Por: Ondina Maldonado Zavala
El derecho al trabajo en el país, se ha visto influenciado por eventualidades históricas, cuyas regulaciones legales, siguen considerando a la clase obrera, como la parte más débil y vulnerable de toda relación laboral.
“Pues, destruidos en el pasado siglo los antiguos gremios de obreros, y no habiéndoseles’ dado en su lugar defensa ninguna, por haberse apartado las instituciones y leyes públicas de la Religión de nuestros padres, poco a poco ha sucedido hallarse los obreros entregados, solos e indefensos, por la condición de los tiempos, a la inhumanidad de sus amos y a la desenfrenada codicia de sus competidores”. Sobre la cuestión Obrera. RERUM NOVARUM, Cartas Paulinas, Papa León XIII.
Continúa la encíclica RERUM NOVARUM, que “A aumentar el mal, vino la voraz usura; la cual, aunque más de una vez condenada por sentencia de la Iglesia, sigue siempre, bajo diversas formas, la misma en su ser, ejercitada por hombres avaros y codiciosos. Júntase a esto que la producción y el comercio de todas las cosas están casi del todo en manos de pocos, de tal suerte, que unos cuantos hombres opulentos y riquísimos han puesto sobre la multitud innumerable de proletarios un yugo que difiere poco del de los esclavos”.
Para el Banco Mundial, a aritmética “es brutalmente simple. Si menos de 100 personas controlan la misma cantidad de riqueza que los 3.500 millones más pobres del planeta, el resultado puede expresarse con una sola palabra: Desigualdad”.
La clase trabajadora, cuyo intercambio en la relación laboral es su fuerza de trabajo, forma parte de esa gran brecha entre los que tienen más y los que tienen menos, por su dificultad para obtener servicios de calidad, en el agua potable, la electricidad, el saneamiento, la educación, la salud y otros servicios básicos.
Considerando que hablar de la justa distribución de la riqueza entre patronos y trabajadores, suele ser tildado de comunismo, impera la necesidad de retomar los conceptos básicos y válidos en todo tiempo, como contribución al desarrollo y el desenvolvimiento de una persona, en todo ambiente, asegurando el logro de su bienestar socio afectivo, la educación, la salud y los derechos humanos.
La batalla campal que asume día a día la clase trabajadora de la que trata este corto análisis, lógicamente, se refiere a los miles de hondureños, que apenas si llegan a percibir un salario mínimo, o menos, a cambio de su esfuerzo laboral.
A los miles de microempresarios que generan la mayor capacidad de empleo, en el país, en cuyos hombros descansa el movimiento económico, que mueve los engranajes de una pésima administración pública, siendo tal el impacto, que con los últimos acontecimientos, de embate de la naturaleza y una mortal pandemia, han sido cruelmente dañados y reducidos a la mendicidad crediticia, de parte de un sistema creado para producir más pobres.
Recordamos a los miles de compatriotas, que lo han dejado todo, por la búsqueda de empleo, y que dentro de sus múltiples necesidades, solamente anhelan, satisfacer sus necesidades más básicas. No se van, simplemente, huyen de sus miserias, queriendo alcanzar su derecho a vivir dignamente.
La creciente y humillante corrupción que tortura a nuestra Honduras, marca también la pauta de los más pobres: sobrevivir en medio del desempleo, un bajo poder adquisitivo de un elevado precio de la canasta básica, tener que desafiar su suerte entre la violencia y delincuencia que azota las calles de las grandes ciudades, y los rincones más recónditos del país, convirtiéndose en anónimos héroes y heroínas, solamente por seguir de pie y continuar con fe y esperanza.
Los últimos quince meses, han desnudado la brutalidad de aquellos que han prostituido la democracia, al convertirla en una puerta de oportunidades a sus intereses fríos y mezquinos, olvidando por completo que sus hechos quedan escritos en la historia, y que seguramente, su calvario terrenal, será proporcionalmente, a lo que merecen.
En los últimos seis años “el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández ha dispuesto al menos de un (1) billón 406 millones de lempiras como presupuesto público acumulado, sin embargo, la mejoría de la población no se ve y siguen sin resolver o ser debidamente atendidos problemas fundamentales como la pobreza, desigualdad, migración, salud, educación y trabajo de la población en general y de la mujer en particular”. FOSDEH, 2020.
Continúa el FOSDEH que la brecha “entre ricos y pobres crece imparable y es mucho mayor de lo que se temía. Con exenciones fiscales “generosas”, las grandes empresas y los más ricos “y bien relacionados” logran eludir y evadir el pago de impuestos, potencian la devaluación salarial y utilizan su poder para influir en políticas públicas, alimentando así la grave crisis de desigualdad”.
El objetivo de la empresa “se debe llevar a cabo en términos y con criterios económicos, pero sin descuidar los valores auténticos que permiten el desarrollo concreto de la persona y de la sociedad. Los componentes de la empresa deben ser conscientes de que la comunidad en la que trabajan representa un bien para todos y no una estructura que permite satisfacer exclusivamente los intereses personales de alguno. Sólo esta conciencia permite llegar a construir una economía verdaderamente al servicio del hombre y elaborar un proyecto de cooperación real entre las partes sociales. Doctrina Social de la Iglesia del Pontificio consejo Amor y Paz.
La doctrina social ha subrayado la contribución que estas empresas ofrecen a la valoración del trabajo, al crecimiento del sentido de responsabilidad personal y social, a la vida democrática, a los valores humanos útiles para el progreso del mercado y de la sociedad.
Si el trabajo dignifica al ser humano, es necesario rehabilitar el sistema que coarta, ese inalienable derecho.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
4 respuestas
Excelente articulo Lic. Maldonado!
Muchas gracias Licenciado Juan Carlos, saludos fraternos!!
excelente necesitamos estos aporte, para aquellos que buscamos, un poco mas de conocimiento, sobre la injusticia social, en nuestro pais
Muchas gracias Daanilo, igualmente, coincido con usted, en que la única manera de lograr la libertad, es el verdadero conocimiento, que lleva a la verdad!
Saludos fraternos!