La nueva Ley Electoral aprobada en el Congreso Nacional este martes no trae nada nuevo y es igual a la ley vigente, por lo que los partidos políticos pueden hacer el fraude que ellos quieran, reaccionó el ex fiscal general Edmundo Orellana.
“La ley es igual a la ley vigente, solo que redactada de forma diferente, es más de lo mismo”, dijo Orellana en torno a las reformas aprobadas.
De acuerdo a las reformas, las mesas electorales van a ser manejadas por los partidos mayoritarios, aunque para Orellana “eso todavía no está claro, porque hasta hace poco estaban todos de acuerdo en que estuvieran todos ahí”.
Para el exfiscal el problema son las Mesas Electorales Receptoras (MER) “es que van a seguir estando en manos de los políticos, en manos de los partidos políticos, ellos pueden hacer el fraude que ellos quieran”.
Edmundo Orellana
Esto, porque una vez que las MER se integran, el Consejo Nacional Electoral (CNE) deja de tener control y entonces “allí los que van a decir quién va a ser el ganador van a ser los miembros de las mesas”.
El hecho de que cambien los miembros de las mesas es que se garantiza que no va haber tráfico de credenciales, apuntó. Sin embargo, los partidos políticos seguirán siendo los que van a “manosear los resultados en las elecciones” ya que en el escrutinio “son ellos los que deciden porque es en las mesas donde se hace el acta que luego se revisa en el CNE”.
Sobre la reforma que tiene que ver con la deuda política, la cual se otorgará según la cantidad de votos que los partidos obtengan en el nivel presidencial, Orellana opinó que “ese es un avance, que no se la den a esos mercaderes de la política, a esos aventureros que andan ahí husmeando qué sacan del proceso, pero habrá que ver si finalmente eso es así”.
A criterio del profesional del derecho, las reformas mínimas que debía tener la nueva ley debían ser para sacar a los partidos políticos de la manipulación del proceso y del escrutinio, es decir, que los miembros del CNE y del Tribunal de Justicia Electoral (TJS) no sean representantes de estos.
“Yo proponía en su momento que se escogiesen a los jóvenes de 18 años que acaban de incorporarse a la población políticamente activa, para que fuesen ellos los responsables del escrutinio y que además hubiese un mecanismo de supervisión para verificar que en las mesas electorales se esté respetando el sufragio y que en las mesas electorales el escrutinio se está haciendo de forma transparente”, pero este mecanismo de supervisión integrado por la sociedad no está previsto en estos cambios de forma.
Cuando se le preguntó por qué aprobar una ley que es casi igual a la anterior, Orellana respondió que “para engañarnos a nosotros”, porque “los partidos han estado engañándonos todo el tiempo, han estado simulando que hacen las cosas bien, pero en el fondo las están haciendo en beneficio de ellos mismos o de los intereses que representan”.
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