El experto en derechos humanos resalta la importancia de la cooperación judicial internacional y critica la decisión de Castro como un retroceso en la lucha contra la impunidad en Honduras
Tegucigalpa, Honduras. – La reciente decisión de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, de denunciar el tratado bilateral de extradición con Estados Unidos ha suscitado un intenso debate en el país. Joaquín Mejía, abogado y experto en derecho constitucional, ha expresado su preocupación al respecto, señalando que esta medida plantea más preguntas que respuestas sobre la lucha contra la criminalidad organizada.
Joaquín Mejía, en su cuenta de X, señaló que la figura de la extradición es una herramienta de cooperación judicial internacional que se brindan los Estados para evitar que los actos ilícitos transnacionales queden en la impunidad. “No tiene nada que ver con injerencia política ni cuestiones ideológicas”, enfatizó.
Mejía argumenta que esta medida no sólo debilita la lucha contra la criminalidad organizada, sino que también plantea serias interrogantes sobre sus implicaciones para la sociedad hondureña. “A la ciudadanía hondureña se nos está quitando una herramienta fundamental que ha demostrado ser eficaz para perseguir y sancionar a criminales que el sistema de justicia hondureño jamás investigó”. Recriminó el abogado.
Desde la implementación de este tratado y de su reactivación por medio de auto acordado, se han presentado a la Corte Suprema de Justicia, al menos 64 solicitudes extradición por delitos de narcotráfico y conexos.
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¿ES LA DENUNCIA DEL TRATADO LA MEJOR FORMA DE PROTEGER LOS INTERESES NACIONALES?
Joaquín Mejía, en su análisis plantea interrogantes sobre los verdaderos beneficiarios de esta decisión, indicando que quienes están contentos son precisamente aquellos con conexiones en el mundo del narcotráfico. Además, cuestiona la falta de alternativas menos perjudiciales que el gobierno podría haber considerado.
Para Mejía, una opción viable habría sido convocar a consultas a la embajadora estadounidense, Laura Dogu, para discutir las preocupaciones sobre la injerencia y el intervencionismo que menciona la presidenta. Este acercamiento diplomático podría haber permitido abordar las tensiones sin comprometer la cooperación judicial que ha sido fundamental en la lucha contra el narcotráfico en Honduras.
Además, Joaquín Mejía señaló que explorar otros tratados bilaterales existentes entre Honduras y Estados Unidos podría haber ofrecido soluciones más equilibradas, manteniendo el compromiso con la justicia y la seguridad sin renunciar a la extradición.
“¿Por qué denunciar este tratado bilateral y no otros? ¿En qué afecta la cooperación judicial internacional a la soberanía nacional? ¿A quién se quiere proteger realmente? ¿Acaso tenemos “Los Extraditables” como en la Colombia de Escobar que lucharon contra la extradición?”, cuestiona el también doctor en Derechos Humanos.
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HIPOCRESIA Y DOBLE MORAL
Joaquín Mejía, no sólo se refirió al papel del gobierno de Xiomara Castro al denunciar el tratado de extradición, además escribió en su cuenta de X, sobre el rol jugado por la embajada de Estados Unidos en Honduras en torno a las actuaciones y acciones ejecutadas por el expresidente Juan Orlando Hernández, preso en Nueva York por narcotráfico.
Joaquín Mejía no sólo reprochó la decisión del gobierno de Xiomara Castro de denunciar el tratado de extradición con Estados Unidos, sino que también abordó el papel de la embajada estadounidense en Honduras durante la administración del expresidente Juan Orlando Hernández, actualmente preso en Nueva York por narcotráfico. En sus publicaciones en la plataforma X, Mejía cuestionó la «hipocresía y la doble moral» en las relaciones internacionales, señalando que el mismo gobierno que apoyó a Hernández en su reelección ilegal y fraudulenta.
En un primer posteo escribió: “Lo que es la hipocresía y la doble moral en las relaciones internacionales: ¿Adivinen qué embajada y qué gobierno apoyó activamente al narcotraficante Juan Orlando Hernández y hasta le dio su bendición para que se reeligiera ilegal y fraudulentamente a costa de tanta sangre?
Además, Mejía dirigió su crítica hacia el Departamento de Estado de EE.UU., preguntando sobre su relación con gobiernos considerados represivos, como el de Israel y Arabia Saudita. Su cuestionamiento refleja una preocupación más amplia sobre cómo las alianzas internacionales pueden estar en conflicto con los principios de derechos humanos y justicia. Al plantear estas interrogantes, Mejía busca resaltar la inconsistencia en las políticas exteriores de Estados Unidos, sugiriendo que la complicidad con regímenes opresores contradice los valores que se dicen defender.
“¿Quién tiene relaciones muy cercanas y apoya a un Estado genocida como Israel que está ejecutando una limpieza étnica contra el pueblo palestino? ¿Quién es aliado de una de las monarquías más crueles y sangrientas del mundo como la de Arabia Saudita?, cuestionó Mejía.
Finalmente, Mejía señaló que el pueblo hondureño el que debe denunciar, lo que considera una «posición tibia y cómplice» del gobierno con respecto a la dictadura de Ortega-Murillo en Nicaragua y el fraude electoral en Venezuela, en donde, según la Comisión Interamericana de derechos Humanos CIDH, hay “terrorismo de Estado”, al igual que en Honduras durante el fraude electoral de 2017.
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Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas