Los hipopótamos del narco

El nuevo orden

Por: Moisés Ulloa

Estamos a punto de ser testigos de procesos de cambio en nuestra Honduras. Para aquellos fanáticos de la saga de la “Guerra de las Galaxias”, podríamos decir que -se siente un disturbio en la fuerza-. Este proceso que ya dio inicio, viene en estampida y no existe mortal alguno que lo detenga.

Es por eso que con suma atención leí un artículo que gentilmente me compartiera a través de su cuenta de Twitter el respetado intelectual don Rodolfo Pastor: “Política anti-corrupción: ¿Intentan los EEUU desplazar al Partido Nacional del poder en Honduras?” análisis realizado por el sesudo pensamiento de don Gustavo Irías, director ejecutivo del Centro de Estudio para la Democracia CESPAD. Su artículo pone en escena los recientes aseguramientos de las sedes de los dos partidos políticos centenarios del país y como esto es parte de un plan estratégico por parte de los EEUU por reconfigurar las fuerzas políticas internas.

El escrito profundiza en la lucha anticorrupción de los EEUU, pero detalla que este actuar es más que un elemento meramente de orden y justicia; sino que lo enmarca verdaderamente, en una estrategia geopolítica que tiene como fundamento principal, la estructuración de un nuevo frente de oposición, que en cierta forma invisibiliza de forma paulatina (cualquier parecido con PAULINA es pura coincidencia), al partido creado por las estructuras Melista.

Dicho de otra forma, don Gustavo Irías plantea el hecho que los EEUU buscan una alternativa afín a sus pensamientos que permita el desplazamiento del partido de la dictadura sin crear un vacío de poder y sobre todo, sin la posibilidad que el desencanto en la clase política, hago un efecto extremo que someta a nuestro país a un giro a la izquierda Melista.

Sin duda alguna, el escrito del ilustre pensador Irías trajo varios comentarios en las redes e intercambios de opinión que valen la pena ser descritos, comenzando por un tuit mío en el que manifesté: Estamos ante una evidente recomposición, impuesta pero válida y necesaria, de la clase política; de este comentario el doctor Rodolfo Pastor manifestó “No es válida, ni puede ser sostenible una recomposición impuesta, que no sea el resultado de un proceso político propio, democrático y soberano. El resultado de una nueva impostura será una distorsión más de nuestro sistema político, que no representa ni sirve a los hondureños”; un ciudadano Carlos González indicó “Pero es realista, USA siempre va querer meter sus manos aquí, la estrategia siempre debe incluir ese factor, factor que no consideró Mel con su cuarta urna. Si Panamá, Costa Rica, Uruguay y Chile han podido manejar esa intervención y progresar, es posible aquí también”; el propio autor don Gustavo Irías aportó a la lluvia de ideas y manifestó, “El factor EEUU es real, lo importante es superar la mirada de que todo lo determina Washington. La dinámica interna de las fuerzas políticas también define el curso de la historia. La recomposición impuesta es muy dañina a la democracia, aunque no sea sostenible, es un escenario posible ¿cómo evitar que ese curso tome fuerza?”, a lo que le respondí:  nuestra inexistente institucionalidad permite la validez de lo impuesto. La clase política tradicional ha abusado de ese entorno, ambos componentes se nutren una de la otra. Si no existe esa recomposición de afuera, una revolución es inminente; finalizando el doctor Irías con un pensamiento que determina de forma contundente lo que estamos por vivir, “Estoy de acuerdo, tal como está la situación interna es muy difícil gestionar una salida a la crisis que sea favorable a los intereses de Washington. Ese es el juego, juego de tronos”.

¿Volvemos entonces a ser el experimento preferido del Imperio? La respuesta es sí. Nos hemos convertido en el eslabón para los EEUU de lo que no se puede perder en la región centroamericana; por lo tanto, la única opción viable que pueda darle un sostenimiento a la estructura del poder geopolítico, pero que al mismo tiempo permita una válvula de escape y de respuesta a los anhelos, a la presión social, a la mora moral, de justicia y de humanidad que se han acumulado por el egoísmo evidente de las clases de poder, es un nuevo orden.

Este nuevo orden que lamentablemente será impuesto, comenzará con el señalamiento de muchos de los miembros del club exclusivo del poder en Honduras: poco a poco nos iremos enterando (aún más) del desfile de personajes que serán descritos por “El Efecto Torres” y cuya muerte financiera dará paso a sus caídas en las diferentes actividades de la vida nacional. A esto no debemos de ignorar lo interno, en donde la UFECIC y la MACCIH tendrán que continuar su proceso de enjuiciamiento de los casos de corrupción que han fraguado y blindado las esferas del poder comprometidas por su actuar delictivo. Ante esta avalancha de presión internacional, no existirá ni una corte a la supuesta medida, capaz de detenerlo. Lo seguirán intentando sin duda, pero fracasarán.

