El proceso electoral

La incertidumbre se apodera de las elecciones en Honduras

La tensión surge por la reelección y un sistema electoral poco confiable. Pronósticos reservados ubican a Nasralla y a Hernández como los favoritos

Por: Emy Padilla

redaccion@criterio.hn

Tegucigalpa.-Honduras se enfrenta este domingo a un proceso electoral incierto ya que de momento nadie ha mostrado tener  “una varita mágica” que puede descifrar los resultados.

Indudablemente factores como la reelección presidencial y la conformación de una alianza, están pesando en los pronósticos de los comicios, en este país centroamericano donde históricamente ha  gobernado el bipartidismo.

De momento ningún analista político se atreve a vaticinar resultados de una elección en la que participan diez partidos políticos y nueve candidatos presidenciales y en la que están convocados 6, 046,873 electores. En lo único que hay coincidencia y vaticinios es en que el proceso será muy concurrido.

Esta es la primera vez que en Honduras se presenta una candidatura pro reelección y es la del actual presidente, Juan Hernández, en representación del conservador Partido Nacional, y es la primera vez también, que se conforma una alianza, la Alianza de Oposición contra la Dictadura, integrada en marzo pasado por el partido de corte progresista, Libertad y Refundación (Libre) y el centro-derecha, Partido Innovación y Unidad-Social Demócrata (PINU-SD).

La perplejidad es tan grande que los analistas políticos hondureños consideran que el proceso podría estar muy reñido y con un margen pequeño que podría provocar la inaceptación de los perdedores, derivado de la poca confiabilidad con la que ha venido operando el Tribunal Supremo Electoral (TSE).

elecciones en Honduras

Hasta el momento los únicos que tienen certeza absoluta del triunfo son los tres principales contendientes: el presidente, Juan Hernández;  el candidato de la Alianza Opositora, Salvador Nasralla y el candidato del Partido Liberal, Luis Zelaya.

Aunque nadie lo diga abiertamente, la mayoría de los politólogos sugieren, de acuerdo a sus análisis, que la justa será entre el presidente Juan Hernández y Salvador Nasralla, con mayor ventaja para este último, porque estaría arrastrando el voto joven e independiente.

TERCERÍA-LA MONEDA ESTÁ EN EL AIRE

La mayoría de los analistas no han querido decir de su viva voz cuáles son las dos fuerzas políticas que se disputarán el triunfo y en su defecto han colocado una tercería, a través del candidato del derechista Partido Liberal, Luis Zelaya.

En ese contexto se ubica el analista Raúl Pineda Alvarado, que considera que hay tres candidatos con posibilidad de triunfo que son: Juan Hernández, del Partido Nacional; Salvador Nasralla, de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura y Luis Zelaya, del Partido Liberal.

De momento, según el analista, las posibilidades son abiertas y favorables para los tres candidatos, pero con una tendencia modesta en que “el ganador va a estar entre Salvador Nasralla y Juan Orlando Hernández”.

A juicio de Pineda Alvarado, a Hernández lo acompaña únicamente parte del voto duro del Partido Nacional porque hay otro sector que se opone a la reelección porque es ilegal. Este caudal podría convertir a Hernández nuevamente en el presidente de Honduras, en caso que la oposición y los independientes no salgan a votar.

El proceso electoral, que en Honduras dura diez horas, será ganado por quien tiene la capacidad logística o por quien tiene la popularidad. En ese sentido amplió que la logística la tiene el presidente Hernández porque es quien tiene la mayor cantidad de dinero y la popularidad la tiene el sentimiento del “fuera JOH”, que es una expresión de rechazo al proceso de reelección del presidente, Juan Hernández.

Pineda Alvarado  dijo que ha visto encuestas privadas en las que Salvador Nasralla le gana a Juan Hernández, y encuestas que han sido publicadas en los medios de comunicación en las que el gobernante le gana al candidato de la Alianza Opositora.

En el caso del Liberal Luis Zelaya apuntó que tiene la ventaja de poder captar el voto oculto, que corresponde a la clase media y de militantes del Partido Nacional, que están en contra de la reelección. “Lo que es difícil es saber cuánto es ese porcentaje y si ese porcentaje puede definir  una elección”, acotó.

ABSTENCIÓN

En el marco del proceso electoral la abstención representa un elemento favorable para el proyecto reeleccionista del presidente, Juan Hernández, ya que es rechazado por la mayoría de los hondureños.

Para el sociólogo, Eugenio Sosa, al presidente Hernández le conviene que haya abstención y es por eso que su gobierno y hasta el propio Tribunal Supremo Electoral ha emprendido en una campaña de miedo y terror.

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Hernández teme que las personas que nunca votan salgan a ejercer el sufragio este día, concluyó Sosa, quien goza de alta credibilidad en la academia y en los sectores sociales.

La campaña del gobernante, quien tiene el acompañamiento de las iglesias católica y evangélica, grupos empresariales, medios de comunicación, y por supuesto los recursos del Estado para gastar a manos llenas en estrategias mediáticas, emprendió en las dos últimas semanas una campaña feroz en contra de Salvador Nasralla y el expresidente Manuel Zelaya Rosales, derrocado por un golpe de Estado en el 2009 y actual coordinador de la Alianza.

Hernández utilizó a las fuerzas de seguridad del Estado y mediante una campaña de falsos positivos acusó a Nasralla de tener acuerdos con las maras y pandillas para desestabilizar supuestamente el proceso electoral. Para desarrollar esta estrategia mandó a las calles a 35,000 elementos, entre policías y militares, a quienes les delegó la tarea de dar seguridad en el marco de las elecciones.

En virtud de que la campaña fue cuestionada por la oposición en ciertos medios de comunicación y a través de las redes sociales, Hernández recurrió a un segundo escenario y fue el de ligar a la Alianza de Oposición con el gobierno venezolano, para sembrar el componente ideológico a la contienda y enfocar su discurso entre el bien y el mal.

Para esta estrategia contó con el apoyo del exsubsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de los Estados Unidos, Otto Reich y del presidente de la Fundación Arcadia el venezolano, Robert Carmona, ambas figuras de la ultraderecha internacional y aliados del Partido Nacional de Honduras, que acusaron al gobierno de Nicolás Maduro de infiltrar a 145 ciudadanos venezolanas como observadores del proceso electoral para sembrar el caos hoy domingo.

Esta segunda estrategia fue desvirtuada por los venezolanos, que en su mayoría afirmó tener seis años de residir en Honduras.

REELECCIÓN PRESIDENCIAL

La reelección presidencial no es permitida por la Constitución de Honduras. Sin embargo el presidente, Juan Hernández, sustenta su proyecto continuista en un fallo de la Corte Suprema de Justicia que declaró inaplicables el segundo párrafo del artículo 239 y numeral 5 del artículo 42 de la Carta Magna, que prohíben la reelección y que sólo pueden ser modificados o derogados, mediante un plebiscito o una Asamblea Nacional Constituyente.

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Ante esta violación, representantes de la sociedad organizada, abogados constitucionalistas  y políticos de la oposición presentaron en su momento sendos escritos ante la el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Corte Suprema de Justicia para parar la ilegal candidatura de Hernández, pero sus exigencias no tuvieron eco.

La queja fue planteada también ante la jerarquía castrense para pedirles que cumplan con su mandato constitucional de garantizar la alternancia en el poder, que establece el artículo 272 de la Carta Magna.

Hasta el momento, los militares no se han pronunciado al respecto y se han limitado a decir que son una  institución apolítica, obediente y no deliberante, contrario al rol que jugaron en el 2009 cuando procedieron a capturar y  expatriar al expresidente, Manuel Zelaya, porque la justicia hondureña supuso que se quería quedar en el poder.

PROCESO ATÍPICO

El proceso electoral de Honduras ha sido atípico hasta en el tema del marketing electoral, ya que contrario a otras elecciones, en esta oportunidad no se observó banderas en vehículos o en casas o stikers o pegatinas en los vehículos automotores, que  identifiquen la simpatía electoral de manera abierta.

Los hondureños tampoco han contado con encuestas de empresas que antes se creían serias u objetivas, lo que marca aún más la incertidumbre. Sin embargo los sondeos políticos han sido suplantados por las redes sociales, que aunque sólo el 28 % de los hondureños tiene acceso, se ha convertido en un medio de expresión donde los ciudadanos han manifestado sus simpatías políticas.

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El problema de las redes sociales es que es un mecanismo poco confiable, de hecho quienes obtienen resultados a su favor maximizan las tendencias y quienes salen desfavorecidos, las desacreditan.

Hasta el momento se siento un ambiente de calma, pero combinado con la tensión que podría generar el inicio del conteo de los votos que definirá quién será el quincuagésimo sexto presidente constitucional de Honduras.

  • Me encanta desafiar el poder y escudriñar lo oculto para encender las luces en la oscuridad y mostrar la realidad. Desde ese escenario realizo el periodismo junto a un extraordinario equipo que conforma el medio de comunicación referente de Honduras para el mundo Ver todas las entradas

3 respuestas

  1. Mucho cuidado, en la mayoría de las mesas de la escuela John F. Kennedy, de la colonia Kennedy, no hay sellos de verificación y algunos activistas de JOH están exigiéndole a la población votante que no lo hagan público.

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