Por: Redacción CRITERIO
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Tegucigalpa. – En las peligrosas calles en que mujeres se prostituyen en Honduras tienen como principal amenaza a sus vidas e integridad a los agentes de los cuerpos de seguridad del Estado.
Estos agentes, entre ellos policías nacionales, municipales y militares, son percibidos por las prostitutas como la fuente de violación de sus derechos, según un estudio divulgado el jueves en Tegucigalpa.
En las calles y bares estas mujeres son agredidas por autoridades de seguridad que las someten a arrestos ilegales, maltratos físicos y verbales, amenazas a muerte, sobornos, extorsión con pago de favores sexuales (servicio sexual gratuito por miedo) hasta violaciones, entre otros abusos se detalla en el Informe Nacional Sobre Violencia Institucional.
«Me violaron (los policías) en el anillo periférico, me llevaron en la patrulla, a la hora del té me soltaron, me fueron a dejar allá por el Carrizal botada», según un testimonio de una mujer citado en el estudio.
«Yo no puse la denuncia porque ellos — los policías — lo amenazan a uno, me amenazaron que me iban a joder, ellos saben donde me llevo», agregó.
Apenas un 9 por ciento de 400 prostitutas encuestadas en Choluteca, Francisco Morazán y Valle, dijeron abiertamente que denunciaron ante las autoridades los abusos y violación de sus derechos a los que son sometidas.
Las prostitutas encuestadas entre mayo y septiembre de este año, responsabilizaron de las violaciones a sus derechos, en un 32.5 por ciento a policías nacionales, en un 53 por ciento a policías municipales y metropolitanos y en 3.25 por ciento a miembros de las fuerzas armadas.
Los agentes de seguridad del Estado, en vez de protegerlas las extorsionan y hasta las violan, según el estudio.
Las también llamadas trabajadoras del sexo, ejercen una actividad que no es tipificada como ilegal en Honduras, y en el caso de las municipalidades la Ley de Policía y de Convivencia Socia manda a las alcaldías reglamentar esta actividad, dentro del respeto a la dignidad y derechos humanos.
Pero esta regulación en la que también deben intervenir además de las alcaldías, el ministerio de Salud y el de Gobernación y Justicia no es cumplida por los funcionarios de gobierno.
Los abusos de los «se agravan por venir de la institucionalidad pública y por ser cometidos por las autoridades encargadas por mandato de la ley para brindar seguridad a la población» sin discriminaciones de ningún tipo, dijeron dirigentes de las prostitutas.
En Honduras se estima que ejercen como trabajadoras sexuales al menos unas 25.600 mujeres, pero se observa un sub registro porque algunas otras se dedican a esta labor de manera «invisible», según dijo Jakeline Cruz, vicepresidenta de la Red de Trabajadoras Sexuales de Honduras.
Entre las modalidades de prostitución están las llamadas prepago, las ambulantes y las que están en espacios cerrados, «sabemos que muchas compañeras todavía no dan a conocer que son trabajadoras sexuales por el estigma que sufrimos», agregó.
La Red tiene 3.500 trabajadoras sexuales registradas organizadas en San Pedro Sula, Choluteca, La Ceiba y Tegucigalpa.
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