En este proceso vendrán grandes “sacrificados”, pero que quede claro que estos son cualquier cosa, menos inocentes. La gran mayoría de los que serán marcados y tocados en esta purga inminente, son personas que durante años y de manera sistemática, han robado de forma descarada los tesoros del país, se han llenado a reventar sus barrigas ya obesas por su abuso y en su nefasta causa, han empobrecido aún más al pueblo, han degradado al estado y han hecho que la ciudadanía tenga un pie hacia un posible conflicto social sin precedentes en la historia de esta patria.

Este nuevo orden implica por lo tanto el resurgimiento de una nueva clase política, empresarial y social y aunque recalco, no es un producto de la voluntad soberana del país, si es necesaria y apremiante. Los políticos y la sociedad doméstica, fueron incapaces de autocorregirse y de limitarse en su desfachatez. Las cúpulas empresariales, los gremios e incluso, dos de las instituciones pilares de nuestras sociedades (iglesia y FFAA), se fueron acomodando, cerraron los ojos ante lo evidente. Hoy ante esta complicidad silenciosa de algunos y activa de otros, nos encontramos ante las puertas de una composición de piezas que debe urgentemente suceder, pues ante la realidad de no llevarlo a cabo y que las cosas sigan en la orgía de poder y corrupción actual, implicaría en mi opinión, un inminente levantamiento social.

El diálogo, aunque descalificado por muchos, puede dar paso al trabajo a lo interno que debemos ejercer, en preparación a lo que  conlleva este nuevo orden; dos fundamentos deben de salir de este diálogo: el plebiscito a corto plazo para determinar un pacto social (no debemos descartar, ni satanizar una ANC, pero esta no puede ocurrir sin antes haber depurado a esta clase política) y la voluntad inquebrantable que no se vaya a negociar ningún tipo de impunidad para aquellos que han cometido traición a la patria y que en este momento han sido blindados por los mismo EEUU. Por lo tanto, la misión fundamental de este ejercicio debe ser el conocer la verdad, el iniciar mediante esa verdad a hacer justicia y buscar, con ese nuevo pacto social, crear las estructuras de progreso, institucionalidad y oportunidad imperantes para tener paz.

Finalmente deseo manifestarles, que en este nuevo orden no debe de existir ningún tipo de exclusiones en cuando a pensamientos se refieren. La Izquierda genuina de Honduras, tiene valiosas aportaciones que hacer al país y representan a miles de compatriotas cuyo sentido político partidario tiene todo el derecho a ser y a participar en los derroteros como sociedad y nación. Un nuevo orden, por lo tanto, no puede ser excluyente, su único requisito debe ser el interés de Honduras, ante todo.

Entonces que no nos sorprenda lo que está por suceder en Honduras; si debemos prepararnos, pues este cambio fuerte que estamos por vivir no se aceptará de forma tranquila por aquellos que serán tocados y restringidos de sus patrimonios mal habidos. Se escucharán gritos de dolor y habrá lágrimas de penas; pero por primera vez no serán producidos por el pueblo, sino por aquellos que se acostumbraron a hacerlo sufrir y a salirse con las suyas.

  • Emy Padilla
    Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo emypadilla@criterio.hn

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3 comentarios

  1. Excelente articulo. Reafirma lo que Lic John Moran ha estado escribiendo – lo que Ud refiere como «disturbio en la Fuerza» se llama a nivel Mundial «The Great Awakening» y este purga populista dirigido desde arriba en limpiar el sistema se llama «The Storm». Esto y eld Sr. irias reafirman lo que el ha expuesto. Sinembargo va mas alla la corrupcion y Ud ni el Sr Irias atreven mencionarlo. Lic john si. Es mas que pilaje del Estado y corrupcion financiera.

  2. Desearia que esto pasase en este año que ya comiencen a cantar y extraditar esta cúpula que por décadas han sometido robado y llevado al pais A lo que hoy somos. Uno de los paises mas peligrosos
    Más pobres y más corruptos.

    Darle un Nuevo Partido al Ingeniero Nasralla sería un gran paso a lo que los hondureños confiamos en que el es el único capaz para hacer de este país un paraíso con la mano de Nuestro Creador.

    AMLO marcará su segundo yo en Honduras.

    Aún se puede recuperar mi Patria.
    Luchemos juntos por una Patria justa y soberana.