Por: Juan Carlos Zelaya
Cualquier constitucionalista en Honduras es pura babosada. Hay muchos en estas “tierras de pan llevar” que solo por repetir como loros los artículos de la Constitución (cuando había), creen ser constitucionalistas, solo porque se nutrieron de la Doctrina de la Seguridad Nacional aplicada por “El Hermano Tavo” y El Imperio Norteamericano en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en la Década de los Ochenta; que está muy lejos de ser una década perdida porque a pesar de los trasnochados memoristas del patio (trasero) y a pesar del terror y muerte implantado en nuestra casa de estudios hubo patriotas que se le plantaron con valentía histórica al tristemente célebre “Magnífico Rector” siendo en su gobierno universitario en donde se asentó la peor época de la universidad signada por el orejismo militar, la persecución, tráfico de notas y títulos y muerte de los opositores al tenebroso Frente Unido Universitario Democrático, cuyos “flamantes cuadros” forman parte de la más cruenta dictadura de los últimos tiempos en la patria de Francisco Morazán y Eduardo Becerra Lanza.
Esos mismos que enterraron la academia y la dialéctica en la UNAH, son los mismos que todavía, en poses doctorales, con lenguaje rebuscado “de encantadores de serpientes”, que ya no engañan a nadie y más bien dan lástima porque ahora existen avances tecnológicos y una mayor difusión de la academia y la información que ya a nadie sorprenden.
Creen que están ante la misma población que engañaron en épocas anteriores en donde el conocimiento era más elitista y menos democrático y pluralista. Así aparecen profesores de Derecho Constitucional (y no por eso constitucionalistas) que consiguieron empleo en la universidad mediante recomendaciones muchas veces firmados desde la DNI o el 3-16 que eran los batallones de “inteligencia militar”que tomaban las decisiones de la ensangrentada universidad de Honduras.
Por eso no es de extrañar que aparezcan “constitucionaloides” que digan que la autonomía universitaria es solo lo que le conviene que sea a la dictadura –es decir a los compinches del FUUD- creen que los hondureños no leemos y que no somos capaces de entender que esa garantía académica constituye la versión más amplia del culto y respeto que hace el pueblo a la cultura, al arte, a la ciencia y la investigación ( pasando como es lógico a la vinculación con la comunidad y la convivencia y la tolerancia).
Nota relacionada Oswaldo Ramos Soto “The best of the best”
En las universidades emblemáticas del mundo confluyen todas las versiones, visiones de mundo y opiniones de la humanidad que viven en una comunidad regida por los principios del método científico, la dialéctica, la tolerancia y el debate de altura.
Dentro de sus muros no es posible bajo ningún punto la intromisión de la barbarie militar; (la guerra es un contrasentido de la academia y la solución pacífica de los conflictos).
Los mismos que se declaran constitucionalistas son los mismos que apoyaron un golpe de estado, avalaron una reelección plagada de ilegalidad y que son incapaces de entender que precisamente por no respetar la carta de convivencia entre un estado y sus gobernados nos tienen en esta barbarie en que vivimos.
Da lástima saber que los futuros juristas pasen por las clases que imparten estos intelectualoides; gracias a Dios nunca fui mal educado por ellos en mis tiempos de estudiante.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
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