Por: Helder Pérez
El Golfo de Honduras, parte del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM), juega un papel crucial en la recepción de masas de agua de la Corriente del Caribe, que se origina en el Océano Atlántico a través de diversos pasos entre islas del Caribe. Estas masas de agua sufren modificaciones en su camino hacia el SAM mediante la mezcla con masas de agua ambientales, intercambio aire-mar y un “refrescamiento” por escorrentía terrestre. Una vez dentro del SAM, la circulación está determinada por corrientes como la Corriente de Yucatán que fluye hacia el norte del SAM; corrientes más débiles fluyendo hacia el sur, el Giro de Honduras en el SAM sur y la Corriente de Caimán que incide en la costa, formando una zona hidrográfica muy dinámica que a su vez es un límite entre las regiones del norte y del sur del mar caribe.
Las corrientes oceánicas en el Mar Caribe son de suma importancia para la conectividad biológica de la vida marina, incluidos peces de importancia comercial y ecológica, arrecifes coralinos, langostas y el caracol reina, entre otros. Estas corrientes facilitan la dispersión de larvas, nutrientes y otros recursos vitales, sustentando los diversos ecosistemas presentes en la región. Sin embargo, la salud de estos ecosistemas está amenazada debido a la contaminación terrestre, que afecta la calidad del agua y altera el delicado equilibrio de los hábitats marinos.
Informes recientes que indican una disminución dramática en la cobertura de coral dentro del SAM (HRI, 2023) subrayan la urgencia de proteger estas corrientes oceánicas y los ecosistemas asociados.
Comprender las condiciones hidrográficas y los patrones de circulación regional es crucial para gestionar y conservar la biodiversidad marina, ya que influyen directamente en la dinámica de las comunidades bentónicas y pelágicas. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de estudios oceanográficos integrales para salvaguardar el futuro de este ecosistema megadiverso y frágil frente a los desafíos ambientales actuales.
En este sentido, la construcción y el funcionamiento de un centro penitenciario en las Islas Del Cisne, podrían provocar un aumento de la contaminación en el entorno marino circundante facilitado por el sistema de corrientes marinas que fluyen de norte a sur y de sur a norte en la región centroamericana y el gran caribe.
Entre las actividades de mayor impacto se encuentran:
- La eliminación de desechos,
- La escorrentía de aguas residuales y,
- Posibles accidentes o derrames provenientes de las operaciones penitenciarias, así como el derrame de aceite de las embarcaciones.
Dichas actividades podrían introducir contaminantes en el agua, degradando la calidad de la misma y dañando los arrecifes de coral y la vida marina. Por otro lado, la contaminación de aguas residuales, productos químicos y desechos sólidos pueden alterar el delicado equilibrio ecológico de los arrecifes coralinos, provocando el blanqueamiento de los corales, brotes de enfermedades y disminución significativa de las poblaciones de peces y otros organismos de importancia ecológica, cultural y comercial en todo el SAM.
Similarmente, la presencia de una instalación penitenciaria podría dar lugar a un aumento de la actividad humana en el área circundante, incluido el tráfico marítimo (para asegurar el suministro de medicinas, agua, alimentos y artículos de higiene personal, entre otros) así como el acarreo de basura del archipiélago hacia la tierra firme. Estas actividades pueden contribuir a la destrucción del hábitat, la perturbación de ecosistemas marinos sensibles y el aumento de la sedimentación, todo lo cual puede afectar negativamente la salud y la biodiversidad marina.
Más aun, la construcción de infraestructura asociada con la prisión, como muelles, embarcaderos y caminos de acceso, podría perturbar aún más los hábitats costeros y potencialmente dañar los arrecifes de coral mediante sedimentación, dragado y destrucción del hábitat marino y terrestre del archipiélago.
En general, la construcción de una prisión en las Islas Cisne de Honduras presenta amenazas significativas a la salud y la integridad del Sistema Arrecifal Mesoamericano, poniendo en peligro los esfuerzos de conservación destinados a proteger este ecosistema marino vital, diversa vida marina que sustenta y millones de personas que dependen económicamente de él.
Bibliografía
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M. McField, M. Soto, N. Craig, A. Giro, I. Drysdale, C. Guerrero, M. Rueda, P. Kramer, S. Canty, I. Muñiz (2022). 2022 Mesoamerican Reef Report Card. Healthy Reefs Initiative. www.healthyreefs.org
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