Bukele se suma a los mandatarios Juan Orlando Hernández de Honduras y Daniel Ortega de Nicaragua, quienes también han concretado una reelección presidencial en Centroamérica en los últimos años
Foto de portada cortesía de Casa Presidencial El Salvador
Tegucigalpa, Honduras.- La mañana del sábado 1 de junio de 2024 quedará marcada en los anales de la historia de El Salvador como el día en que un presidente logró concretar una reelección presidencial, la primera desde la de Maximiliano Hernández Martínez en 1935.
Algunos analistas consideran que esta reelección representa la consolidación de una nueva dictadura en Centroamérica, aunque muchos se resisten a catalogar a Bukele con dicho término debido a su popularidad, tanto en El Salvador como a nivel internacional.
Esa fama se debe en gran parte a su masiva inversión en publicidad y a estrategias mediáticas que lo mantienen constantemente en tendencia.
Otro aspecto que ha aumentado su simpatía entre líderes presidenciales es su modelo de seguridad, que incluye la militarización, mano dura contra las pandillas y la creación de cárceles que generan temor entre la población.
Sin embargo, estas medidas han sido cuestionadas por no abordar las causas estructurales de la violencia y centrarse únicamente en la represión.
Además, la implementación de un estado de excepción que viola las garantías constitucionales y la negativa de Bukele a responder a las críticas sobre el respeto a los derechos humanos.
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BUKELE PIDIÓ LEALTAD EN SU PROYECTO PARA SANAR ECONOMÍA SALVADOREÑA
Nayib Bukele prometió que su enfoque en el segundo mandato sería sanar la economía en El Salvador, así lo afirmó durante su discurso tras ser juramentado ante miles de personas en la plaza Gerardo Barrios de San Salvador.
«Vamos a enfocarnos en los problemas importantes, empezando por la economía. Y quizás en este nuevo tratamiento haya que tomar medicina amarga. El Salvador necesita tres cosas: la guía de Dios, el trabajo del Gobierno y que el pueblo defienda a capa y espada cada una de las decisiones que se tomen», expresó mientras era ovacionado.
Bukele comparó la situación actual con la manera en que se había enfrentado el problema de la delincuencia en el país. Insistió en que, al igual que se habían logrado resultados positivos en seguridad, ahora era el momento de trasladar ese éxito a la economía.
Para concretar el plan pidió a los salvadoreños obediencia y confianza en sus medidas económicas.
Al final de su discurso, que duró 35 minutos, Bukele pidió a los presentes que realizarán un juramento de lealtad en su segundo mandato.
«Juramos defender incondicionalmente nuestro proyecto de Nación, siguiendo al pie de la letra cada uno de los pasos, sin quejarnos. Y juramos nunca escuchar a los enemigos del pueblo», expresó.
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RENOVAR COOPERACIÓN ENTRE HONDURAS Y EL SALVADOR
Tras su investidura, Nayib Bukele sostuvo una reunión con varios mandatarios, entre ellos la presidenta hondureña Xiomara Castro.
Aunque Castro ha cuestionado las reelecciones presidenciales, ha adoptado una postura distinta en el caso de Bukele y su gobierno ha mantenido una relación cercana con El Salvador la cual seguirá en este periodo pese a que es catalogado como inconstitucional.
En la reunión, la presidenta Xiomara Castro y Nayib Bukele acordaron renovar las relaciones de cooperación. (Foto: Cortesía Casa Presidencial El Salvador).
Cabe recordar que el hijo de Castro y secretario privado, Héctor Zelaya, ya se había reunido con Bukele en mayo pasado, según se informó con el fin de fortalecer lazos de cooperación.
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DICTADURAS MODERNAS
En los últimos años, Centroamérica ha visto la instauración de modelos de dictaduras modernas con figuras como Juan Orlando Hernández en Honduras, Daniel Ortega en Nicaragua y Nayib Bukele en El Salvador. Según analistas consultados por Criterio.hn, estos modelos representan una evolución de las dictaduras tradicionales.
El abogado y analista político, Rodil Rivera Rodil, destacó que estas nuevas dictaduras no presentan las características convencionales de las de la década de los 80, las cuales se imponían contra la voluntad popular.
En cambio, los actuales gobernantes han adoptado estrategias diferentes, como la reforma de la Constitución para validar su reelección y el uso de campañas mediáticas para ganar aceptación, tal como lo ha hecho Nayib Bukele.
Graco Pérez, analista en temas internacionales, añadió que países de corte socialista como China y Rusia prefieren este tipo de modelos porque permiten decisiones unilaterales, al no existir un sistema de pesos y contrapesos característico de un gobierno democrático.
