La declaratoria de culpabilidad de Juan Orlando Hernández, más que celebración, es un llamado a la reflexión y de ejemplo tanto para los gobernantes hondureños como para aquellos extranjeros que creen que la justicia puede ser eludida mediante la cooptación de poderes del Estado
Tegucigalpa, Honduras.- El viernes 8 de marzo quedará grabado en los anales de la historia hondureña como el día en que un expresidente de la nación fue declarado culpable de tres delitos de narcotráfico.
Así, se inscribe en letras sombrías en los libros de la historia del país centroamericano el nombre de Juan Orlando Hernández, un hombre de 55 años que dedicó gran parte de su vida a la política hondureña, a través del Partido Nacional (PN).
Por sus acciones, será recordado como el presidente que transformó a Honduras en un Estado sometido al narcotráfico, permitiendo el paso de drogas hacia Estados Unidos a cambio de sobornos de narcotraficantes, incluso desde sus días como presidente del Congreso Nacional (CN).
Estos fondos ilícitos fueron utilizados para financiar sus campañas electorales, facilitando así el acceso a la silla presidencial de manera consecutiva, la segunda vez mediante una reforma constitucional y un fraude electoral.
Después de un juicio que se extendió por 14 días, Hernández fue encontrado culpable, a pesar de todos sus esfuerzos por demostrar lo contrario. Luchó hasta el último instante, apostando incluso por convencer al jurado de su inocencia con una versión serena y confiada, la misma que utilizaba para engañar al pueblo hondureño en sus discursos como mandatario.
Este proceso judicial destapó numerosas incógnitas que habían permanecido ocultas en Honduras, como las muertes de periodistas, jerarcas policiales y fiscales que durante años se mantuvieron en secreto.
Además, se revelaron los vínculos entre exfuncionarios y políticos actuales con el crimen organizado. Estas revelaciones ya se preveían, razón por la cual, desde el inicio del juicio el 20 de febrero del presente año, el Ministerio Público aseguró a los hondureños que investigaría a todos los personajes involucrados. La petición fue una investigación sin tintes políticos.
DÍA DE JUICIO: AMBIENTE EN NUEVA YORK Y EN HONDURAS
Desde el jueves 07 de marzo, día en que concluyó la presentación de pruebas tanto por parte de la fiscalía como de la defensa, mientras el jurado deliberaba en las instalaciones de la Corte de Distrito Sur de Nueva York, a las afueras cientos de hondureños clamaban unánimemente por justicia para aquellos compatriotas que perdieron la vida durante lo que denominaron la «narcodictadura».
Mientras tanto, en Honduras, la expectativa por dicho veredicto era palpable. En los medios de comunicación, se podía leer las opiniones de abogados, algunas de las cuales difieren respecto a la validez de las pruebas, aunque la mayoría de la población expresaba su convicción de que sería declarado culpable, según las encuestas realizadas.
Alrededor de la 1:30 hora de Honduras, todo se consumó: el juez Kevin Castel anunció que el jurado encontró culpablea Juan Orlando Hernández de los tres delitos imputados.
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REACCIONES TRAS SENTENCIA
Tras la sentencia, el gobierno de la República, a través de un comunicado atribuido a la presidenta Xiomara Castro, detalló el panorama que vivió Honduras después del golpe de Estado de 2009. En este sentido, condenó los actos y afirmó que en su gestión se está trabajando para recuperarse del daño, evitar que se repitan los hechos y, al mismo tiempo, pidió castigo para los demás cómplices y responsables de los acontecimientos mismos que aún están inmiscuidos en las esferas del Estado.
Por su parte, el Partido Nacional también emitió un comunicado en el que se menciona que Hernández se sometió a un proceso que él mismo aprobó, pero que sólo culminará cuando se dicte una sentencia firme tras una apelación. En este sentido, llamó a investigar a quienes fueron mencionados por las mismas acusaciones que enfrentó Hernández de otros partidos políticos.
