Este lado del continente es una región llena de mitos, que no evolucionó a lo largo de la historia. El ejemplo más claro es Venezuela, donde el Estado controla todo.
Por: Andrea Rondón García
A pesar de las promesas de bienestar, los absolutos controles del Estado hacen que la gente se acostumbre a vivir sometida, pensando que no hay más opciones.
El título de este artículo es en clara alusión a la obra de Friedrich A. Hayek, Camino de Servidumbre, que se publicara por primera vez en 1944. Destaco el año de 1944 porque las advertencias hechas en ese libro no parecieron ser tomadas en cuenta en estas décadas, por los países de la región.
¿Por qué se llama Camino de Servidumbre? Porque a lo largo de este libro se plantean preguntas sobre la compatibilidad entre la planificación centralizada de la economía y el Estado de Derecho, y si la planificación centralizada de la economía degenera en un totalitarismo político.
La respuesta es que la planificación centralizada de la economía no es compatible con el Estado de Derecho; que con la planificación centralizada se eliminan las opciones del individuo y se queda a merced de los monopolios gubernamentales y, tal vez lo peor, la persona se acostumbra a no tener opciones, olvida que las tiene y cae casi inevitablemente en servidumbre.
Si analizáramos la región en este inicio de 2016, ¿cómo nos encontraríamos?. Si leyéramos a Carlos Rangel en Del buen salvaje al buen revolucionario encontraríamos frases así: “…Latinoamérica, hija del buen salvaje, esposa del buen revolucionario y madre del nuevo hombre”.
Una región llena de mitos, que no evolucionó a lo largo de su historia. Una región con una fe ciega en papá Estado. Una región que aún en el mejor de los casos, defiende “la economía social de mercado”, a sabiendas que la palabra “social” vaciará de contenido el resto, como nos advirtió Hayek en La Fatal arrogancia.
Hablando del caso venezolano, que es el que he padecido en los últimos 17 años, hemos visto que en los últimos años se ha destruido el natural sistema de difusión de la información de los agentes del mercado, que es el sistema de precios, porque desde 2003, se ha instaurado un control de precios en el país que primero operó para ciertos rubros y desde 2010 es generalizado.
Se ha destruido en los últimos años la posibilidad cierta y efectiva de elegir lo que se comerá, vestirá, leerá, etc; porque desde 2003 se ha establecido un régimen de control de cambio por el cual la compra y venta de divisas se ha monopolizado por el Banco Central de Venezuela; se asignan las divisas de forma arbitraria y opaca; se ha empleado como una medida política y no económica, etc.
Por su parte, la propiedad privada ha sido uno de los derechos más atacados en los últimos años, ya sea por acción u omisión de los poderes públicos, porque se ha entendido que la propiedad privada es lo que realmente nos hace libres e independientes frente al poder del Estado, porque es la que financia nuestras decisiones y proyectos de vida y, en definitiva, permite ejercer otros derechos y libertades.
Lamentablemente, el panorama anterior tiene un terrible efecto no sólo en el país, sino en cada una de las personas, porque con la planificación y el control se reducen las opciones al quedar a merced del ente gubernamental, y al no tener opciones las personas dejan de considerar que existen otras posibilidades y tienden a pensar que es lo único que existe. El efecto más doloroso de la planificación centralizada es que es el camino que nos lleva a todos a la servidumbre.
El propio Hayek lamentablemente lo anticipaba también en Camino de servidumbre al advertir:
“Siempre existirán desigualdades que parecerán injustas a quienes las padecen, contrariedades que se tendrán por inmerecidas y golpes de la desgracia que quienes los sufren no han merecido. Pero cuando estas cosas ocurren en una sociedad deliberadamente dirigida, la reacción de las gentes será muy distinta que cuando no hay elección consciente por parte de nadie”.
Está en cada uno de nosotros, exigirnos más como ciudadanos, darnos cuenta de las verdaderas causas de los efectos que padecemos. Este es el primer paso para dejar de ser siervos.(Tomado de PanAm Post)
*Doctora en Derecho, directora del Comité de Derecho de Propiedad de Cedice Libertad y directora académica del Instituto Ludwig von Mises Venezuela y además profesora de la Universidad Católica Andrés Bello
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas