En los primeros 21 días de 2024 ya se registraron cuatro asesinatos múltiples que dejaron 12 muertos, superando, de esa manera, a las 2 registradas en el mismo periodo de tiempo en 2022, que dejó como consecuencia seis víctimas mortales
Lo paradójico del caso es que este ambiente de violencia, criminalidad, inseguridad e incertidumbre que está viviendo la población hondureña, se está dando mientras el gobierno que lidera la presidenta Xiomara Castro implementa rigurosas estrategias para combatir el delito, que han carecido de efectividad
Tegucigalpa, Honduras. – Del uno al 21 de enero de 2024, se registraron cuatro asesinatos múltiples en diferentes partes del territorio nacional, dejando un saldo de 12 personas muertas, entre ellas, tres mujeres, quedando en evidencia, una vez más, que las estructuras criminales ya encontraron el mecanismo para obviar las posibles dificultades que representan las medidas de seguridad implementadas por el gobierno de turno.
Roatán en Islas de la Bahía, Iriona en Colón, La Jigua en Copán y El Progreso en Yoro, fueron los lugares que se convirtieron en el escenario para ejecutar estos cuatro homicidios múltiples que, como saldo, dejaron 12 muertos, mientras los perpetradores se encuentran en completa libertad, ante la poca efectividad investigativa de las autoridades policiales que, como consecuencia, permite que se continúen ejecutando este tipo de delitos por la prevalencia de la impunidad.
Lo paradójico del caso es que, aunque la cifra es baja, según las opiniones de las autoridades, ya superó al número de homicidios múltiples registrados en 2023, durante el mismo periodo de tiempo. En 21 días, dos hechos violentos múltiples, con la mitad de víctimas (6). Sin embargo, la cifra de masacres del año anterior, superó a la de 2022, que no habían ejecutado las medidas de seguridad.
De hecho, pese a que en 2023 la estrategia policial y militar se volvió más rigurosa para erradicar el crimen organizado y narcotráfico, se registraron más homicidios múltiples que el 2022. El año anterior se registraron 43 masacres, dejando un saldo de 205 víctimas, entre hombres, mujeres y menores de edad, mientras que en 2022 un poco más de 30.
La cúpula de la Policía Nacional justifica que, aunque día a día continúan asesinando hondureños, la incidencia del delito no es tan alta, como lo era hace varios años atrás, cuando comenzó el gobierno dictatorial del expresidente Juan Orlando Hernández (2014-2018 y 2018-2022).
Además, pese a un rosario de cuestionamientos y advertencias de defensores de derechos humanos y abogados constitucionalistas, los policías sostienen que, gracias al estado de excepción implementado el seis de diciembre de 2022 y que continúa vigente, la criminalidad y los homicidios individuales han logrado descenso.
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PATRONES DE LAS MUERTES MÚLTIPLES
Migdonia Ayestas, directora del Observatorio Nacional de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (OV- UNAH), aseguró que los homicidios múltiples se concretan por varios patrones de violencia que, en su mayoría, son ejecutados por el crimen organizado y hasta miembros de una misma familia.
“En el tema de los homicidios múltiples no sólo es de estos grupos del crimen organizado, sino que muchas veces tienen que ver con riñas entre familias que provocan que se maten entre más de tres”, enfatizó Migdonia Ayestas en Pláticas con Criterio.hn.
Por ejemplo, de los cuatro homicidios múltiples registrados este 2024, tres fueron ejecutados en el área rural del país y, de acuerdo la información de las autoridades, la mayoría de masacres que se registran en estas zonas, son por discusiones verbales entre familiares, que concluyen con la muerte de tres o más personas.
El único asesinato múltiple registrado en la zona urbana de Honduras, es el de las tres jóvenes ultimadas en Roatán, Islas de la Bahía, cuyo perpetrador, de origen estadounidense, ya fue identificado y está siendo perseguido por las autoridades para que el crimen no quede en la completa impunidad, como la mayoría de hechos.
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Para tratar de combatir la comisión de esta manera de ajustar cuentas entre maras y pandillas, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas (FF. AA) a través de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), hace varios días desplegaron cientos de efectivos en los departamentos que están registrando incidencia criminal y delictiva.
Durante el gobierno de la presidenta Xiomara Castro no es la primera vez que intervienen departamentos, esto ya se registró hace casi un año, que pusieron en marcha la segunda fase del plan Solución Contra el Crimen (SCC), que duró seis meses, pero las autoridades de las instituciones armadas no rindieron cuentas de los hallazgos encontrados en la labor operativa.
Aunque la presidenta Xiomara Castro, en su campaña proselitista, prometió no utilizar la fuerza militar en su gobierno, porque en las manifestaciones que realizaba de la mano del partido Libertad Y Refundación (Libre) en 2009, después del golpe de Estado, estos se encargaron de reprimirlos y vulnerar sus derechos.
Sin embargo, en el poder la realidad es distinta, Castro no sólo ha utilizado la fuerza militar, sino que también les ha entregado poder como, por ejemplo, permitir que administren todas las cárceles del país y, de igual manera, facultarlos para que intervengan los departamentos denominados más violentos, pesa a que va en contra de la Constitución de la República.
El artículo 272 de la Constitución de la República establece que los militares sólo están facultados para acompañar las estrategias policías, no encabezar operativos. Además, la normativa dicta que las Fuerzas Armadas fueron constituidas para velar por la integridad territorial y la soberanía de la república.
Para el caso, el abogado constitucionalista Joaquín Mejía, sostiene que los militares no deben de encabezar operaciones, sólo cuando sea de manera excepcional y necesario, porque ellos fueron y están siendo preparados para combatir contra el enemigo, no convivir con la población.
“Los militares fueron creados para combatir al enemigo, cuidar el territorio hondureño, no para convivir con la población; ellos sólo miran enemigos”, precisó Mejía.
