Por: Redacción CRITERIO.HN
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Tegucigalpa.-La pandemia del covid-19 avanza a paso agigantado en Honduras. En las últimas semanas se ha extendido a la zona rural, donde los centros de salud son más deficientes que los existentes en Tegucigalpa y San Pedro Sula, que ya estuvieron colapsados por la demanda de atenciones a causa de esa enfermedad. Fuentes médicas recomiendan la detección temprana del virus, pero la Secretaría de Salud se muestra incapaz para realizar todas las pruebas rápidas y pruebas PCR que se requieren en los pacientes.
Los médicos aseguran que para tener una idea clara de la expansión de la enfermedad es necesario que diariamente se realicen al menos de 2000 a 3000 pruebas PCR y que en las brigadas que andan en los barrios, también se efectúen las pruebas rápidas. Sin embargo, la propia ministra de Salud, Alba Flores, ha confirmado que el Laboratorio Nacional de Virología solo tiene capacidad de procesar entre 700 a 800 muestras diarias. Ella dice que en el sistema de salud hondureño los médicos no necesitan pruebas de laboratorio para diagnosticar porque la enfermedad se está detectando clínicamente.
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En las últimas semanas el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos (Sinager) ha reportado bajas en el número de personas contagiadas, pero no es por el desaparecimiento o merma del virus, sino por las dificultades que tiene el Laboratorio Nacional de Virología para procesar las pruebas PCR que a diario les envían desde diferentes regiones del país.
La jefa de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud, Karla Pavón, dijo recientemente que entre 5 mil y 6 mil pruebas PCR acumuladas en los últimos dos meses están pendientes de procesar en Tegucigalpa, porque el equipo de diagnóstico está en mal estado y que tampoco tiene los reactivos necesarios, situación que ocurre, en el momento en que el gobierno y la empresa privada hacen los ajustes necesarios para reabrir la economía. Ellos dicen que es necesario abrir los negocios para salvar al menos medio millón de puestos de trabajo que están en riesgo por la suspensión temporal de contratos.
En torno a la situación, el director de la Región Metropolitana de Salud, en Tegucigalpa, Harry BocK, ha manifestado que en la próxima semana le estarán entregando 60 pruebas PCR a cada uno de los seis centros de triaje instalados en la capital. Sin embargo, los equipos de diagnóstico del Laboratorio de Virología seguirán en mal estado y posiblemente, los reactivos tampoco llegarán para el procesamiento de esas muestras que se sumarán a las casi 6 mil pendientes de procesar.
El doctor Alcides Martínez, encargado de redes y servicios de salud, reconoció que al 19 de agosto, con 187 mil pruebas PCR realizadas, solo han testeado el 1.7 % de la población y que para tomar decisiones sobre la enfermedad se debe ampliar la cantidad de pruebas que se realizan diariamente.
Con respecto a la mora de pruebas sin procesar que reporta el Laboratorio de Virología, Martínez dijo, que el Laboratorio tiene la responsabilidad legal de procesar todas las pruebas y que no importa que lo hagan fuera de tiempo.
En otras palabras, para él el Laboratorio tiene que cumplir con su responsabilidad legal en cualquier momento sin importar que los pacientes se mueran sin saber que tuvieron Covid-19 o que sigan con su vida normal contagiando a su familia, a sus amigos o compañeros de trabajo. Eso indica, la razón por la que muchas personas siguen después de dos meses esperando los resultados de sus exámenes.
Ante tal situación, el presidente del Colegio de Microbiólogos, Marco Moncada, dijo que es necesario que las autoridades reparen el equipo del Laboratorio de Virología y que la Secretaría de Salud los abastezca de los reactivos para que se amplíe el procesamiento de las pruebas y elevar el número de resultados.
