Por: Redacción CRITERIO.HN
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El Progreso, Yoro.- Criterio.hn conversó este lunes con el sociólogo Eugenio Sosa, quien piensa que existe un “sobre-determinismo” en relación con la creencia de que, a menos de dos semanas para las elecciones en EE. UU., si gana o pierde Donald Trump, las cosas en Honduras pueden cambiar, mejorar o empeorar, tomando en cuenta las diferencias ideológicas entre demócratas y republicanos. “Esas elecciones en EE. UU influyen menos de lo que uno cree”, dice el experto de la sociología.
Las elecciones presidenciales de 2020 en los EE. UU. se celebrarán el próximo martes 3 de noviembre, pudiendo los votantes elegir al nuevo presidente y vicepresidente a través de un Colegio Electoral, que presenta como principales alternativas al republicano Donald Trump, quien busca la reelección para un segundo periodo de gobierno, y a Joe Biden, el representante demócrata que fungió como vicepresidente de Barack Obama durante 8 años de gobierno (2008-2012 y 2012-2016). Menos oportunidades, o casi nulas, tienen Jo Jorgensen del partido Libertario y Howie Hawkins del partido Verde.
El debate en Honduras está servido. Algunos creen que sí puede haber una injerencia del próximo gobernante o del mismo Donald Trump, en caso de ser reelecto, en las próximas elecciones presidencialistas de Honduras. Otros creen que esto puede afectar la continuidad de los procesos contra narcotraficantes, beneficiar o terminar de hundir al presidente de Honduras, Juan Hernández, cuyo hermano, Antonio Hernández, alias Tony, está preso en EE. UU por cuatro delitos ligados a la narcoactividad.
“Lógicamente sabemos que los intereses de los Estados Unidos son distantes a los intereses que podrían representar gobiernos como el de Libertad y Refundación (Libre), con doña Xiomara Castro (esposa del expresidente José Manuel Zelaya Rosales quien sufrió un Golpe de Estado militar en 2009), incluso podrían intentar impugnar un gobierno como el de Yani por su situación, probablemente tampoco les agrade, pero mi pregunta, ¿qué es lo que pueden hacer y están dispuestos hacer los Estados Unidos, tanto en la Embajada Americana como en el Departamento de Estado?”, comenta Sosa.
El sociólogo pone de ejemplo al Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que se convirtió en la fuerza política de El Salvador más importante desde el año 1992 hasta el 2009, que llegó al poder, y cuando lo hizo EE. UU. no tuvo más que tolerar. “No hizo le guerra, no invadió; se la llevaron bien, etc. Igual con Daniel Ortega, presidente de Nicaragua, que no es de su simpatía”.
En donde cree que sí puede haber una influencia es en la parte anímica, ya que si pierde Donald Trump su reelección esto podría convertirse en un aliciente para buscar un cambio en Honduras.
Eugenio cree que “probablemente la única influencia es la que el electorado de Honduras se entusiasme por un cambio. Que fortalezca la idea de cambio. En la medida que Trump salga”. Y que gente extremadamente conservadora y neoliberal sea derrotada, tanto en América Latina, con los casos recientes de Bolivia y Chile, como en Estados Unidos con una derrota de Donald Trump.
Ante la pregunta de si pueden replicarse en Honduras esos movimientos que soplan en el sur, como la victoria del partido progresista en Bolivia y la victoria del pueblo de Chile en una consulta ciudadana, Eugenio piensa que “más allá de que puedan replicarse, podrían entusiasmarse. Así como entusiasmó todo el progresismo del Siglo XXI. Son luchas que animan a las fuerzas políticas, que están en esas líneas más progresistas y de izquierdas, le dan esperanza, optimismo y ánimo para trabajar. Y a un sector de la ciudadanía le puede generar ese ambiente”.
“Creo que la sociedad de Honduras está en un proceso de cambio. La sociedad ha madurado bastante. La ciudadanía quiere un cambio. Hay una fuerza social importante y política para el cambio. La pregunta es si esas fuerzas políticas, si llegaran al poder, van a tener la suficiente fuerza, en primer lugar, y en segundo, la inteligencia y sabiduría para impulsar un proceso de cambio en el país. Pero que existe una necesidad de un cambio es innegable”, confiesa.
¿El camino para que Honduras emerja de la corrupción, violencia y pobreza pasa por la vía de la transformación social o por la vía política?, se le consulta a Eugenio Sosa, quien responde que “la gente pone siempre esa dicotomía. Que el cambio sea o social o político. Le voy a decir una cosa: un movimiento social provoca la movilización de la calle y las protestas, causa y genera cambios, pero para hacer los cambios, en cualquier sociedad los hace el Estado. ¿Dígame dónde ha habido una revolución en la que no ha sido el Estado la que la ha hecho? Bolivia hizo los cambios que hizo porque estaba en el Estado Evo Morales y estaba el MAS (partido político) en el Estado”.
Eugenio agrega que entonces se necesita estar en el Estado. Y para eso se necesita llegar a las elecciones. “Hoy en día en América Latina es suicida creer que usted va a armar una guerrilla o un grupo revolucionario armado que va a provocar un cambio. Entonces va a llegar por la vía electoral. Por las urnas. Aún para derrotar a los golpistas, como se acaba de ver en Bolivia. Es por la vía electoral. Y Chile está intentándolo por ahí con la Constituyente”.
El sociólogo, del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de la Compañía de Jesús (ERIC-SJ), concluye que es inevitable un elemento para realizar un cambio profundo: “una fuerza política de izquierda que sea coherente seria, inteligente, y que se tome en serio el cambio, que se articule en los movimientos sociales y mantenga al pueblo activo. Participando de verdad y no de mentiritas. Para que en los momentos duros donde siempre hay reacciones oligárquicas conservadoras, el pueblo pueda, movilizado, detener los intentos de retroceso. Y si los paran, puedan retomar el camino del cambio como lo ha hecho Bolivia”.