De igual forma, se pidió respeto para el partido de la estrella solitaria y para la familia del hoy condenado, al tiempo que se trajeron a la memoria personajes históricos que fueron condenados injustamente.
Sin embargo, esta última acción fue criticada, ya que las comparaciones, que también repitió la esposa de Hernández al referirse que le recuerda al juicio de Jesucristo, resultan inapropiadas. Dichos personajes bíblicos e históricos fueron castigados por defender ideales y posturas, a diferencia de Hernández, quien fue sentenciado por permitir el tráfico de drogas hacia Estados Unidos.
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MEDIOS, ONGs, EMPRESARIOS, IGLESIAS, NARCOTRÁFICO HICIERON POSIBLE MANDATO DE JOH
Sobre el panorama antes expuesto, el sociólogo y analista político, Armando Orellana, en su análisis para Criterio.hn, señaló que el juicio de Juan Orlando Hernández solo reveló cómo las instituciones estatales fueron cooptadas por el crimen organizado.
Orellana destacó que para que tales actos fueran posibles, fue evidente el involucramiento de otros sectores de la sociedad, como los medios de comunicación, empresarios, ONGs y círculos de la iglesia, quienes bajo el manto de la fuerza moral se vieron de alguna manera implicados y respaldaron la concentración de poder por parte de Hernández.
A esto se suma el círculo clientelar de funcionarios. Por ello, mencionó que es clave que, tras este juicio, los ciudadanos hondureños reflexionen sobre a quién confían el poder del país. Sin embargo, también se debe ser consciente de que el factor de la plutocracia estuvo involucrado, ya que el dinero del narcotráfico compró voluntades e incluso facilitó fraudes electorales.
Orellana resaltó que las reflexiones son abundantes, entre ellas la necesidad de mejorar la justicia hondureña, ya que no se puede depender únicamente de que el gobierno de Estados Unidos castigue a los narcotraficantes.
«La lección debe ser para el pueblo, pero también para los políticos, para que vean que cuando se envuelven en la arrogancia y pierden la conexión con la realidad, tarde o temprano enfrentarán la justicia», afirmó Orellana, destacando que las demandas de la población y el rechazo del pueblo hondureño influyeron notablemente en el proceso de extradición y la posterior sentencia condenatoria.
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EFECTOS COLATERALES DEL JUICIO
De su lado, Nelson Castañeda, director de Seguridad y Justicia de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), coincidió con el entrevistado anterior al señalar la importancia de que los hondureños tomen conciencia del poder que tienen en su voto, ya que esto determinará quién estará al frente del país.
Asimismo, expresó que la sentencia de Hernández puso en evidencia el débil sistema judicial de Honduras, destacando que mientras en el país no se encontraron indicios, la fiscalía estadounidense logró recopilar una gran cantidad de pruebas difíciles de desmentir.
La sentencia no es un tema aislado, que solo afecte a los familiares del implicado, opinó Castañeda, sino que repercute en todo el país ya que Honduras enfrenta una serie de efectos colaterales en diversos sectores, como económicos, de desarrollo e imagen internacional, incluyendo el turismo.
«Ahora el mundo reconoce a Honduras como un país que se ha convertido en un narcoestado, lo que deja una mala propaganda para el país», enfatizó.
Finalmente, mencionó que se espera que los fiscales presentes en el juicio informen sobre los personajes mencionados y así impulsar requerimientos fiscales una vez que se disponga de pruebas concluyentes. Entre los delitos que podrían ser imputados se encuentra la omisión.
«Cerrar este capítulo con la condena del exmandatario no debería ser el fin, sino el comienzo de una Honduras más transparente, sin impunidad y con un sistema judicial equitativo, sobre todo en este año que precede a un nuevo proceso electoral en el país», concluyó Castañeda.
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Periodista comprometida con Honduras, amante de los animales, las letras y la justicia. He escrito para medios nacionales e internacionales, creo fielmente que desde esta trinchera se puede incidir para lograr verdaderos cambios en favor de los sectores más vulnerables. Ver todas las entradas