Por: Redacción CRITERIO
Tegucigalpa.-El director de la Fundación para el Desarrollo de la Vivienda Social Urbana y Rural (FUNDEVI), Juan Carlos Reyes, dijo este martes que no se arrepiente de haber querellado por el delito de difamación a la extinta directora del Movimiento Feminista “Visitación Padilla”, Gladys Lanza.
“Yo no me puedo arrepentir de defender mis derechos. Yo lo único que hice fue defender mis derechos y acudir a los tribunales”, apuntó el también esposo de la diputada liberal y expresidenta del Banco Central de Honduras, Gabriela Núñez.
Gladys Lanza fue condenada por la justicia hondureña por haber denunciado a Reyes de acosar sexualmente a Lesbia Liliana Pacheco Kristoff, víctima del funcionario mientras se desempeñaba como empleada de FUNDEVI.
Reyes, quien fue acusado por la extinta lideresa social a nombre del Movimiento Feminista “Visitación Padilla”, añadió que la sentencia librada contra Lanza no es su responsabilidad sino de los tribunales, ya que se desprendió de una acusación que él hizo contra Lesbia Liliana Pacheco Kristoff.
Pese a que la noticia del día ha sido el deceso de Gladys Lanza, Reyes consideró que se hizo justicia en su contra, porque lo que él siempre buscó fue su reivindicación.
Reveló, además, que en su momento buscó conciliar con la otra parte, pero “no sólo rechazaron mi propuesta de conciliación sino que se mofaron de ella creyendo que era por cobardía que yo quería negociar”.
Añadió que el juicio en el cual estuvo involucrada Lanza continuará el próximo lunes 26 de septiembre, día en que Pacheco Kristoff, irá a juicio oral y público.
“El lunes reinicia la audiencia que ya empezó, pero por razones de agenda la sala correspondiente nos ha citado para continuar el juicio el lunes de la próxima semana”, insistió.
Al momento de su muerte Gladys Lanza, gozaba de medidas sustitutivas de cárcel, mientras su juicio se encontraba en casación en la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.
La justicia hondureña sentenció a Gladys Lanza el 26 de marzo de 2015 a año y medio de reclusión y a pagar una conmuta a la que la sentenciada se negó al considerar que al hacerlo estaba aceptando haber cometido una falta que nunca cometió.
