Tegucigalpa.- La juramentación de los diputados disidentes del partido Libertad y Refundación (Libre), Jorge Cálix, Yahvé Sabillón y Beatriz Valle como presidente, vicepresidente y secretaria provisional de la Junta Directiva del Congreso Nacional, deja una gran interrogante sobre el futuro del pacto firmado entre el Partido Salvador de Honduras (PSH) y Libre.
Para la coordinadora de la Fundación Democracia Sin Fronteras (DSF), Melissa Elvir, más allá del pacto entre Libre y PSH, está en juego el futuro de todo un conjunto de leyes que formaron parte de las propuestas de la presidenta electa Xiomara Castro durante su campaña y que abarcaría desde la eliminación de la Ley de Secretos, hasta la instalación de una Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH).
Está en juego si el Congreso Nacional podrá tomar decisiones realmente influyentes en la sociedad hondureña o el estatus quo se mantendrá por los próximos cuatro años, dijo a Criterio.hn la coordinadora de DSF. Agregó que las próximas horas del fin de semana serán cruciales para determinar qué es lo que puede suceder o no en la siguiente sesión preparatoria del Congreso Nacional para elegir a la junta directiva definitiva.
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Elvir declaró que las implicaciones también se verán reflejadas en las próximas elecciones de 2026. «Si Libre no puede conciliar sus diferencias lo que pueden lograr es un caos en las próximas elecciones. No solamente porque dejan una mala sensación en la población en general para poder tomar posesión de los curules del Congreso Nacional, sino porque no generan acuerdos en la toma de decisiones» manifestó.
Por su parte, el abogado y analista político, Josué Murillo, sostuvo que nadie esperaba que un grupo disidente de Libre adversaria abiertamente contra las directrices del coordinador del Partido, Manuel Zelaya, y la presidenta electa, Xiomara Castro. Sin embargo, sucedió y esta división fue cooptada y manipulada por quienes han gobernado y legislado de forma lesiva a los intereses del pueblo hondureño.
«Ahora el panorama a solo 48 horas resulta tan difuso; mucho más por cierto que el proceso electoral del pasado noviembre que vivimos», lo que genera incertidumbre e inseguridad no solamente en el pueblo hondureño pero también en la comunidad internacional en relación a si se logrará la dupla esperada entre Ejecutivo y Legislativo.
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En relación a si podrá Libre cumplir el pacto firmado con el PSH, Murillo afirmó que a partir de lo que ha ocurrido «cualquier cosa puede suceder. Sin embargo, la tradición en Honduras es que la junta directiva provisional se convierta en la junta directiva permanente y eso es un factor que puede generar muchos conflictos sobre todo porque hay muchas posiciones dentro del Congreso Nacional».
¿ELECCIÓN LEGAL O ILEGAL?
En cuanto a la legalidad en qué se eligió a los integrantes provisionales de la junta directiva del Congreso Nacional, la coordinadora de Democracia Sin Fronteras apuntó que si bien no se respetaron los procedimientos parlamentarios esto no significa que sea o no válida, sobre todo porque «se respetó la voluntad de la mayoría de los diputados del Congreso Nacional», pendiente que las firmas sean reales.
Sin embargo, aclaró que hubieron una serie de procedimientos que no se siguieron como permitir que los diputados tomaran sus respectivos curules, la discusión de ambas mociones presentadas al Congreso Nacional, y que tampoco se estila que la votación se realice por medio de firmas.
Al final, Elvir recordó que se trata de una junta directiva provisional «realmente la lucha tiene que ser en esta junta directiva definitiva y que esperemos que lleguen a consenso desde el Partido Libre o desde otras bancadas para poder encontrar soluciones contundentes a los problemas planteados».
Sobre la legalidad de la elección, el analista político y abogado, Josué Murillo, declaró que la misma estuvo plagada de vicios que deben ser analizados para dar una respuesta certera sobre si fue legítima o no, pero no hay duda que la misma violó procesos y procedimientos legislativos. Murillo subrayó la importancia de que las bases y la dirigencia de Libre se sienten, dialoguen, negocien y lleguen a acuerdos.
«Lo que puedo decir es que se configuraron muchas violaciones de derechos humanos, muchas agresiones y violencia política en el marco de ese proceso legislativo y debe ser revisado y en todo caso rectificar lo que no se hizo de manera correcta, democrática, participativa y con pleno derecho», concluyó.
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