Por: Ondina Maldonado Zavala
“Hay que ser zorro para conocer las trampas y león para espantar a los lobos” Maquiavelo, 1946
Las características de un zorro, cuando nacen, son ciegos y sordos, son criaturas nocturnas, son adaptables, se comunican por medio de gestos y movimientos, tienen un poderoso sentido del olfato y se desarrollan en poco tiempo, matan por emoción y para sobrevivir y suelen almacenar más de lo que necesitan. Zorropedia. Características de los zorros. Enciclopedia especializada.
Es desigual la comparación de los políticos zorros del país, con los zorros. Debido a que los animales actúan por instinto, para sobrevivir y perpetuar la especie, en cambio, los políticos zorros, lo hacen por soberbia, orgullo, prepotencia y vanidad.
“A los zorros se les atribuye astucia y cautela, casi cobarde. La astucia en política”. Gutierrez Rubì, septiembre, 2014.
Màs que en cualquier momento de la historia del país, del 2009 hacia el 2018, se ha desatado una telenovelesca serie de terror en Honduras, cuyos actores principales, siguen siendo los zorros políticos, quienes de una u otra forma se las han ingeniado, para mantenerse activos dentro de ese entramado, enredado y conveniente mundo de la “zoo polìtica”. (Frase propia de la dimensión social y política del hombre, según la mirada de la sociología).
Últimamente han reaparecido en el escenario circense, algunos “animales políticos”, (frase de Aristóteles), cuyos actos bochornosos de corrupción y traición a la patria, creíamos malos episodios, solamente para alimentar nuestra malnutrida historia. Sin embargo, hay que tener presente en todo momento, que una de las características de los políticos zorros, es el buen sentido del olfato. Cuando presienten que han surgido otros zorros, ganando popularidad, presienten el peligro y aparecen nuevamente en escena, recordando a la madriguera completa que son ellos los que mandan. ¿O recordando a los payasos, que son ellos los dueños del circo?
Se acerca para el pueblo hondureño un panorama indefinible y complejo, debido a que uno de los políticos zorros, haciendo uso de todos sus amaños, ha logrado gobernar el circo, -¿O la madriguera?- en los últimos años. Parece haber olvidado que otros políticos zorros que han gobernado la madriguera, -¿O el circo?- todavía no han saciado su ansia de poder, y aparecen en escena, dispuestos y disponibles, para seguir activos en el espectáculo.
Dentro de éste sombrío panorama, los zorros políticos proponen un “diálogo”, para llegar a acuerdos. Pero, ¿Cómo dialogar con zorros políticos? ¿Qué se puede esperar de “animales políticos” que han socavado la soberanía y la democracia de un país, cuyas esperanzas de levantar cabeza, en un mundo globalizado, son tan lejanas? ¿Qué esperar de los zorros políticos que aun a sabiendas que están casi en las postrimerías de su vida, siguen dirigiendo los hilos de la vida, del conglomerado que conviven en la gran madriguera, -(¿O circo?)- llamada Honduras? Y más cruel todavía para el pueblo hondureño, ¿Qué esperar de los herederos de la ideología de los políticos zorros, que creen llevar en la sangre los “secretos del desarrollo” del país, no por convicción, sino, por conveniencia?
Es importante destacar que, entre políticos zorros, son buenos negociadores, incluso, con otros zorros políticos de otras naciones, por ejemplo, la ONU, OEA, etc. Tratan siempre de hacer las “mejores jugadas”, y el ignorante conglomerado, no se da cuenta, sino, hasta que los medios lo publican. ¿Cuentan los medios de comunicación tarifados y los malos empresarios, como políticos zorros?
Veamos la gran incongruencia y cinismo con los políticos zorros (de dos bandos), a pesar de ser adaptables, comunicativos y con buen sentido del olfato, no pueden, ni quieren aceptar que su forma de gobernar, perversa, equivocada, y sin brújula hacia el futuro, provoca en este momento, la estampida de los hondureños fuera de sus fronteras patrias.
Porque a los políticos zorros, no les interesa solventar los problemas de las mayorías, su desmedida ambición los mueve a “almacenar más de lo que necesitan”.
Tal parece que las características de los zorros, es aplicable a una gran mayoría de los zorros políticos, que agazapados, esperan su turno para poder competir entre sí, por una cuota de poder, que les permitirá llevarse la mejor parte de cada botín que consigan. Al fin y al cabo gobiernan su circo, -¿O madriguera?- bajo sus propias leyes.
Esas leyes hechas a su medida, facilitarán a los políticos zorros, -que ya gobernaron el circo-, a que se decidan nuevamente, a entrar a la palestra, y competir por formar parte del selecto grupo de los que deciden, -en nombre de todos los cirqueros-. Considerando que “hablan el mismo idioma”, se “desarrollan en poco tiempo” y que su meta es “acumular más de lo que necesitan”, no tienen muchos contratiempos en ponerse de acuerdo, pues coinciden en los mismos objetivos.
Mientras tanto, para los ciudadanos que conviven con este tipo de zorros políticos, es particularmente un infierno, pues su papel se traduce, casi siempre al de espectadores, en espera de cuál de los políticos zorros, será el que utilice mejor sus mañas, en contra de las leyes y normativas, que se crean y reforman, cada vez que las necesitan.
En conclusión, ver de nuevo las caras de los viejos políticos zorros, reafirma la fragilidad de la democracia, en un Estado de derecho fallido, y una “institucionalidad débil y destartalada”, (Salomòn, Leticia, Criteriohn, 2017)
Y como dijo Groucho Marx: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas