Por: Carlos Zelaya Herrera
La naturalidad con que se dieron tantas infracciones en las elecciones primarias celebradas el domingo 12 de marzo anterior, hacen evidente la inmoralidad y falta de ética en instituciones del Estado como en parte de la militancia de los tres partidos que participaron en el evento dizque cívico, alcanzan niveles insoportables en la sociedad hondureña.
Precisamente este miércoles vimos un doloroso contraste de esto; mientras el titular del régimen se jactaba del traslado de unos 700 privados de libertad de viejos recintos a las denominadas cárceles de alta seguridad como el de mayor valor histórico en el continente, por las calles de la capital al menos cinco ciudadanos eran cruelmente asesinados en el transporte público.
Un día antes en un taller mecánico de la ciudad de Comayagüela y a pocos pasos donde opera la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC), dos hermanos gemelos, un primo de estos y el padre, que sobrevivió, fueron acribillados por desconocidos. Después se supo que todos eran militantes de Libertad y Refundación, (Libre).
De esta tragedia consuetudinaria, que marca una vez más a un mandato del Partido Nacional, como pasó en los gobiernos sanguinarios de Ricardo Maduro y Porfirio Lobo Sosa, no hubo siquiera la mínima mención de Juan Hernández.
Las denuncias del monstruoso fraude electoral pululan entre liberales, nacionalistas y libres, marcarán el estilo de las elecciones generales del último domingo de noviembre de este año y que se percibe como preámbulo de que la sangría y la insatisfacción continuarán con el conformismo cómplice de la colectividad.
Quién maneja el Tribunal Supremo Electoral, las mesas electorales y el marco jurídico nacional; la representación reconocida en el órgano electivo incluye la presencia ilegítima de los minúsculos partidos Unificación Democrática y Democracia Cristina, dos partidos manipulados por el nacionalismo.
Las mesas electorales, según cuestionó el ex presidente y Coordinador General de Libre, Manuel Zelaya Rosales, fueron gestionaron delegados de las corrientes internas de los partidos involucrados en el evento.
Esto es ley gracias a la diarrea legislativa que se dio al final del mandato de Lobo Sosa, una posible “persona de interés” de la justicia yanqui gracias a señalamientos del Cartel de los Cachiros en una Corte de Nueva York, junto a políticos nacionalistas, liberales y ex liberales que hoy militan en Libre.
Y qué sucede con el marco jurídico, este ha sido debilitado cada vez más tras el golpe de Estado, la injerencia de Hernández desde su presidencia en el Congreso Nacional a la actualidad. Destituyó a tres magistrados de la Sala de lo Constitucional cuya reposición, ordenada por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, no ha sido acatada.
Instauró a un Consejo de la Judicatura plagado de posibles delincuentes con título de abogado, tal es el caso del presidente de turno y del Poder Judicial, Jorge Rivera Avilés, socio del golpe de Estado por el cual no hay juicio ni acusados; como su vicepresidente, Teodoro Bonilla, señalado de tráfico de influencias para liberar a dos parientes suyos relacionados con el comercio de drogas.
Además, a dos juezas que ventilaban juicios contra el ex Ministro de la Presidencia, Enrique Flores Lanza, fueron despedidas por cumplir el procedimiento judicial ya que con esto afectaban intereses mediáticos y antijurídicos del poder ejecutivo.
La forma en que se desarrollaron las elecciones primarias vemos como la cultura de lo arbitrario, antiético, ilegal e ilegítimo se refleja en quienes administran, precandidatos, segmentos y dirigencia partidaria en favor de los despropósitos del bipartidismo que hace de la corrupción un ejercicio cotidiano en el común denominador de nuestro pueblo.
A quién conviene el fraude, el desencanto, alimentar la dispersión política, desnaturalizar al ser humano y al Estado sino es más que a quienes nutrieron las causas de la asonada golpista de junio de 2009 y hoy se benefician de sus secuelas.
Los planes del régimen ponen de relieve el frío cálculo político como herramienta a replicar indefinidamente en el poder, el caiga quien caiga lo aplican con rigor las bandas criminales, el circo mediático oficial y la indiferencia de organismos internacionales que hoy no son más que comparsas de la tragedia que vivimos en nuestro país.
Nuestro pueblo, inmolado en el derecho a existir, en su economía, calidad de vida y en el legítimo principio de darse el mejor gobierno que podría merecerse parece encaminarse hacia su auto destrucción.
Como escribió nuestro sabio José Cecilio del Valle hace casi 200 años:” Si el Soberano no tiene la ilustración y moralidad precisa, el futuro es necesario que sea muy triste. Pero si la educación le da las luces y virtudes respectivas, el venidero será de paz, riqueza y prosperidad”, paradigmas cada días más lejanos de lo que vemos hoy.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
5 respuestas
Uds hablan por hablar. No ha habido mas descalabre en un gobierno que cuando estuvo El Poder Ciudadano, Cero Combate a los Narcos y al crimen Organizado, Cero Transparencia, Cero Orden Fiscal. Mel se fué con la Cola entre las Patas creyendo que lo que habia manejado era su hacienda de cerdos vacas y caballos. todavía hoy no cae a la cuenta del Desorden y Latrocinio que nos dejó su Guevierno….Eso es ser muy totnto.
Hay que tener la mente envenenada y un fanatismo visceral y de conveniencia particular, para justificar los atropellos e ilegalidades de los regímenes instaurados después del execrable golpe de estado del 2009. Se requiere ser o muy ignorante, extremadamente imbecil o malvado.
Pues con este pueblo se equivoco don Joche Chilo Valle. No es cuestión de educación es cuestión de educación. Solo miremos cuantos hombres y mujeres con títulos universitarios son cortesanos del dictador. Construir conciencia liberada es lo mas difícil en esta sociedad, donde todos andamos apurados para vivir atiborrados de bienes y no importa los escrúpulos para lograrlos. Honduras es un antro de corrupción y una llaga social purulenta.
Excelente análisis en medio de la turbulenta realidad que nos hace padecer el neocapitalismo en manos de la mara cachureca, la que más daño provoca a nivel nacional desde 1990 y que se profundiza y acelera desde el golpe de Estado.
Honduras un país con un destino abismal desde el inicio de su nombre, y un pueblo que no cambia de actitud, más bien sigue de masoquista por falta de conciencia a la hora de elegir personas equivocadas a administrar el país.