Entre las principales exigencias de los campesinos y campesinas están la derogación del decreto que prohíbe sembrar con semillas criollas, el cese a la criminalización, desalojos y asesinatos cometidos contra campesinos, defensores y defensoras de los bienes comunes
Tegucigalpa, Honduras. – Frijoles, maíz, hortalizas, semillas criollas, legumbres y plantas medicinales, que crean una fusión de cultura, colores y sabores. Producción de las manos de campesinos y campesinas hondureñas que a diario luchan con las dificultades de no tener un verdadero acceso a la tierra y medios de producción.
Esa fusión, se evidenció en el «Altar de la Abundancia», una representación de las aspiraciones de campos robustos que permitan tener seguridad alimentaria y la reivindicación de acceso a la tierra, durante la feria campesina: “Juntemos las semillas y los frutos”, que se desarrolló en los bajos del Congreso Nacional (CN), el marco del Día Internacional de Acción por la Soberanía Alimentaria de los Pueblos y el Día Internacional de las Mujeres Rurales.
Gumercinda Licona, una campesina de 76 años, viajó desde la comunidad de Las Flores, Mongual, en Gracias Lempira, para participar en la feria campesina y dar a conocer el fruto de sus manos. En la mesa, engalanada con semillas de calabaza y marañón, exhibía huacales –recipientes utilizados para tomar agua, café, atol chuco o cualquier otra bebida—, elaborados con mucha dedicación.
En la conversación con Criterio.hn, señaló que las mujeres campesinas no tienen acceso a medios de producción que les permita generar más ingresos que los que hace con la venta de sus huacales y semillas. “Las campesinas también tenemos derechos. Queremos que la presidenta (Xiomara Castro) y los diputados nos poyen, que no se olviden que existimos”, comentó.
Históricamente, las organizaciones de mujeres y campesinas han denunciado que han sido exclusivas de los sistemas financieros, por lo que además, hacen un llamado al Congreso Nacional y Poder Ejecutivo, para destinar mayores recursos al fondo para el Programa CREDIMUJER y de esa manera, garantizar el acceso al crédito a las mujeres rurales.
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NO A LA PRIVATIZACIÓN DE SEMILLAS
Entre la música autóctona que salía de una marimba ubicada al fondo, las danzas folclóricas y la exhibición de productos, Rosa Linda Mateo, de la comunidad de Catatao, Gracias, Lempira y parte del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA), no perdió la oportunidad para exigir a las autoridades gubernamentales y en especial a los diputados y diputadas la derogación del Acuerdo 001-2021 del Consejo Directivo del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASA), que prohíbe al campesino utilizar la semilla criolla en sus cultivos y depender del mercado de semillas certificadas transgénicas.
“Nos afecta porque no tenemos la capacidad de comprar esa semilla transgénica”, indicó Rosa Linda Mateo.
Además, comentó a Criterio.hn que su principal objetivo –más allá de vender su empanizador casero, chiles picantes, ayotes y semillas—, es demostrarle al gobierno y a la sociedad que «nosotras las mujeres campesinas también tenemos derechos y demandamos que derogue esa ley que afecta a nuestros pueblos».
Tanto Gumercinda Licona y Rosa Linda Mateo, como el resto de campesinos y campesinas producen los alimentos de manera organiza, libre de químicos y semillas transgénicas, cuyos cultivos pueden generar cancer.
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MUJERES: DESPOSEÍDAS DE LA TIERRA
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destaca que el 70% de los alimentos en los países en vías de desarrollo son producidos por mujeres.
Para el caso de Honduras, en la zona rural, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), viven cuatro millones de personas, de las cuales el 50 % son mujeres.
Estas mujeres campesinas, se dedican a una diversidad de actividades entre ellas el campo, elaboración de productos artesanales, teniendo como materia prima el barro, la tusa, granos básicos, legumbres y hortalizas.
Sin embargo, pese a buscar medios de subsistencia, se enfrentan a la problemática de no tener accesos a la tierra, una situación que pone en riesgo la seguridad alimentaria de miles de familias.
Estimaciones de las organizaciones campesinas señalan que el 86 % de las mujeres, no poseen títulos de tierras, además indican que un gran porcentaje de éstas, padecen hambre.
“Nosotras las mujeres somos desposeídas de la tierra, no tenemos la oportunidad de tener un pedazo de tierra para producir nuestros alimentos”, expresó Rosa Linda Mateo, del Consejo para el Desarrollo Integral de la Mujer Campesina (CODIMCA).
Por su parte, Wendy Cruz, coordinadora de la Vía Campesina, señaló en entrevista con Criterio.hn que el objetivo principal de la lucha campesina es impulsar la reactivación socioeconómica de las y los campesinos de Honduras, a fin de mejorar las condiciones de bienestar económico, social y cultural. Y con ello visibilizar la urgencia de políticas públicas para reivindicar el derecho de los hombres y mujeres del campo. “Queremos tener un campo robusto que nos dé la oportunidad de vivir con dignidad”, señaló.
Aunado a la exigencia del acceso a la tierra y la liberación de la semilla criollas, los grupos campesinos exigen el cese a la criminalización, desalojos y asesinatos cometidos contra campesinos, defensores y defensoras de los bienes comunes.
En ese sentido, la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC), en lo que va de 2023 registra 14 desalojos, 67 campesinos procesados, 7 heridos y 3 encarcelados –entre ellos una mujer—.
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Amante de la lectura y la naturaleza, una mujer con la convicción firme que todos podemos hacer cambios significativos en la sociedad, por eso mi objetivo es exponer las injusticias que adolece la ciudadanía. Busco incidir, a través del periodismo, en la defensa y promoción de los derechos humanos, evitando caer en la complicidad de callar ante las injusticias y la corrupción. Ver todas las entradas