Por: Arabeska Sánchez
Dada la ocasión del cierre de año, y debido a las circunstancias que ha tocado ver sobre los últimos proyectos de ley que entraron al proceso de aprobación en la última legislatura del congreso nacional, ha tocado por fin el turno nuevamente a los migrantes -en esta oportunidad a los desplazados internos dentro de ese tema-, más allá de los estira y encoge entre bancadas partidarias, por fin lograron consenso a un proyecto que viene a ser un complemento necesario que cubre el vacío legal que tenía el decreto 106-2013 o ley de protección a hondureños migrantes y sus familiares.
Cabe decir, que aquella ley que surgió por las grandes preocupaciones que aparecieran luego del trágico hallazgo de más de setenta migrantes fallecidos en el rancho san Fernando, Tamaulipas México dejara en años pasados en donde se encontraron varios hondureños, que a su vez fueron repatriados, luego de esfuerzos institucionales de todo tipo para poder apoyar a sus familiares. Dejando lecciones aprendidas, también de todo tipo, mismas que al ser revisadas terminan siendo resumidas en los dieciséis objetivos entre los cuales sobresalen el mantenimiento de la garantía de respeto a los derechos de los hondureños migrantes que se encuentran en el exterior.
Pocos años después, -en 2014 para ser precisos- surge otra preocupación acerca de este tema, el foco de atención se sitúo sobre los niños que fueron encontrados en las fronteras del norte de México sin acompañamiento de adultos -en su mayoría, al menos ese fue el hallazgo más importante que hicieran las fundaciones y universidades que investigaron el asunto durante ese año-; posteriormente vendrían a salir a la luz pública los casos de las personas que solicitaron asilo justificando razones de desplazamiento forzado por distintas razones o distintos agresores como los casos de extorsión -entre otros más sensibles-, así por fin se llaga a encontrar el vacío en la ley hasta ese momento vigente.
Actualmente, y de cara al cierre de este año, por fin llega el complemento urgente que tenía la ley como vacío en la atención a quienes se ven obligados a moverse de sus casas a otras regiones dentro del país por motivos de distintas amenazas provenientes de las asociaciones ilícitas y otros agresores.
Este tema sin duda viene a fortalecer todo un espacio de atención para las personas que así lo necesitan sin necesidad de que salgan de las fronteras del país, también viene a fortalecer toda una red de instituciones y organizaciones que se han dedicado por años a la prevención y atención de estos grupos familiares completos -en muchas ocasiones-.
Al realizar una comparación somera entre ambos esfuerzos legislativos, no cabe duda de que la asistencia humanitaria garantizada a desplazados -al igual que a los migrantes en el exterior- las medidas restaurativas, la incorporación de una comisión de migración ante el congreso y el sistema de respuesta al desplazamiento viene a ser las grandes novedades que por fin parecen cerrar los huecos que la ley de protección a migrantes hondureños tenía.
Ahora si puede decirse que, a igual protección de migrantes afuera, igual protección de desplazados hacia adentro, pue no era lógico que hubiera todo un mecanismo de protección en suelo extranjero mientras al interior en territorio propio no había este tipo de mecanismos regulado.
¿Podemos decir que con este esfuerzo gana la población migrante-desplazada hacia el interior? Claro que no, nadie gana al ser obligado de salir de su casa a través del uso de la fuerza o amenaza, pero si podemos decir que al menos, ya contarán con la ayuda que necesitan en esas delicadas circunstancias.
Hasta la próxima entrega que estemos bien, el mismo deseo de bienestar a los miles de migrantes que han requerido de albergues durante la fuerte tormenta de nieve que cae en esta temporada en varias de las zonas por donde ellos se encuentran, esperando que el año nuevo traiga mejores condiciones.
