Por: Marlin Óscar Ávila
Debido a que algunos amigos no parecen comprender por qué no mostramos mucho entusiasmo con el actual poder ejecutivo en Honduras, vamos a explicarnos un poco al respecto.
Es correcto admitir que la presidente Xiomara Castro ganó las elecciones por una significativa cantidad de votos a su favor[1]. No se sabe con certeza sí todos fueron por sus promesas de campaña y su popularidad o por otros factores como ser, el votar en contra del opositor Nasry Asfura, del Partido Nacional, con el trasfondo de la imagen de Juan Orlando Hernández, en el imaginativo popular; pudo ser más impactante que, por la candidatura de doña Xiomara, incluida la desgastada popularidad de su esposo, Manuel Zelaya (Mel).
Al utilizar lo nefasto que fueron los 12 años en que gobernó el PN, dejando un daño institucional sin precedentes en la historia nacional, durante el primer año de gobierno, el actual gobierno, gastó el material político que tenía a su disposición, como excusa, que justificaba sus desaciertos y debilidades como poder Ejecutivo.
En otras palabras, se le termina al partido LIBRE, las oportunidades de gozar de las mieles del poder, así como al pueblo trabajador, la tolerancia en soportar tanta burocracia injustificable, funcionarios sin la meritocracia necesaria para ocupar sus puestos y salarios, en muchos casos, nada diferentes al régimen que gobernó 12 años. La dirigencia del partido LIBRE (Mel), debe ser más estricta en no permitir más clientelismo y nepotismo, sí es que quiere dejar un buen precedente después de los próximos tres años de gobierno. No bastarán los discursos y las promesas vacías sin constatar con datos duros sus resultados, menos aún sí lo que se vislumbra, de un pariente de la presidente Xiomara Castro, para seguir gobernando otro cuatrienio.
No hay duda alguna que el partido LIBRE está encerrado en la encrucijada de tener muy poco tiempo para producir un nuevo liderazgo que le sirva para lanzarse a la nueva campaña política, teniendo al ex presidente Manuel Zelaya como su coordinador general y a la vez Asesor Principal de la presidencia.
Honduras fue muy golpeada por el neoliberalismo, como lo ha sido el resto del continente, en diferentes grados. Las organizaciones sociales sobrevivientes también carecen de un liderazgo beligerante. El sindicalismo no se logra reponer, así como ocurre con las demás organizaciones sociales, muchas de ellas contaminadas por la corrupción, incluyendo al cooperativismo.
Las nuevas vinculaciones que la gobernante hace por mejorar las relaciones internacionales son plausibles. No cabe duda alguna que la mejor alianza esta con el bloque de países gobernados por representantes de los pueblos en un corte socialista y algunos socialdemócratas.
Su alianza con Brasil como con Colombia, Venezuela, Bolivia, Chile y Argentina, mostrada durante la toma de posesión del presidente obrero, Luiz Inácio Lula da Silva, el último fin de semana, tiene mucho sentido, especialmente cuando vemos a un imperio estadounidense en decadencia y el surgimiento de un BRIC, como opción mundial. El caso de países gobernados por conservadores o derechistas como el de Costa Rica, Guatemala y Canadá, quienes se encuentran muy seguros en el círculo de influencia de Washington, no podríamos esperar nada más que fortalecimiento de una OEA golpista y a los intentos de desestabilización en gobiernos elegidos democráticamente, tal es el boliviano quien está aplicando la justicia contra un líder del neofascismo local actual.
Estas alianzas pueden cambiar el rumbo del país y ojalá de todo el istmo centro americano. Seguir actuando aisladamente en esta pequeña franja de seis pequeños países, solamente ha beneficiado al imperio mismo.
Esperemos que el Sr. Manuel Zelaya reflexione y oriente mejor a su partido, puesto que, si sigue actuando de la manera que lo ha hecho, no haría más que acortar el futuro de Libre. No se puede gobernar como una dinastía a menos que se imponga ese modelo en un pueblo con una pobreza extrema, incluyéndose las otras pobrezas[2]. Debe saber que ya ha tenido una alta acumulación de poder económico, como político y que, puede utilizar esa riqueza en el bien de las grandes mayorías. Esta visión lo podría catapultar como un estadista nacional. Lo contrario es lo que debe evitar.
[1] https://www.swissinfo.ch/spa/honduras-elecciones_xiomara-castro-supera-los-1-7-millones-de-votos-en-elecciones-de-honduras/47176404
[2] Pobreza en información, académica y crítica
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Graduado en Estudios para el desarrollo graduado en EE UU e Inglaterra. Gerencia de ONGs europeas y estadounidenses. Tres años fungió como alto funcionario de la cooperación canadiense para Centroamérica. Ver todas las entradas