Por: Edgar Soriano Ortiz
El director de teatro Tito Ochoa llevó a escena la obra teatral “El retablo del flautista” de dramaturgo catalán, Jordi Teixidor Martínez, y protagonizada por Oscar Quiroz, Leo Matute, Jean Navarro, Carolline Álvarez, Gabriel Ochoa, María Dubón, Christina Roque y Vera Guillen. El montaje de Casa del teatro Memoria cuenta con arreglos musicales de los músicos Alfredo Corrales y Mariano Rodríguez (ex Rascaniguas, quienes en 1985 montaron esta obra), la escenografía fue elaborada por Marcos Licona y las expresivas máscaras por el profesor José Luis Recinos.
Qué nos deja esta obra, con su texto dramatúrgico nos hunde en las raíces medievales de narrativas construidas por imaginarios que caracterizan las conductas de la usura y los temores generalizados ante la comodidad de esperar a un redentor. Los hermanos alemanes, Grimm, a principios del siglo XIX recopilaron esos imaginarios en la obra “Der Rattefänger von Hameln”. Esta metafórica obra que recoge la construcción ideológica occidental, cargada de contradicciones entre la “dualidad” cristiana del “bien” y el “mal”.
Quizás el dramaturgo Teixidor con el director Tito Ochoa estén en una misma sintonía, marcada por los contextos de sus regiones articuladas a un mundo donde la plusvalía se impone “animalizando la razón” en la rueda amarrada a una historia que subyace entre máscaras y conspiraciones, determinando los senderos de autoritarismos y falsa libertad de las “democracias” que rompen la promesa de construir convivencias justas.
Este teatro maduro, desde el texto al montaje, desromantiza el conflicto, llevándonos a la pérdida de inocencia, donde la burguesía y sus dirigentes son expuestos en sus corruptelas, pero también desmitifica la idealización del pueblo.
Las escenas transcurren con ágil exaltación al lenguaje corporal, en la secuencia de acciones físicas nos caracteriza con limpieza, estilo cuidadoso de Tito Ochoa, a conducir a los personajes a un razonamiento psicológico de lo que fueron en la lejanía del tiempo y lo que son ahora en la convulsa realidad y surrealismo enmascarado.
Envidias, usura, mentiras, miedos definen el qué hacer ante una invasión de ratas, que no son los simples roedores que siempre han convivido en las ciudades. Entonces, qué representa para los personajes interpretados por los actores y actrices de Memorias, sino el reto de invitarnos a entrar a escena repensando nuestros prejuicios y enfrentando a esa “animalidad oscura” que está dentro de cada una, resistiendo a marcharse, mientras pensamos en el camino fácil, el que alguien de afuera arregle nuestro mundo, desde lo judicial hasta nuestros egos, como una lepra de corroe nuestras seccionadas emociones en la era del “big data”.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
Una serie de pruebas toxicológicas y un registro que garantiza la legalidad de portar un arma de fuego vienen acompañados de la #NuevaLeyDeArmas Infórmate ⬇️⬇️⬇️