Por: Mesa Ciudadana
La Mesa Ciudadana celebra la victoria que convierte a Xiomara Castro Sarmiento en presidenta electa, gracias a una campaña exitosa, ya que votó por ella masivamente -determinado y claro- el pueblo de Honduras. El gran ganador es el pueblo, que analizó a la persona, escuchó atentamente sus posicionamientos, interpretó su sincera intención y dispuso creer en ella.
Con la Coalición Opositora, Xiomara ganó más votos que nadie nunca. Recibió así un mandato para cumplir el Plan de Gobierno ofrecido y la obligación indeclinable de sortear la más profunda crisis de la historia. Este 27 de enero 2022 no puede, ni debe ser un simple traspaso de mando. Un mero ritual sordo.
Más allá de satisfacer las demandas partidarias o de las buenas relaciones con los poderes fácticos, de adentro y de afuera, el nuevo gobierno ha adquirido un compromiso con el cambio profundo que la nación necesita para sobrevivir y prosperar. Debe concretar de inmediato cambios que responden a demandas generalizadas de una población acosada por las cargas. Suprimir por decreto peajes, rebajar tasas y tarifas de los servicios públicos y los impuestos que inflan el precio de los combustibles.
Pero también con LIBRE y sus coaligados, Xiomara hizo promesas de largo alcance y aliento, y debe reconfirmar ese compromiso con la transformación del país, generando crecimiento y empleo digno, salud pública universal de calidad, una educación a la medida del nuevo milenio y alcanzar, por fin, la seguridad y tranquilidad ciudadana. Deberá concretar esas promesas, valiéndose de recursos rescatados del hurto y del latrocinio, convertidos en modus operandi del delito oficial.
Para ese fin y para prevenir depredaciones el nuevo gobierno debe resucitar una cultura del servicio público y fraguar un entendimiento con las NNUU que establezca la CICIH, en manos capaces e independientes, al mismo tiempo que fortalezca una judicatura propia, que requiere en primer lugar una nueva sala de cumplimiento constitucional. Es imperativa la reconstrucción del Estado de Derecho derruido por una maquinaria política siniestra y ese es un programa de varias etapas.
El primer paso es exigir al Congreso Nacional la derogación inmediata del conjunto de leyes inconstitucionales con que se deconstruyó la república y se armó la dictadura, blindando el abuso y el libertinaje. La ley del pacto de impunidad, la ley de la ZEDE, ley de canje de publicidad por impuestos, ley de trabajo por hora sin derechos, ley de secretos.
El mismo día de la toma de posesión la mandataria debe plantear al Congreso la ineludible derogatoria de todas las leyes inconstitucionales. Y proclamar una amnistía que deje en inmediata libertad a los presos políticos y defensores de los bienes comunes y de la naturaleza, como asimismo anunciar la repatriación de los perseguidos políticos del régimen. Después, con más tiempo, habrá que construir nuevas normas legales que llenen el vacío jurídico. Pero lo que es nulo de origen no puede subsistir ni requiere negociación.
La recuperación de Honduras además de ser un proyecto económico y social tiene que ser un proyecto de recuperación cívica, moral y ética, del sentido de identidad nacional, de Patria, lo que pasa por garantizar los derechos de todos. LIBRE y Xiomara juraron que la soberanía del pueblo estaría por encima de cualquier utilidad privada, privilegio, beneficio de grupo o conveniencia sectorial o partidaria. También tiene el nuevo gobierno una obligación de transparencia.
La Comisión que dirige el Coordinador del Partido LIBRE y Asesor de Xiomara, Manuel Zelaya R. y que está investigando los gabinetes sectoriales del actual gobierno debe rendir públicos informes de las condiciones en que se reciben las distintas Secretarías de Estado, la contratación del personal, y la Comisión de Transición debe informar ipso facto y públicamente el monto completo de las deudas externa e interna, el costo mensual de su servicio, y los términos en que se está planteando renegociarlas.
Proclamaron LIBRE y Xiomara, además, levantar un país con dignidad, cimentado sobre su propio interés nacional, en el concierto de las naciones del mundo, y forjar una sociedad justa comprometida en la protección del derecho del estudiante y el campesino, el obrero y la mujer, de las minorías y los pueblos, y concomitantemente, izaron la necesidad de deducir la responsabilidad del abusivo impune. Cúmplase.
Xiomara y LIBRE deben poner el sistema de justicia y las fuerzas del orden al servicio de la ciudadanía y de la comunidad. Para no olvidar y correr el riesgo de repetir la historia de la infamia deben integrar una Comisión Especial dedicada a: a) preservar la memoria colectiva b) reparar a las víctimas del golpe y la dictadura c) erigir y dar vida a un museo y Parque Memorial con el legado testimonial de las víctimas de violaciones a los derechos y los desaparecidos desde hace un siglo y hasta los del golpe de Estado de 2009, fraude electoral de 2017, y las crisis desatendidas de 2019 a 2021.
El pueblo votó para retomar su propio papel en la conducción de su destino. El nuevo gobierno debe continuamente dialogar con ese pueblo, empoderar al ciudadano y enriquecer su política con el flujo permanente de la opinión popular. Por la misma vía deben forjarse democráticamente leyes que aseguren la mejora de los sistemas con que la ciudadanía genera democracia institucional, los sistemas electorales y de consulta.
Mientras siga ese rumbo, todos debemos poner a la orden del nuevo gobierno nuestra disposición de colaborar, de forma desinteresada y sin compromiso, en la tarea colosal de responder a los inmensos retos. Este es nuestro momento histórico, único. No es solo de Xiomara, ni compete solo a un partido o coalición de ellos. Desde aquí podemos avanzar hacia un futuro retador o hundirnos en el barranco del fracaso de todos.
El beneficio del pueblo debe de ser el único objetivo. Solo al pueblo ha de estar subordinado, a nadie tiene que obedecer, si no al pueblo de Honduras, con el cual ha suscrito un Pacto Sagrado, que solo el pueblo puede refrendar o anular. ¡Viva el pueblo de Honduras!
*Mesa ciudadana: Bertha Oliva, Leticia Salomón, Miriam Miranda, Thelma Mejía, Adolfo Facussé, Carlos H. Reyes, Edmundo Orellana, Eugenio Sosa, Padre Ismael Moreno, Ramón Barrios, Rodolfo Pastor, Salvador Moncada y Víctor Meza
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas