Sociedad civil y analistas coinciden en que la imagen de la presidenta Xiomara Castro está siendo afectada por dos figuras patriarcales
Por: Luis Escalante
Ilustración: Guillermo Burgos
Tegucigalpa.- Las figuras masculinas de Manuel Zelaya Rosales y Salvador Nasralla, quienes mantienen una pugna desde hace algunas semanas, continúan opacando la imagen del Gobierno de Xiomara Castro, la primera mujer en ocupar la presidencia de Honduras.
El expresidente Zelaya Rosales, ahora asesor presidencial y esposo de Castro, y Nasralla, designado presidencial, durante las últimas semanas han protagonizado distintos encontronazos a través de la red social Twitter.
Nasralla, semanas atrás, aseguró que durante el gobierno de Zelaya Rosales (2006-2009) estalló el narcotráfico, a lo que el actual asesor de la presidencia respondió calificando, irónicamente, a Nasralla «de consumir drogas», después de que el designado propusiera plantaciones de cannabis con fines medicinales.
De interés: Tema de drogas vuelve a confrontar a Salvador Nasralla y Manuel Zelaya
Más recientemente, Zelaya Rosales tildó de «oportunista» a Nasralla y le sugirió devolver 12 millones de lempiras, correspondientes a una partida presupuestaria asignada por el Ejecutivo, y éste le respondió que él (Zelaya Rosales) está pretendiendo cobrarse los siete meses restantes de su interrumpido gobierno, producto de un golpe de Estado en 2009, al tomar atribuciones que le corresponden a la presidenta de la República.
Este conflicto ha generado malestar en diversos sectores de la sociedad civil. Para el caso, Cristina Alvarado, representante del Movimiento Visitación Padilla, dijo a Criterio.hn que estas conductas responden a una cultura política «caudillista» y «machista».
«Este tipo de cultura tiene a elevar la figura de estos dos hombres, Nasralla y Zelaya, que ambos son egocéntricos. Lamentablemente la presidenta Xiomara Castro, en quien millones de personas depositaron su confianza, pertenece a una estructura patriarcal como el partido Libertad y Refundación (Libre)», expuso.
Xiomara Castro, con más de 1.7 millones de voluntades, se convirtió en la persona que más votos ha recibido en una elección presidencial en la historia de Honduras. Sin embargo, la búsqueda de protagonismo, por parte de su esposo y asesor Manuel Zelaya Rosales, ha opacado su figura.
«Este señor (Zelaya Rosales) pareciera que se muere por tener protagonismo, pareciera que se le olvidó que ya fue presidente y que, aunque efectivamente fue víctima de un golpe de Estado, no tiene el derecho aparentar que él gobierna el país», añadió.
Alvarado también mencionó que, al arrastrarse prácticas patriarcales, se consolida un pensamiento de querer deslegitimar la figura presidencial de Xiomara Castro.
LEA: Gobierno de Xiomara Castro busca limpiar imagen de los militares
«Hoy se justifica que personas de su confianza la rodean para, entre comillas, protegerla, entonces se consolida ese pensamiento patriarcal que, en el fondo, le quita a ella la potestad de tomar decisiones. Subyace ese pensamiento machista de que las mujeres necesitamos estar acompañadas para tomar decisiones en público», lamentó.
LA PRESIDENTA DEBE ACTUAR
Manuel Zelaya Rosales es coordinador del partido Libertad y Refundación (Libre), mientras que Salvador Nasralla ocupa un cargo equivalente en el Partido Salvador de Honduras (PSH).
Previo a las elecciones generales del 28 de noviembre, ambas instituciones políticas suscribieron un acuerdo político, bajo el cual Nasralla cedería su candidatura presidencial y, a cambio, se le otorgaría la potestad de ostentar la presidencia del Congreso Nacional, al igual que la titularidad en algunas secretarías del Estado.
A ocho meses de que Libre asumió el poder, Nasralla asegura que ello no se ha cumplido en su totalidad y, en el caso de la presidencia del legislativo, sostiene que el presidente Luis Redondo, del PSH, más bien responde a los intereses de Libre.
En el contexto de las discusiones entre ambos líderes políticos, el analista Efraín Díaz Arrivillaga asegura que las contraversias entre ambas cabezas de estos partidos políticos manchan la imagen del Gobierno y afectan al país, por lo que deben generarse a nivel interno.
«Dirimir diferencias a través de Twitter es inapropiado, las instituciones del Estado deben respetarse y estas dos personas, Zelaya Rosales y Nasralla, no están haciéndolo», dijo a Criterio.hn.
El también economista apuntó que en la presidenta Xiomara Castro deberá radicar, en última instancia, la resolución de estos conflictos.
«La propia presidenta debe tomar una determinación, porque son dos personas que están bajo su mando, no están por encima de ella. Ella debe asignarle a su asesor los temas sobre los cuales se debe pronunciar, que no se le permita pronunciarse acerca de lo que a él se le ocurra», expresó.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas