Por: Tomás Andino Mencía
Ante la actual crisis generada por el COVID-19, el régimen de Juan Orlando Hernández ha hecho exactamente lo contrario de lo que se necesita hacer para salvar la vida de las y los hondureños, en cambio ha hecho todo lo que debe hacer para que tanto él como su pandilla de empresarios afines salgan más ricos y más fortalecidos económicamente.
No tardó mucho el régimen en darse cuenta de que la enfermedad podría aprovecharse no sólo para salvarse de la crisis que le iban a producir los avances de los juicios de Nueva York, sino para salir más fortalecidos política y económicamente. Hábilmente usaron la declaración de pandemia del coronavirus como justificación para meter de contrabando el sistema de salud privado que desde hace años han intentado imponer, con el cual quieren destruir al IHSS y reducir a la Edad de Piedra al sistema de salud pública de Honduras.
La primer medida que aprobó en ese sentido fue la rimbombante «Ley Especial de Aceleración Económica y Protección Social frente a los efectos del Coronavirus» la cual, contrario a lo que su nombre indica, nada tiene que ver con una respuesta efectiva a esta enfermedad. En base a esta ley el régimen se aseguró de contar con 420 millones de dólares, aproximadamente diez mil millones de lempiras, para crear una red de 95 centros asistenciales de salud y 11 hospitales regionales tercerizados, es decir privatizados. Se prometió también que en su construcción se le daría empleo a muchísima gente y que el país rebocería de prosperidad. El superministro Ebal Díaz en persona llegó al Congreso Nacional para presentar el proyecto de ley calificándolo como la «medida que el país necesita para hacerle frente a la enfermedad» (Radio Progreso, 13 marzo 2020). Se le dispensaron dos debates y se estableció que las contrataciones no cumplirían los controles anticorrupción porque, se justifico, sería hechas «por la emergencia».
Lo inaudito es que, contrario a lo que indica su nombre, dicha ley no contempla ni un centavo para invertir en la actual red hospitalaria y sanitaria pública ni en los centros especiales para atender a los enfermos de COVID-19. De hecho, dichos hospitales se planificaron a ser construidos hasta dentro de 6 a 12 meses, incluido un hospital oncológico que nada tiene que ver con el covid-19. Es decir que estarán listos para cuando hayan pasado al otro mundo miles de personas víctimas de la neumonía. Para la banca internacional como el BCIE, que financia el proyecto, ese detalle no tiene mayor importancia.
No tardó mucho en caer la farsa: el 26 de marzo la ministra pedagoga Alba Consuelo Flores confirmó en declaraciones a Libertad Digital el 26 de marzo que «no estamos en condiciones de construir hospitales, instalaremos carpas», desmintiendo así que alguna vez el gobierno hubiera tenido la intención de construir algún hospital para atender la emergencia. Posteriormente, el 1 de abril, en declaraciones para Radio América, el mismo ministro Díaz confirmó que los 420 millones de dólares aprobados el 13 de marzo «no son para la emergencia sino para reactivar la economía». Y para rematar el mismo funcionario lavo las manos del gobierno ante el dramático llamado que hacen los médicos a que se les provea de protección diciendo que los recursos para eso «ya están contemplados en el actual presupuesto de la secretaría de salud» pero que sólo «nos hace falta la dotación de insumos que no hay en el mercado» (Radio América, 1 de abril 2020). Claro que no los hay porque no lo buscaron a tiempo!
Si algo caracteriza a los funcionarios de la narcodictadura es su descarado cinismo queriendo.tomar al Pueblo por tonto.
Lo macabro del asunto es que JOH apuesta a que mientras más crítica sea la situación de salud por la pandemia, o sea, mientras más hondureños y hondureñas mueran, tendrá justificación para solicitar más fondos tanto al Congreso Nacional como a la banca internacional. Como consecuencia, más riqueza acumulará el dictador y su pandilla de narcos y empresarios corruptos porque no los invertirán en la crisis sanitaria.
A juzgar por lo que ha trascendido públicamente los ingresos del narcogobierno son gigantescos. Sólo hasta el 31 de marzo habían sido aprobados aproximadamente 18,300 millones de Lempiras a lo cual hay que agregar las recientes disposiciones administrativas mediante las que el Poder Ejecutivo decreto que todas las Secretarías de Estado deben recortar el 10% de sus presupuestos para destinarlos supuestamente a la enfermedad, e igual se le pide a los empleados públicos una deducción.
Adicionalmente, el régimen tiene la oferta del FMI y del Banco Mundial de concederle una suspensión del pago de la deuda externa que sólo en lo que respecta al presupuesto 2020 anda por el orden de los 5,836 millones de lempiras, sin mencionar la millonaria ganancia que está teniendo por ahorro del costo de combustible debido a la baja ante su precio internacional.
Por si lo anterior fuera poco al momento de escribir este artículo me entero que han sido aprobados 2500 millones de dólares en el Congreso Nacional adicionales. Vaya bocado que se va a echar la narcodictadura.
Entonces la pregunta que surge es en qué van a gastar todo ese dinero. Por supuesto que no son claros al respecto pero Ebal Díaz ha dado una pista qué nos permite suponerlo. Dijo el 1 de abril que se invertirán en «reactivar la economía» lo que en buen lenguaje cachureco significa invertir en las empresas y bancos de la rancia oligarquía, incluidos los negocios sucios pertenecientes al narco.
De hecho el 1 de abril se aprobaron medidas para dispensar a la empresa privada del pago de impuestos e intereses mediante un decreto legislativo por el cual se reduce la tasa de interés y el encaje bancario. La burguesía financiera industrial y comercial tienen motivos para estar de fiesta.
No podían faltar en el club de privilegiados el aprovisionamiento y equipamiento de sus perros de garra, léase, la Policía Militar, que ahora dispondrán de trajes protectores para que nos golpeen y disparen sin «contaminarse».
Ahora sabemos que la danza de miles de millones que muchos ingenuamente creyeron se destinaría a la respuesta de la emergencia van a parar a temas más «patrióticos», como asegurar los negocios de los banqueros y demás empresarios mediante rescates multimillonarios que les impidan quebrar, en aras de salvar «la economía», es decir, sus gigantescas ganancias.
Y los pobres ? que se jodan!
No puede esperarse otra cosa de un gobierno de narcotraficantes.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
4 respuestas
Cierto .
Por eso ho han querido aplicar el toque de queda lo han hecho a proposito, pero creo que lo haran cuando hayan sacado todo que habia y compromer al pais, osea hasta puexe renunciar el presidente cuando ezte seguro que no hay de donde sa ar algo y Dios que me perdone, pero vere con mis hijos la recompensa de los impios sino se arrepiente de la maldad hecha a este humilde pueblo
Y políticos corruptos
Triste Realidad pero es la Verdad gracias a Dios oy está rindiendo cuentas uno menos que se llevó las manos manchadas de Sangre porque son una bola de Cobardes que sólo dan órdenes para matar