En el país solo hay dos laboratorios de virología instalados, uno en Tegucigalpa y otro en San Pedro Sula y juntos no tienen la capacidad ni de procesar 1000 muestras diarias, según informó a inicios de esta semana la jefa de Vigilancia Epidemiológica, Karla Pavón. Ella dijo que el equipo que mantienen en Tegucigalpa presenta fallas a cada momento y que tienen problemas hasta por las interrupciones del sistema eléctrico.
El problema tiene sus raíces en el robo descarado de los recursos asignados para el manejo de la pandemia por parte de los funcionarios del gobierno, que desde el inicio de la emergencia se dedicaron a la contratación de servicios y a la compra de insumos y equipos médicos con precios sobrevalorados y de mala calidad.
Tal es el caso de la adquisición mediante orden de compra directa 015-2020 de 250 mil pruebas PCR valoradas en 1 millón 875 mil dólares (46 millones de lempiras) con la empresa coreana, Bionner Corporación, las que además de haberlas recibido incompletas, las dejaron arruinar en las bodegas de la Secretaría de Salud, por falta de la temperatura adecuada.
El 21 de abril pasado, la empresa DHL hizo entrega de las primeras 100 mil pruebas PCR a la Secretaría de Salud y a Inversión Estratégica de Honduras (Invest-H), producto que de acuerdo a las anotaciones realizadas en la factura que presentó DHL, ya venía en mal estado, pero que las autoridades las recibieron, las dejaron almacenadas y no reportaron el problema. En el momento solo se conoció que las pruebas no estaban completas porque faltaban los kits de extracción necesarios para el procesamiento.
Días después, DHL también transportó las 150 mil pruebas PCR restantes, pero las autoridades nos las quisieron recibir porque presentaban el mismo problema, las dejaron en una bodega de DHL en Tegucigalpa y allí se terminaron de arruinar, informó Blanca Munguía, coordinadora de Transformemos Honduras, adscrita a la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ). Ella observó la entrega de las primeras 100 mil y reportó la irregularidad a la ASJ.
Munguía dijo que las pruebas PCR fueron transportadas con una temperatura de 3 grados centígrados y que lo recomendable era 20 grados bajo cero. Los kits de extracción hicieron falta en las 250 mil pruebas PCR lo que suponía un gasto extra para el Estado.
Brigadas a medias
A la situación se suma, que las autoridades sanitarias tampoco están haciendo las pruebas rápidas para la detección del virus en las personas que presentan síntomas y en los asintomáticos que han tenido relación con personas contagiadas. La Ministra de Salud, Alba Consuelo Flores, ha manifestado que su cuerpo de médicos le ha confirmado que eso ya no es urgente porque clínicamente pueden diagnosticarlo. Ella dice que no puede estarle haciendo pruebas a todas las personas, porque a cada paciente que es hospitalizado le practican entre 3 o 4.
En las últimas semanas en San Pedro Sula y Tegucigalpa el gobierno ha desplegado brigadas de médicos, enfermeras, militares y policías, con abundantes medicamentos, quienes visitan de casa en casa y les preguntan a las personas, si en algún momento han tenido algún síntoma de la enfermedad. Ellos no hacen las pruebas rápidas, pero a los que dicen haber sentido malestar, les entregan el tratamiento MAIZ, una propuesta de manejo de primera línea, desarrollada por el gobierno.
MAIZ, es un tratamiento para 10 días, compuesto por una mezcla de los medicamentos, Microdacyn, Azitromicina, Invermectina y Zinc. En el mercado tiene un costo de 1200 lempiras, que se muestran inalcanzables para muchas familias que durante cinco meses no han recibido ingresos por la emergencia. Este tratamiento ha sido muy publicitado por el gobierno, pero a juicio del cardiólogo, Francisco Zamora, no es cierto que en Honduras haya medicamento para el Covid -19.
“Yo le quiero decir a la población y a los médicos, no le podemos estar mintiendo a la gente diciendo que tal formula es antiviral, tenemos que ser honestos y claros. Se los digo a los colegas, no han reducido la mortalidad no, la Azitromicina, ni Hidrocicloxina, ni invermectina”, dijo el cardiólogo.
Sostuvo, que la gente no debe relajarse pensando en que tenemos un tratamiento para el Covid-19, porque “es mentira, no tenemos tratamiento ni la varita mágica para curar, lo que hay son soportes terapéuticos para ayudarles a las personas, pero la mortalidad es altísima y además la cura es costosísima”, afirmó. El galeno dijo, que algunos medicamentos que se utilizan para modular el sistema inmune bajan las defensas y que para combatir a otras bacterias atacan el sistema por lo que se deben utilizar antibióticos que también son caros.
Consideró que tomar maíz no significa que se sustituye la base fundamental del tratamiento que es el distanciamiento social y la cuarentena. Porque ese tratamiento solo es la oportunidad para evitar una progresión en los pacientes que inician la enfermedad. Mencionó, que el Interferón, que es el medicamento que se usa en Cuba y en China, si funciona.
La fiscal del Colegio Médico de Honduras, Ligia Ramos, también ha manifestado que en Honduras no hay cura para el Covid-19 y que tampoco se puede asegurar que el MAIZ funcione en todos los pacientes, porque el 20 % de los enfermos se complican aún con ese tratamiento.
No obstante, para el presidente de la Asociación de Médicos del Instituto Hondureño de Seguridad Social de la ciudad de San Pedro Sula, Carlos Umaña, MAIZ no es una cura mágica, pero la combinación de medicamentos le da la pelea al virus que provoca la formación de micro coágulos de sangre en todo el sistema. Umaña dice que esos medicamentos bajan la inflamación y la coagulación de la sangre y que, además, la Invermectina y la Azimetrocina provocan una disminución de la carga viral.
Datos reales de mortalidad
Con un total de entre 5 mil a 6 mil pruebas PCR sin procesar en el Laboratorio Nacional de Virología, el Sinager y la Secretaría de Salud contemplan que, al 20 de agosto, 1619 hondureños murieron a causa del Covid-19. Sin embargo, Jesús Morán, secretario de la Asociación de Funerarias, asegura que los muertos por esa enfermedad son 4,200. Y a su juicio, el gobierno estaría ocultando 2,581 defunciones.
El doctor Alcides Martínez, encargado de redes de Salud, niega que el gobierno esté ocultando a los muertos, pero admite que la cifra dada a conocer por Morán se acerca a la realidad. “Es una cifra parecida”, dijo el funcionario, explicando que la discrepancia está en que el gobierno utiliza dos términos para diferenciar los fallecimientos de las defunciones.
Como defunciones, ellos registran a las personas que mueren y que son declaradas públicamente cuando ya cuentan con la prueba PCR y como fallecimientos a los que murieron con sospechas, pero que todavía están pendientes de confirmar. “Nunca hemos negado que el número de fallecimientos es mayor al que podemos reportar”, dijo el doctor Martínez.
Argumentó, que para las funerarias es fácil llevar el conteo porque el único documento que utilizan es el certificado de defunción, pero que ellos, además de ese documento, también deben de documentar el caso con el expediente clínico y el resultado del laboratorio, que él dice que se demora entre 15 días, pero que en la realidad, es más. “Estamos teniendo un mayor número de muertos que los que debíamos haber esperado, pero no hay ánimo de ocultar muertos”, reiteró el galeno.
Sin embargo, el secretario de la Asociación de Funerarias objetó, que la Secretaría de Salud en las brigadas de casa en casa y en los centros asistenciales, diagnostica a los pacientes clínicamente por sintomatología y que no realiza las pruebas rápidas, entonces, “¿Por qué un médico no puede determinar que una persona muere o no por Covid-19?”, cuestionó. La pregunta queda en el aire y a la espera de la respuesta que pueda darle un funcionario del gobierno.
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Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas