Por: Jaime A. Flores P.
El narco dictador se encuentra desesperado y no es para menos. Paulatinamente pierde el apoyo de sectores que hasta hace poco le servían de pilares para sostenerse en el poder; justo cuando el hartazgo ciudadano genera ingobernabilidad en los cuatro puntos cardinales del país.
Este panorama de ingobernabilidad generado por la profundización de la problemática política, social y económica y de una mayor conciencia ciudadana en relación a la cosa pública ha obligado a ciertos sectores a tomar distancia, lo que se podría interpretar como el inicio del fin de la actual narco dictadura.
La primera institución, y una de las más importantes por lo que representa, que abandona el barco es la omnipresente iglesia católica y es través de su ente colegiado, la conferencia episcopal, que lanza un comunicado al viento con la idea central de un “basta ya” a los desmanes del actual gobierno y del entorno familiar del déspota.
No hay duda que el comunicado eclesial impactó fuertemente en el estado de ánimo del narco dictador, quien se vio obligado a realizar una apagada y a su vez deslucida manifestación para rechazar el “basta ya” y a su vez apropiarse del mismo logrando el efecto contrario, mayor repudio y descrédito para su gestión y a su persona.
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Un prominente miembro de la empresa privada se va de frente y acusa al dictador de delincuente “por utilizar el Ejército para violar la Constitución Política de la República y conseguir a toda costa la reelección presidencial”. ¡Más claro no canta un gallo!
Son pocos los empresarios que se encuentran hoy por hoy en el barco y los que apuntalan al narco dictador es por los negocios que hacen a la sombra del Estado, pero la mayoría de los que integran Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP) no lo pueden ver ni en pintura.
El déspota pierde apoyo y se queda solo, ni siquiera la dirigencia de su propio partido ha dado muestras de solidaridad en estos momentos de crisis que amenazan su mandato; ni siquiera un pírrico comunicado en defensa de su correligionario, ahora hecho dictador.
Pero más que los abandonos, lo que sí debe obligar a tomar té de tilo al dictador son los “anónimos” que surgen desde el interior de las Fuerzas Armadas, en donde los cuadros medios de la oficialidad han fijado su posición contraria a la junta de comandantes.
Una expresión de dignidad dentro de las fuerzas armadas, debido a que la alta oficialidad, principalmente la junta de comandantes, se ha bajado los pantalones ante el dictador y a cambio de canonjías y negocios lo sostienen en el poder y le obedecen con lealtad canina a tal grado de matar y torturar.
Ninguno de los anónimos ha sido desmentido y es que resulta difícil hacerlo porque a simple vista se sabe que fueron redactados por militares, en oposición a los pusilánimes que hoy por hoy dirigen el Ejército.
El narco dictador puede dormir un tanto tranquilo, si bien no tiene la legitimidad otorgada por el pueblo hondureño tiene, hasta hoy, el apoyo de la extraditable Fulton, “la encargada del negocio”, que es la verdadera comandante del Ejército Hondureño.
A partir del comunicado de la iglesia católica, el dictador empezará a sentir la terrible soledad del poder, y solo se quedará escuchando el croar de su corte de serviles, aunque esto no es lo mejor, es preferible al silencio eterno de una celda de esas prisiones que ha construido para sus opositores políticos.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
3 respuestas
Todos esos que escriben x Facebook todos los dias no se cansan de MENTIR uds creen que la.gente les va creer todo estan perdidos
No lo creo,a este gobierno no lo mueve nada
Ayúdenle ustedes pues, o no son hondureños……