en 2016, mismo año en que empezó a ser colaborador de la DEA.
Mario Guillermo Mejía Vargas aseguró que él se refería a algo que ocurrió en 2009, cuando fue acusado por haber robado 143 kilos de cocaína de un operativo efectuado en Gracias a Dios, en la Mosquitia hondureña. Sin embargo, fue liberado por un juez luego de que el entonces director de la extinta Dirección General de Investigación Criminal (DGIC) declarara haberle ordenado incautar esa droga.
Mejía Vargas, quien confesó haber trabajado con el también exoficial de la Policía Nacional, Mauricio Hernández Pineda, en la protección de cargamentos de cocaína, fue sentenciado por delitos de narcotráfico en 2019, también en la Corte del Distrito Sur de Nueva York. Mientras que Hernández Pineda admitió su culpabilidad días antes del inicio del juicio contra Juan Orlando Hernández.
Durante el décimo día del juicio, también testificó «John Miller», un oficial de control de armas de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), quien presentó un fusil M-16, un arma semiautomática, como evidencia 605 en el caso. También se presentaron otro tipo de armas, desde una pistola de calibre 9 milímetros hasta un lanzacohetes RPG-7.
Aunque la defensa objetó la presentación de estas evidencias, la Fiscalía respondió que ese tipo de armas figuran dentro del armamento que utilizó Juan Orlando Hernández para conseguir fondos del narcotráfico.
DESARROLLO DEL JUICIO
Desde que inició el juicio, la Fiscalía sentó ante el jurado y el juez Kevin Castel a varios testigos, entre ellos narcotraficantes condenados como Alexander «Chande» Ardón, Devis Leonel Rivera Maradiaga y Fabio Lobo.
El primero en testificar fue Ardón, exalcalde de El Paraíso, Copán, quien aseguró haber sido un protegido de Juan Orlando Hernández y haberle entregado un millón de dólares para no ser investigado por la Fiscalía hondureña, y también haber estado durante la entrega de otro millón de dólares que hizo en 2013 el exlíder del cártel de Sinaloa, Joaquín «Chapo» Guzmán, a Juan Antonio «Tony» Hernández a cambio de que Juan Orlando Hernández otorgara protección al clan Los Valle.
Seguidamente, testificó el antiguo líder del clan Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, quien aseguró haber sobornado a Hernández y haberse asociado con él en el narcotráfico, a cambio de que se otorgaran contratos a su empresa, Inrimar, para facilitar el lavado de activos que inició durante el gobierno de Porfirio Lobo Sosa.
Otro testimonio clave fue el de Fabio Lobo, hijo del expresidente Lobo Sosa, quien aseguró que desde 2009 operó en el narcotráfico junto a Juan Orlando y Juan «Tony» Hernández, y narcotraficantes colombianos. El testigo citó una reunión de 2009 en la que Juan Orlando Hernández le solicitó ayuda con un avión cargado de cocaína suya y de su hermano «Tony».
Durante el juicio, Alexander Monroy, exintegrante del cártel de Sinaloa, también confesó la entrega de otros sobornos a la campaña presidencial de Hernández en 2013.
DEFENSA PRESENTA TESTIGOS
Durante el décimo día del juicio contra el expresidente Juan Orlando Hernández, su defensa, encabezada por Raymond Colon y Renato Stabile, presentó al general de las Fuerzas Armadas de Honduras, Tulio Armando Romero Palacios, como su primer testigo. Faltan Xavier René Barrientos, general dado de baja, y el actual general Willy Joel Oseguera Rodas.
El alto mando del Ejército hondureño, Romero Palacios, fue compañero de Hernández en el Liceo Militar y jefe de la Guardia de Honor cuando fue presidente, y aseguró haberse encargado de la seguridad de la familia de Hernández, incluidas dos hermanas y el mismo Juan Antonio «Tony» Hernández.
Sorprendentemente, el primer testigo de la defensa fue incluido por la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York como cooperador de Juan Orlando Hernández en sus acciones ilícitas según documentos in limine, específicamente en el exhibit #554-4, que incluye una conversación entre Devis Leonel Rivera Maradiaga y Arnaldo Urbina, actualmente procesado en Estados Unidos por delitos de narcotráfico.
También declaró haber sido testigo de un encuentro entre el fallecido empresario Fuad Jarufe, antiguo propietario de Graneros Nacionales, y Juan Orlando Hernández, pero no haber tenido conocimiento sobre la presencia de narcotraficantes en dicha reunión.
Según «José Sánchez», excontador de la empresa en mención y testigo de la Fiscalía, Geovanny Fuentes y Juan Orlando Hernández fueron socios en actos de lavado de activos y tráfico de drogas. En alguna ocasión, Hernández le dijo a Fuentes que «le meterían cocaína en sus narices a los gringos».
De acuerdo con la Fiscalía, a Geovanny Fuentes, quien pasó desapercibido hasta su captura en Miami, en 2020, Juan Orlando Hernández lo volvió «intocable».
Geovanny Fuentes en 2021 fue hallado culpable por delitos de narcotráfico y al año siguiente sentenciado a una cadena perpetua y 30 años de prisión.
Juan Orlando Hernández fue mencionado como CW-4 durante el juicio de Fuentes, y dentro de la evidencia presentada por la Fiscalía hay registros de la aplicación Waze sobre visitas hechas por Fuentes a Casa Presidencial, en 2019, en el contexto en que Juan Antonio «Tony» Hernández enfrentaba su proceso judicial ante, también, la Corte del Distrito Sur de Nueva York.
Los cargos que le imputan a Juan Orlando Hernández son conspiración para importar cocaína, posesión de ametralladoras y dispositivos destructivos, y conspiración para poseer ametralladoras y dispositivos destructivos. La conspiración, que incluye a otros narcotraficantes como Geovanny Fuentes y Juan Antonio «Tony» Hernández, así como a altos rangos de la Policía Nacional, como el exdirector Juan Carlos «Tigre Bonilla», asciende a 500 toneladas de cocaína.
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