Por: Modesto Acosta*
Recientemente por las redes sociales se ha dado a conocer, no solo uno, sino varios videos de maltrato entre compañeros, de riñas entre jovencitas que promueven en las calles para demostrarse a sí mismas quien es la que manda en el lugar, en el colegio donde estudia y las escenas que se observan son de aceptación y algarabía entre los mismos compañeros que se complacen observando el espectáculo, sin saber, que son partícipes de una nueva modalidad de acoso, maltrato físico, verbal o psicológico que se produce en los colegios de forma reiterada a lo largo del tiempo.
A esto se le llama «Bullying», expresión inglesa, que no forma parte del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, pero su uso es más habitual en nuestro idioma, el bullying suele tener como centro de operación el aula, el patio de la escuela, los servicios sanitarios, a la vuelta de la escuela o colegio, donde no puede ser visto por profesores o autoridad alguna, donde se producen los espectáculos donde la victima solo es una, el acosado, el maltratado.
Ahora nos preguntamos ¿porque?. Sencillamente porque las víctimas tienen una autoestima muy baja, no poseen una personalidad segura, presenta una incapacidad absoluta para defenderse por sí mismo, es una persona muy apegada a la familia y que no se le ha despertado la autoestima, presenta diferencias significativas con el resto de los compañeros en lo que se refiere a raza, religión, en lo físico y otros. El agresor o acosador molesta a las víctimas de distintas maneras, ante el silencio y complicidad de los mismos compañeros. Es habitual que el problema empiece con burlas que se vuelven sistemáticas hasta llegar a la agresión física, golpes, riñas con violencia descontrolada.
Sin embargo, el agresor presenta características de conducta observable: este carece de habilidades sociales y no muestra ninguna capacidad de empatía, tiene problemas de violencia en el mismo hogar. Es manipulador y maneja a su antojo la realidad circundante, es como una necesidad para el sentirse poderoso y llamar la atención.
Consideramos oportuno hacer un llamado a las autoridades educativas, para que pongan mucha atención en este fenómeno que se ha presentando hoy y que se está enraizando en el comportamiento de los niños y niñas de las escuelas y colegios, tal es el caso de lo que ha sucedido en uno de los colegios de San Pedro Sula, donde estudian los hijos de las personas más adineradas de Honduras, que se supone (erróneamente) que por su status económico y social, sus hijos deben de tener una conducta sobresaliente, una cultura que los diferencie de los demás, que por la desigualdad que hay en el país, no hay oportunidades para ellos, es decir, los pobres, sin embargo, en la mayoría de los casos han superado en conducta y en rendimiento académico que aquellos que lo tienen todo, con mejores oportunidades de sobresalir, con sus excepciones por supuesto.
El Ministro de educación, Marlon Escoto, debe de girar instrucciones para que en ese colegio de San Pedro Sula se hagan las investigaciones del caso, que se revise ese video que se ha convertido en viral, que se deduzcan las responsabilidades en que se ha incurrido.
Hacer una llamado a la sociedad hondureña, particularmente a los padres de familia, con campañas educativas y sistemáticas para revertir este fenómeno social que se está dando en las escuelas colegios y que se invierta en capacitar a los profesores de Honduras en las distintas áreas del pensamiento humano, ya que todo este proceso de capacitación está olvidado por la Secretaria de educación y si son perros para exigir lo que ellos no dan.
*Maestro y Periodista
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas