Por: Filiberto Guevara Juárez
No queda la menor duda que la oposición política en nuestro país, después de estar once largos años en la llanura con respecto al poder político; enfrenta grandes retos, en cuanto a su unidad. El principal reto político es consensuar una unidad que le permita enfrentar en las próximas elecciones generales a un Partido Nacional, muy organizado y con grandes recursos económicos derivados del usufructo del ejercicio del poder político estatal.
Y, ante vista y paciencia de una población sin conciencia ciudadana de la mayoría de la población hondureña; el Partido Nacional, ha extraído recursos económicos como producto de la corrupción administrativa del Estado, para derivarlo al fortalecimiento de sus finanzas con el propósito de perpetuarse en el poder. Además, ha aprovechado esos recursos económicos, dudosamente adquiridos, para mantener engañada a una gran parte de la población hondureña, mediante una propaganda mediática intensiva, haciéndoles creer que están haciendo un buen gobierno en favor del pueblo.
Ellos mienten descaradamente; no obstante, logran engañar a muchas personas y consiguen mantener unidos a sus partidarios, los cuales creen todas las mentiras que a diario les dicen a través de los medios de comunicación masiva, pagados con nuestros impuestos, utilizando el crédito fiscal para pagar espacios propagandísticos en radio, prensa escrita y televisión, en una forma muy sutil y astutamente; porque bien reza el refrán popular: “no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
El mal manejo de la pandemia es más que obvio, la corrupción administrativa también, al grado tal, que no hay semana que no salga a luz pública un nuevo escándalo de corrupción administrativa. Pero, lo más grave es lo que está sucediendo en las Cortes del Distrito Sur de Nueva York, con respecto a la investigación que se le sigue al gobernante Juan Hernández, lo de su hermano Antonio (Tony) Hernández y varios miembros relevantes ligados al Partido Nacional. Aún y con todo eso, la mayoría de los nacionalistas, siguen creyendo, que el actual gobernante es inocente. Claro está que los miembros de los partidos políticos de oposición no lo creen así. Sin embargo, esto no es aprovechado óptimamente por los altos dirigentes de los partidos políticos de oposición, para lograr la unidad que a gritos pide la mayoría de la población hondureña, que ya no soporta al mal gobierno nacionalista.
La pregunta obligada es: ¿por qué la alta dirigencia de los partidos políticos de oposición no logran ponerse de acuerdo para sacar al Partido Nacional del poder? La respuesta podría ser, que varios de ellos creen que con uniones parciales pueden sacar al Partido Nacional del poder. Lo cual, a todas luces, resulta casi imposible, porque el asunto no es solo ganar la presidencia de la república, lo cual puede lograrse, a riesgo de perder el poder legislativo, debido al fraccionamiento de la oposición política. Tal parece, que no logran ver, que aunque ganaran el Poder Ejecutivo, les sería prácticamente imposible hacer un buen gobierno, si el Partido Nacional, logra sacar al menos, cincuenta diputados en la próxima elección general que se avecina, ya que el Partido Nacional, uniéndose a algunos diputados liberales muy afines al Partido Nacional, más algunos diputados de varios partidos políticos emergentes, que el mismo Partido Nacional, con el gobernante Juan Hernández, en forma astuta han apoyado; pueden inclusive, nombrar la Junta Directiva del próximo Congreso Nacional de la República, porque le bastan tan solo 61 votos de diputados, para ello. Ante dicho escenario, el próximo presidente de la república, aunque sea de la oposición, estaría atado de pies y manos para hacer un buen gobierno en favor de la mayoría del pueblo hondureño, tomando en cuenta también, que el Partido Nacional, dejaría a nuestro país, en una inconmensurable crisis socioeconómica.
Ante tan oscuro escenario, la alta dirigencia de los partidos políticos de oposición, deberían estar muy preocupados, y comenzar a trabajar en un serio plan mínimo de acuerdos partidarios, una vez se definan los próximos candidatos a cargos de elección popular en los tres niveles electivos: presidencial, legislativo y municipal en las próximas elecciones primarias; mediante un gran acuerdo amplio e incluyente. Lo cual lógicamente, no será nada fácil de lograrlo; debido a los intereses de partido político, de grupo y particulares, al igual que los esfuerzos del mismo partido de gobierno para impedirlo mediante algunos candidatos afines a ese partido, con el objetivo de que no se logren dichos acuerdos.
Ahora bien ¿por qué, además, al Partido Nacional y particularmente al actual gobernante Juan Hernández, le interesa controlar al próximo Congreso Nacional de la República? La respuesta es obvia: sólo eso, le podría seguir garantizando a él y sus socios implicados en actos de corrupción y delito de narcotráfico; la impunidad que tanto necesitan, porque en los próximos años del nuevo período de gobierno, el nuevo Congreso Nacional de la República, debe elegir a la nueva Corte Suprema de Justicia, al nuevo Fiscal General, y a las cabezas del resto de las instituciones republicanas de gobierno.
Así como están las cosas, el Partido Nacional, en cierto sentido, continuaría en el poder, y, con la opción de perpetuarse en el mismo en cierta forma, o recuperarlo plenamente en la elección general subsiguiente.
La oposición política enfrenta enormes retos para lograr conformar plenamente una unidad amplia que le permita no solo ganar el Poder Ejecutivo, sino ganar ampliamente el Poder Legislativo, con el número mágico de 86 diputados, con el fin de lograr la tan ansiada mayoría calificada, que le permita transformar al nuevo Congreso Nacional de la República de carácter ordinario, en un Congreso Nacional de la República de carácter extraordinario, es decir, en una Asamblea Nacional Constituyente Derivada, que permita reorganizar la república, que destituya a la actual Corte Suprema de Justicia, espuria, al Fiscal general y al resto de todas las cabezas de las instituciones republicanas de gobierno actualmente cooptadas por el actual gobernante Juan Orlando Hernández.
Eso, es casi una utopía, pero no está en los cuernos de la luna el poder lograrlo, siempre y cuando, se logre una amplia unidad de todos los Partidos políticos de oposición, grupos de sociedad civil organizados, organizaciones populares y gremios profesionales, pudiéndose llegar inclusive a la desobediencia civil para sacar del poder lo más pronto posible al actual gobernante y al Partido Nacional, con el claro objetivo de lograr conformar un gobierno de transición, que nos permita unas elecciones generales justas, transparentes y democráticas. El joven Movimiento Patria en acción, un movimiento de sociedad civil, ya está haciendo sus mejores esfuerzos en dicho sentido. El reto es enorme, pero no imposible de lograrlo, porque en política no existen cosas imposibles, lo que podrían existir son hombres y mujeres incapaces de hacerlo.
Por una Honduras con futuro, por una patria digna, vale la pena intentar al menos, una gran convergencia de intereses, dejando de lado las mezquindades y envidias y anteponiendo primero los sagrados intereses de la nación hondureña; para lograr una unidad plena, que permita sacar al Partido Nacional del poder y recuperar el Estado de derecho, reorganizar la república y que el pueblo recupere el poder en plena democracia, que garantice la justicia y el bienestar social para toda la nación hondureña.
San Pedro Sula, 21 de febrero, de 2021.
-
Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
Un comentario
Describe una situación que todos conocemos y fija como metas la conquista del PE y del PL pero no hace. Propuestas para unificar la oposición.