Estudio del IHAH desmiente narrativa de minera que niega ancestralidad Chortí en Azacualpa

El Instituto Hondureño de Antropología e Historia documentó la presencia maya chortí en Azacualpa con registros documentales desde 1678, censos poblacionales de 1896 y manifestaciones culturales que perduran hasta la actualidad

El estudio contradice la narrativa de la empresa Aura Minerals, que ha negado la existencia de comunidades indígenas en la zona donde opera su filial Minosa.

Tegucigalpa, Honduras. – Un estudio etnohistórico realizado por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) confirma la presencia del pueblo maya chortí en Azacualpa, La Unión, Copán, desde antes del siglo XVII, pese a la negativa sobre el tema por parte de la transnacional minera instalada en la zona.

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Titulado “Etnohistoria de las aldeas de San Andrés Minas, Azacualpa y San Miguel, La Unión, Copán”, el estudio recoge el pasado colonial del occidente de Honduras, los rituales y la secuencia genealógica de los pobladores bautizados a partir de 1857 en la zona.

El documento recoge además la breve instalación de la alcaldía mayor de San Andrés de la Nueva Zaragoza en 1678 con el propósito de organizar la explotación de minerales con mano de obra indígena, los títulos de tierra extendidos en 1838 y los censos poblacionales de 1896, y la historia oral de prácticas y costumbres de la población, entre otros.

El estudio fue elaborado a petición de la Fiscalía Especial de Protección a las Etnias y Patrimonio Cultural (FEP-ETNIAS/PC) y el Instituto Hondureño de Geología y Minas (Inhgeomin) en junio de 2023 con el propósito de determinar si existen o no afectaciones culturales provocadas por la extracción minera en la zona.

Andrés Morales, el investigador de la Unidad de Historia a cargo del estudio del IHAH, afirmó que “no se puede ocultar el sol con un dedo” y que los estudios antropológicos clásicos sobre poblaciones mayas chortí detallaron rituales aún presentes en la memoria de los pobladores, pese a las afectaciones y desplazamientos.

Entre estos rituales destacan el tziki, un ritual fúnebre mediante el cual se comparte alimentos y agua con los difuntos; el baño de San Andrés, que tiene como propósito atraer la lluvia; y la continuidad de la medicina tradicional vinculada a la población maya chortí, entre otros.

Durante la presentación del estudio, Morales abordó la transformación de la presencia minera y sus propietarios a lo largo de las décadas. Entre estos destacó Victoriano Castellano, quien previo a ser presidente provisional de Honduras en 1862, tuvo la explotación minera en San Miguel y San Andrés, incluso pidió permisos para la introducción de maquinaria para la extracción minera en la zona, aunque esta nunca salió del puerto.

Asimismo, citó documentación de Rafael Girard, un etnógrafo que ya para 1940 documentó las manifestaciones culturales del pueblo maya chortí, que coinciden con muchas de las prácticas de la población actual en Azacualpa en La Unión, Copán.

Morales compartió que en el título de territorio de San Andrés de 1838 se preserva la continuidad de sitios que aún son recordados en la actualidad, entre los que destacó el cerro Los Hornillos, hacia donde avanza la extracción minera; el camposanto de San Andrés y el patio de la iglesia de San Andrés, ambos ya destruidos.

El cerro de Los Hornillos fue motivo de disputa con la empresa minera, luego que desde el Instituto de Conservación Forestal (ICF) se aprobó un plan de salvamento forestal.

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También señaló las características de la ocupación en las comunidades indígenas en la zona, que durante siglos han sido explotadas por estructuras político-económicas: primero tras el proceso de colonización, seguida por los criollos y recientemente, en los siglos XX y XXI, por actores privados nacionales y transnacionales.

La presentación del estudio etnohistórico fue realizada el jueves 4 de septiembre en la Casa de la Cultura de Santa Rosa de Copán, en presencia de representantes de las poblaciones maya chortí afectadas por la expansión de Minerales de Occidente S.A. (Minosa), filial en Honduras de la transnacional Aura Minerals.

Previo a la ponencia de Morales, Lestter Castro, abogado del BED, realizó un repaso por las acciones judiciales realizadas por las comunidades a lo largo de los años para detener el avance de la minería a cielo abierto en su territorio. También abordó cómo desde la institucionalidad y la empresa minera se ha negado la existencia de la ancestralidad maya chortí en la zona.

Aura Fernández, en representación de Abogados Sin Fronteras Canadá, se refirió con respecto a los avances realizados por la vía internacional ante el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales (CESCR, por sus siglas en inglés).

En agosto de 2024 se interpuso una comunicación individual ante el CESCR por la vulneración de los derechos de protección y asistencia a la familia y el derecho a la salud psíquica y emocional de integrantes de la comunidad maya chortí, luego que desde la institucionalidad estatal no se dio cumplimiento al fallo de amparo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) en favor del cementerio de San Andrés.

Aura Fernández señaló que las exhumaciones realizadas en el camposanto de San Andrés, pese a la sentencia de amparo de la CSJ, implicó el rompimiento con las sagradas tradiciones del pueblo maya chortí.

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