Tomado de: Telam.com.ar
Tegucigalpa.- Víctor Meza, ex ministro del gobierno de Manuel Zelaya, afirmó hoy que diez años después del golpe que derrocó al ex presidente de Honduras el país centroamericano «retrocede hacia un régimen autoritario, profundamente corrupto, vinculado con el crimen organizado, especialmente el narcotráfico».
«Zelaya conserva su liderazgo político y es, hoy por hoy, el dirigente más popular en la escena nacional», señaló Meza, ex ministro de Gobernación, en respuesta a un cuestionario enviado vía mail por Télam.
Meza, quien es director del Centro de Documentación de Honduras, dijo que el golpe de Estado del 28 de junio «constituyó un mazazo demoledor sobre el bipartidismo» que existía anteriormente en el país.
«Cambió la geografía electoral, abriendo de paso, sin quererlo, a un pluralismo incipiente que permite hoy la existencia de tres partidos grandes y siete pequeños. Pero el sistema de partidos quedó sustancialmente alterado», señaló este analista.
Para Meza, diez años después de la asonada contra Zelaya, «Honduras retrocede hacia un régimen autoritario, profundamente corrupto y estrechamente vinculado con las redes del crimen organizado internacional, especialmente del narcotráfico».
El analista señaló que las violaciones a los derechos humanos «recuperaron su carácter sistemático» y dijo que los militares hondureños «adquirieron un nuevo e indeseable protagonismo en el escenario nacional».
Cuando se le preguntó sobre la injerencia de Estados Unidos en el derrocamiento de Zelaya, señaló: «No creo que Washington haya organizado el golpe de Estado, pero sí estoy convencido que lo aprovecharon de una manera muy oportuna y abundante».
«No había ningún interés específico por parte de Estados Unidos en derrocar un gobierno cuyo plazo de vencimiento era apenas de seis meses y cuyas políticas públicas, sobre todo económicas, no representaban ninguna amenaza ni desafío ideológico ante Washington», afirmó.
Meza, ex miembro de la Comisión de Reforma de la Seguridad, dijo que las élites de Honduras le sacaron el gobierno a Zelaya «y, sin querer, lo metieron en la historia».
Actualmente, el ex presidente dirige el Partido Libre (Libertad y Refundación) que es una amalgama de tendencias que van desde la izquierda sindical hasta el liberalismo más tradicional y, según el analista, Libre «es el partido más fuerte de la oposición».
Esta agrupación política, dijo, «ha sido víctima de dos fraudes electorales, uno en 2013 y el otro en 2017».
«Si las elecciones fueran hoy, Libre las ganaría con relativa facilidad, previa reforma de la legislación electoral vigente», afirmó Meza.
Por otra parte, el analista Facundo González Sembla, del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), dijo a Télam que el golpe contra Zelaya «pareció una regresión a los años ’70, ya que volvió a poner a un país de Centroamérica, como es Honduras, en el centro de la agenda internacional».
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«Como las otras pequeñas repúblicas del Caribe, consideradas por mucho tiempo como el ‘patio trasero’ de Washington, Honduras es un eslabón más en el corredor de tráfico de drogas hacia el mercado norteamericano», dijo González Sembla.
El analista expresó que hoy «la debilidad de las instituciones estatales, su permeabilidad a la corrupción y el control que organizaciones criminales ejercen sobre zonas rurales, han hecho de Honduras uno de los países más violentos del mundo, desplazando año a año a cientos de civiles que migran hacia los Estados Unidos».
González Sembla dijo que así «el narcotráfico, las migraciones y la posesión de una base militar en el país caribeño, son las claves del interés de Washington en Honduras».
Opinó también que el derrocamiento de Zelaya puso en cuestión «la aún persistente influencia de los Estados Unidos sobre el Caribe y la reacción de los gobiernos de izquierda latinoamericanos frente al golpe».
«También puso a prueba la efectividad de la Organización de los Estados Americanos (OEA) como garante de la Carta Democrática Interamericana y las limitaciones de la comunidad internacional para revertir un quiebre del Estado de Derecho en América Latina», afirmó.
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Ni 0lvido Ni perdón caraJ0H
Dictadura disfrazada de democracia