Por:Arturo Rendón Pineda
Tuve un amigo que sufrió una intoxicación medicamentosa irreversible que lo tuvo postrado muchos años antes de morir. Quien escribe era de los pocos que casi a diario lo llamaba por teléfono:..¿Cómo amaneciste?, y su lacónica respuesta era….¡AMANECÍ VOS ! , ninguna contestación podría haber sido más breve: tan afirmativa, amable, y siempre positiva, como era su carácter. Pasados muchos años de haberse adelantado mi amigo hacia el viaje sin retorno, he adoptado esa corta respuesta que confirma a mi interlocutor que amanecí con vida, y ¡con muchas ganas de continuar viviendo!
En el transcurrir de mi existencia, he conocido el inmenso dolor de perder cuatro de mis ocho hijos, (no había celulares ni televisión). Perdí a mis padres, a mis suegros, a familiares, compañeros de estudios y la mayoría de amigos, lo que me ha movido a pensar sobre la brevedad de nuestra existencia. Siendo jóvenes nos decían: ”tienes toda una vida por delante”,…y pensar que ahora “la tenemos toda por detrás”. En esa índole de pensamiento, nos enfrascamos en tratar de comprender la evolución de la existencia. Como mejorar–con la sabiduría que dan los años–para encontrar, una forma eficaz para poder vivir nuestra vejez, creyendo firmemente en que “no morimos”, porque TRASCENDEMOS CONFORME A NUESTRA FE.
Los seres humanos somos seres tripartitos, dotados de UN CUERPO: (el vehículo en que viajamos por el mundo); UNA ALMA que es la principal virtud que identifica al ser humano; y EL ESPÍRITU, que es lo único que trasciende a la hora de exhalar el último suspiro. Valga decir, que los seres humanos damos mayor importancia al cuerpo: como somos, como nos conducimos, como triunfamos en nuestro proceso de evolución y crecimiento. Nos preocupa la forma de progresar, intelectual y económicamente, vernos triunfar ante la sociedad que habitamos, pero olvidamos que el cuerpo al morir, desaparece devorado por los gusanos, para luego retornar a la tierra que le dio su origen.
Asi como “la resurrección”, pudiera ser una inalcanzable aspiración humana como también lo es el rejuvenecer, que equivale a hacer morir lo viejo, para que lo nuevo surja en nosotros. Rejuvenecer, considero es igual a renovarse, o “crecer a una vida espiritual resucitando en el espíritu” sin dejarse llevar por el ritmo que marcan los tiempos y las circunstancias imposibles de evadir. Para los que apostamos por algo que pueda trascender más allá de la vida, es CUESTIÓN DE FE.
Vienen los achaques propios de la vejez, el cuerpo físico poco a poco se va despidiendo; este lento despedirse del mundo y esta sucesión de continuas despedidas de las funciones corporales humanas es insoslayable, significa ¡ir muriendo! Hay que estar conscientes de que la materia se transforma en polvo, mientras que el soplo de la vida–EL ESPÍRITU–, trasciende al infinito y vuelve Al Creador del Universo.
Es Dios, que gradualmente nos va despojando de los apegos mundanos, nos va quitando todo para que podamos ganar el más allá de la vida, igual que un juego de gana-pierde: “al perder ganamos, al vaciarnos alcanzamos la espiritualidad”. la sabiduría que inspira el sentido de esta pérdida, que se transforma en ganancia:—son los renglones torcidos conque Dios nos habla,— es su forma de demostrarnos su amor para que nos acerquemos a él, son altibajos de la vida con que Dios fortalece nuestro espíritu y prueba nuestra fe.
Este Importante razonamiento, me inspira a pensar, que se hace necesario procurar la Vida Espiritual; cultivarla y practicarla, lo único que vale a la hora de trasponer el umbral del “más allá”. Para muchos es una dimensión inexistente, postergada y olvidada que es urgente rescatar, porque en ella se encuentra la serenidad que proporciona la tranquilidad de conciencia, única capaz de proporcionarnos la felicidad y la paz, que todos anhelamos durante el transcurso de nuestra efímera existencia. La alternativa, no es vida o muerte,… sino vida en mayor abundancia!
“No es cuestión de agregar años a la vida, sino que de añadir vida a los años”.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas