Por: Carlos Zelaya Herrera
Una pugna por ver quién es el más abyecto cumplidor de los mandados de este régimen de desconfianza en que vivimos, aparentan algunos diputados por los artilugios a los que se prestan para proponer las iniciativas más espinosas del régimen de JOH.
Un escenario en donde se mezclan duendes y enanos, tanto virginianos de la UD, DC y Alianza Patriótica, entre otros, como también los peces pesados del oficialismo y sus afines del Partido Liberal, que entre todos manipulan la Cámara Legislativa, la que se mueve según los hilos que la atan a casa presidencial.
Sin duda que los vericuetos más terribles que en tan poco tiempo nos ha dado el Legislativo y el rostro de sus protagonistas, son las casi continuas arremetidas en el combate de la corrupción y la impunidad.
Una reacción que se ha fortalecido a medida que la MACCIH pudo crear la estructura legal y funcional en el ataque de ambos flagelos, como son el Juzgado en Materia de Anticorrupción, la Unidad Fiscal Especial Contra la Impunidad de la Corrupción, los equipos de investigadores fiscales y contar con algo de voluntad política de parte de la fiscalía.
Luego vino la denuncia penal de la Red de Diputados, cuyas pesquisas iban dirigidas a desarticular la estructura de manejo sectario y discrecional de recursos para proyectos sociales que comprende una lista de al menos 140 diputados de varios partidos, entre ellos su actual presidente reelecto, Mauricio Oliva Herrera.
Escenario que deja la salida de Juan Jiménez Mayor, como Vocero Oficial de la MACCIH y la embestida de una serie de leyes que más parece fueron enviadas de manera directa del escritorio de un actor omnipresente, el Leviatán de la corrupción que engolfado da la cara y arremete contra la sociedad y el pueblo hondureño.
No obstante, las máximas expresiones de esta coyuntura son la reforma a la Ley del General del Presupuesto General de la República, aprobada el 1 8 de febrero anterior y la fe de errata posterior a la divulgación de dicho instrumento financiero del Estado en el diario oficial La Gaveta, con los que la MACCIH configuró el caso “Pacto de Impunidad” y que hoy tiene en aprietos a algunos presuntos intocables del Legislativo.
El espectáculo continuó con la iniciativa para reformar la Ley de Privación de Dominio de Bienes provenientes del narcotráfico y de la corrupción, propuesta por el doctor Dennis Castro Bobadilla, del partido Alianza Patriótica Hondureña, del general Romeo Vásquez Velásquez, protagonista central del golpe de Estado del 28 de junio de 2009 contra el gobierno liberal del presidente Manuel Zelaya Rosales.
Castro Bobadilla ha sido un profesional de la medicina forense de prestigio, sus participaciones mediáticas suelen ser críticas y de buen aporte, pero en esta ocasión él no podía por tener conflicto de intereses ser el autor de una iniciativa que favorece a presuntos corruptos y operadores del narcotráfico y crimen organizado.
La relación directa que tiene con su sobrino y exgerente de HONDUTEL, Marcelo Chimirri, un perseguido y despojado de millonarios bienes por delitos de presunta corrupción en el gobierno del ex presidente Zelaya, lo inhabilitan de forma definitiva.
De qué moral se habla si no sanciona al delito por igual; o la doble moral de usar diputados de esa talla para que desde adentro de la fábrica de leyes que es el Congreso Nacional, elaboren y diseñen normas jurídicas a manera de trajes y estilos que tallan con la medida de esos intereses.
Una mayoría simple de diputados que con lo actuado hasta ahora denotan un extraño «tino y genio político», singular y patético para atreverse a proponer que se elimine el 10mo. Tercer Salario y el Aguinaldo Navideño, los pírricos beneficios sociales de la clase trabajadora, para que pasen a manos del gobierno y éste construya las recreovías con las que hace populismo.
La percepción que tengo es que nos esperan altibajos en la lucha contra la corrupción pero que esta ya comenzó, sino vean el “puntalito” de 16 millones de lempiras, en diferentes monedas más un cheque por más de tres millones de lempiras que la OABI reportó hace unas horas.
Otro buen síntoma me lo dio un despedido en quien confío que dijo algo así: “vienen cosas gruesas para los poderosos del Congreso Nacional, y ojalá así sea porque estamos hartos de corrupción e impunidad.
De repente con tanta “genialidad” y capacidad de mimetizarse en la política que terminaremos de convencernos y convencer al mundo, que en Honduras se gesta una nueva figura sectaria que es el “político y diputado camarón”, porque con sus iniciativas y actos tienen la misma morfología de tan exquisito crustáceo, que carga el intestino en el lugar del cerebro.
O pura simulación de un mimetismo político-legislativo que no mira hacia azules aguas pobladas de camarón; sino a relatos siniestros de pezzonovantes, (peces pesados de la mafia siciliana, según Mario Puzzo, en su novela “El Padrino”), tejiendo la maraña de leyes que brinda seguridad.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas