Guerra de capitales y coronavirus

Guerra de capitales y coronavirus – ¿Y una infame realpolitik para resetear el orden mundial?

El mundo necesita sustituir el capitalismo especulativo ―cuya anunciada bancarrota está ya siendo admitida por los medios masivos como una recesión debida al virus― por la productividad física de mercancías. La recesión no se debe al virus…

restauración oligárquica fascista

Por: Mario Roberto Morales

El terrorismo mediático-financiero en torno al ―muy real y no ficticio― coronavirus es expresión de la pugna global entre el improductivo capital especulativo de Wall Street, la City de Londres, la banca Rothschild y Soros ―los cuales, por medido del terror al virus, pretenden que la gente apoye sus medidas financieras antipopulares― y el capital para la productividad física de mercancías, que busca acabar con la globalización financierista y con sus crisis periódicas ―las cuales no son sino repetidas estafas financieras por parte de ese 0.8 por ciento que es la oligarquía global― sustituyéndolas por una mundialización de la productividad concreta para crear riqueza material que sustente a la moneda; todo gracias a la labor manual de la clase trabajadora.

Esta es ya una necesidad de sobrevivencia global y no un planteo idealista ni utópico. De aquí que, por inaudito que parezca, Trump coincida con la propuesta china de acabar con la hegemonía del capital especulativo en aras de un capitalismo de productividad material. Y que por eso China y Rusia apoyen a Trump y no a los Obama-Clinton-Soros, tan ligados al complejo militar-industrial y a las guerras como formas de activar el mercado para sus armas. De aquí también la importancia mundial de la reelección o no de Trump. Y que se especule que Putin negoció ya con él el control político y militar de Ucrania a cambio del de Venezuela, lo cual sería una infame forma ―de realpolitik― de resetear el orden económico global y de repartirse la multipolaridad. Ojalá sea falso.

Por su parte, el financierismo especulativo está salvando a los bancos y no a sus víctimas. Esto se ve en Estados Unidos con las asignaciones millonarias del Estado a Wall Street vía Reserva Federal, y en países insignificantes, como Guatemala, con la estafa que el Legislativo y el Ejecutivo perpetran contra su pueblo mediante préstamos millonarios y exenciones de impuestos para la oligarquía financiera, todo en nombre de la lucha contra el coronavirus.

El mundo necesita sustituir el capitalismo especulativo ―cuya anunciada bancarrota está ya siendo admitida por los medios masivos como una recesión debida al virus― por la productividad física de mercancías. La recesión no se debe al virus, puesto que el financierismo especulativo del Sistema Transatlántico ―que perpetró la estafa global del 2008― estaba ya colapsado antes de él, y esta nueva recesión-estafa se había anunciado desde entonces.

No nos dejemos timar otra vez, ahora por medio del terrorismo mediático-financiero que nos confina y aplasta con escenarios apocalípticos dizque debidos al virus. Evidenciemos a esas minorías que buscan manejarnos usando medios masivos que ―ante la capacidad y la acción críticas― no son más que frágiles y vulgares tigres de papel.

  • Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
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