Erasmo Portillo Pinto, fiel seguidor de Juan Orlando Hernández y ahora ungido por el presidente del Partido Nacional, David Chávez, busca la alcaldía de la capital hondureña tras su paso por la administración pública, en la que fungió como director del programa Becas 20/20, señalado por presuntas irregularidades.
Su suegro, Ricardo Álvarez, y su padre, José Erasmo Portillo, el primero como alcalde capitalino y el segundo como director del INA, han sido señalados por actos de corrupción.
Tegucigalpa, Honduras.- Erasmo José Portillo Pinto, actual diputado del Congreso Nacional (2022-2026), aspira a la Alcaldía del Municipio del Distrito Central como precandidato del movimiento “Actuemos Ya”, liderado por Carlos Urbizo dentro del Partido Nacional de Honduras (PNH).
En sus redes sociales, se presenta como un hombre de familia, destacando a su esposa y sus tres hijos como su mayor inspiración. Esta imagen de hogar y valores tradicionales se refuerza en anuncios publicitarios, en los que busca proyectarse como un líder conservador.
Sin embargo, tras esta fachada de “hombre correcto” se esconde una trayectoria marcada por la inactividad en el Congreso y su pasado como director del programa Becas 20/20, durante el gobierno de Juan Orlando Hernández (2014-2022), una gestión señalada por su falta de transparencia.
Aunque se autodefine como un “luchador que viene de abajo”, su historia familiar revela un arraigo en la política y la administración pública marcada por señalamientos de corrupción.
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Legado de Ricardo Álvarez
Aunque se suele decir que los hijos no deben cargar con los errores de sus padres, en este caso es difícil separar al joven de su arraigo familiar, pues su linaje ha sido clave en su ascenso político y en su aspiración a un cargo de elección popular, de hecho, en diversas entrevistas, ha reconocido la influencia de su suegro, el exalcalde de la capital, Ricardo Álvarez, en su introducción a la política e incluso es quien lo ha asesorado en su camino para llegar a ocupar el mismo puesto de alcalde, bajo la bandera del Partido Nacional.
Pero es precisamente ese vínculo familiar lo que más resalta, tomando en cuenta que Ricardo Álvarez, quien fungió como alcalde capitalino en dos periodos consecutivos 2006-2010 y 2010-2014. Álvarez dejó como legado uno de los mayores símbolos de corrupción en Honduras: el Trans 450, un proyecto que prometía ser una solución moderna, segura y económica para el transporte público en la capital que nunca se concretó, a pesar de haber sido inaugurado y contar con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), además de fondos de la Alcaldía capitalina, que en total habrían desembolsado 58 millones de dólares para su ejecución.
Sin embargo, el proyecto nunca se concretó, y ahora la estructura se utiliza para diversas actividades, como monitoreo de tránsito, puestos de ventas e incluso ha servido como refugio para migrantes venezolanos que transitan por Honduras y de aposento para personas en condiciones de calle.
Precisamente el vínculo familiar de Portillo con Álvarez lo inhabilitaba para postularse como candidato a diputado en las elecciones de 2021, según lo establece la Constitución de la República, que prohíbe la elección por voto popular de cónyuges o parientes hasta el cuatro grado de consanguinidad de designados presidenciales o presidentes de la República, y Ricardo Alvarez ocupaba el puesto de designado presidencial.
Esta restricción fue señalada, en su momento, por las entonces consejeras Rixi Moncada, afín al Partido Libertad y Refundación (Libre), y Ana Paola Hall, afín al Partido Liberal de Honduras (PLH). A pesar de ello, Portillo participó en las elecciones generales de 2021, aunque no en las primarias. Según su versión, su candidatura se originó tras la renuncia de otro aspirante, lo que le permitió ocupar su lugar. No obstante, su postulación generó controversia por la violación a la Constitución. Asimismo, muchos lo acusaron de haber utilizado la promoción del programa de becas 20/20 como estrategia de campaña política.
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Entramado de corrupción
Además de su suegro, su padre, José Erasmo Portillo, fue acusado de cometer actos de corrupción durante su gestión como director del Instituto Nacional Agrario (INA) entre 2002 y 2006, en el gobierno de Ricardo Maduro.
El Ministerio Público acusó a Erasmo Portillo padre de enriquecimiento ilícito, debido a que, según una auditoría del Tribunal Superior de Cuentas, presentó un incremento en su patrimonio de casi tres millones de lempiras, el cual no pudo justificar.
El caso se prolongó durante varios años. En 2013, se le otorgó sobreseimiento provisional y se le aplicaron medidas cautelares distintas a la prisión. No fue hasta mayo de 2018 cuando fue absuelto de toda responsabilidad penal, decisión que celebró afirmando que se había hecho justicia ante las autoridades y el Estado.
Los lazos familiares con la corrupción en la administración pública no se detienen ahí; su abuelo, Óscar Pinto, ocupó el cargo de administrador de la aduana Agua Caliente, en el departamento de Ocotepeque, frontera con Guatemala, y estuvo involucrado en el caso conocido como “Gazolinazo”, ocurrido entre 2003 y 2004. Este escándalo consistió en la introducción irregular de gasolina a Honduras, generando un perjuicio fiscal al Estado.
Por estos hechos, Pinto fue acusado de defraudación fiscal, abuso de autoridad y falsificación de documentos públicos. Como consecuencia, enfrentó un proceso judicial que lo llevó a cumplir prisión domiciliaria.
La familia Pinto ha ocupado cargos estratégicos dentro del Estado hondureño. Un ejemplo de ello es Sandra Marlén Pinto, hija de Óscar Pinto, y madre de Erasmo Portillo, dirigió la Dirección de Fomento a la Minería (Defomin), una entidad adscrita a la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente (Serna), que a partir de 2013 fue sustituida por el Instituto Hondureño de Geología y Minas (Inhgeomin) .
Por su parte, su tía, Denia Carolina Pinto y el esposo de ella, Armando Chinchilla, hermana y cuñada de Sandra Marlén Pinto, trabajaron junto a Ricardo Álvarez cuando éste se desempeñó como secretario privado del expresidente Ricardo Maduro.
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Bares y escuelas
Para ganarse la simpatía de la población, Erasmo Portillo, se presenta como un luchador, sin embargo, su historia revela un origen privilegiado. Cursó estudios en Derecho en la Universidad de Navarra y obtuvo una maestría en administración de empresas en la prestigiosa escuela de negocios INCAE.
Además, es socio propietario de ENTRETUR, un grupo empresarial que abarca varios negocios, principalmente restaurantes y bares. En una entrevista, comentó que comparte la empresa con su cuñado y otros socios, mientras que su esposa, Analisa Álvarez, se dedica a su administración a tiempo completo, aunque, según él, solo en determinados períodos.
Su faceta como empresario de bares, contrasta con su paso por la administración pública en temas educativos, ya que durante el gobierno del expresidente Juan Orlando Hernández, ocupó dos cargos de relevancia: director del programa de Becas 20/20. (2016-2018) y subsecretario de Educación (2018-2020).
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Polémicas Becas
El programa de becas, creado en 2016 y dirigido por Erasmo Portillo, fue objeto de múltiples cuestionamientos. Concebido con la meta de beneficiar a 33 mil jóvenes de los tres niveles educativos, contaba con un presupuesto de 360 millones de lempiras, sin embargo, su ejecución estuvo marcada por constantes retrasos en la entrega de becas y, tras su cierre abrupto, dejó a muchos estudiantes sin apoyo para continuar sus estudios.
En la administración de la presidenta Xiomara Castro, se denunciaron irregularidades y falta de transparencia en el manejo de este programa. Según el entonces secretario de la Presidencia, Rodolfo Pastor de María y Campos, una revisión técnica reveló que no existía una base de datos de los beneficiarios ni expedientes que documentan la adjudicación de las becas.
Además, se descubrió que los fondos para su financiamiento provenían de la Empresa Nacional Portuaria (ENP), canalizados a través de un fideicomiso en un banco.
“Las autoridades que administraban el programa no dejaron rastro de la base de datos de los beneficiarios ni de los expedientes de adjudicación de becas”, señaló Pastor de María y Campos, tras exponer los hallazgos de la comisión técnica nombrada por la presidenta Castro.
El funcionario expresó que el programa fue liquidado en 2021 sin cumplir con los procedimientos de cierre, como la entrega de informes y la actualización del estado de los becados. Únicamente se registró la donación de sus bienes a Educrédito.
Ante estas acusaciones, Erasmo Portillo se defendió afirmando que el cierre del programa no ocurrió en diciembre de 2021, como aseguraba el gobierno, sino en enero de 2022, bajo la administración de Castro. Además, manifestó su disposición para entregar los informes de cierre, pero nunca fue atendido y calificó las denuncias de Pastor de María y Campos como falsas, por lo que interpuso acciones legales por difamación.
Aunque Portillo sostiene que la rendición de cuentas fue transparente, este medio de comunicación también solicitó información sobre la entrega de becas, pero jamás obtuvo respuesta.
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Discípulo de JOH
El expresidente Juan Orlando Hernández, hoy privado de libertad en Estados Unidos por delitos de narcotráfico, fue, según Portillo, quien le abrió las puertas de la administración pública. En una entrevista, recordó que, tras graduarse como abogado, inició su carrera en un bufete privado, pero poco después recibió el llamado de Hernández para fundar el programa de Becas 20/20.
Por esta razón, considera a Hernández su mayor influencia en el ámbito político, incluso por encima de su propio suegro, Ricardo Álvarez.
A pesar de la condena a 45 años de prisión impuesta al exmandatario en Estados Unidos, Portillo sigue defendiéndolo. En una entrevista reciente, arremetió contra quienes antes estuvieron a su lado y ahora lo desconocen.
“Yo sé que hay muchas personas que, después de lo que le pasó, lo niegan (…) Yo creo que esas personas son unos “maricas”, porque comieron de la mano del presidente Juan Orlando y ahora, que el hombre está fregado, lo desconocen”, expresó con indignación. Luego, reafirmó su postura con tono desafiante: “Oíme, hay que ser muy “maricas” para hacer eso”, sentenció.
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Respaldo de David Chávez
Con la influencia de Juan Orlando Hernández, junto con la de su suegro, su padre y otros familiares con trayectoria en la política y la administración pública, Portillo ha forjado su camino y ahora cuenta también con el respaldo del presidente del Partido Nacional de Honduras, David Chávez.
Chávez, quien permaneció prófugo de la justicia durante 15 meses, regresó recientemente al país en medio de señalamientos de que su retorno responde a un pacto de impunidad que involucra a figuras de diversos partidos políticos. La orden de captura en su contra fue emitida por el desvío de al menos 60 millones de lempiras cuando dirigió el Instituto Hondureño de Formación Profesional (Infop) entre 2010 y 2013.
En un mitin celebrado el domingo 23 de febrero en la sede del Partido Nacional, Chávez alzó la mano de Portillo en señal de apoyo a su candidatura como alcalde, un cargo al que él aspiró sin éxito en las elecciones de 2021, “vamos a apoyar a candidatos que tengan compromiso con el partido”, afirmó.
Erasmo Portillo busca construir su candidatura sobre la cercanía con la gente. Junto a su esposa, ha impulsado diversas iniciativas de ayuda social, convencido de que este tipo de acciones son difíciles de ejecutar desde el Congreso, donde las responsabilidades de un diputado son distintas.
Para ampliar sobre sus propuestas en esta nueva faceta, Criterio.hn intentó comunicarse con Erasmo Portillo, sin embargo, hasta el cierre de esta publicación no se obtuvo una respuesta.
Como joven candidato, Portillo, apuesta por soluciones innovadoras que integren la tecnología para mejorar la calidad de vida de la población, sin embargo, en cada paso de su recorrido político, el peso de su arraigo familiar y los señalamientos de opacidad y corrupción siguen siendo una sombra imposible de eludir.
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Periodista comprometida con Honduras, amante de los animales, las letras y la justicia. He escrito para medios nacionales e internacionales, creo fielmente que desde esta trinchera se puede incidir para lograr verdaderos cambios en favor de los sectores más vulnerables. Ver todas las entradas