Por: Arturo Rendón Pineda
Año con año, vemos a funcionarios del Gobierno, oficiales, militares y muchos de sus acólitos, celebrando el día consagrado a “La Capitana del Ejercito” con los ojos cerrados en gesto de profunda devoción, mostrando sus lenguas para recibir la eucaristía impartida por relevantes miembros de la cofradía que los respalda en comunión de ideales poco honorables. Siempre que en algún acto público les toca dirigirse a la concurrencia, estos apóstoles de la simulación vienen plagados de citas bíblicas ya que son miembros de una “muy piadosa” comunidad hipócrita que ha venido funcionando desde tiempos remotos.
Las religiones en general, históricamente se han dejado manipular en función de intereses de los poderosos que nada tienen que ver con las enseñanzas de Cristo y mucho menos con los intereses del pueblo. Por años vienen utilizando la actitud planificada de conjuntar sus conductas extremistas con toda una legión de inquisidores escogidos para someter al pueblo con la represión, la tortura y la violencia brutal para conseguir sus propósitos como en tiempos de Fray Tomas de Torquemada famoso juez del “Santo Oficio” símbolo de la intransigencia del “catolicismo cristiano”.
Aquí cabe preguntar:¿de qué Dios nos están hablando estos “cristianos”? ¿Es que acaso son discípulos practicantes de la experiencia de Jesús?, de la ternura por los humildes y su compasión por los pobres?…. ese Dios al que fingidamente dicen adorar, jamás les aprobaría ser cómplices de los que saquean el erario público, roban y matan y se hacen los indiferentes ante los actos de corrupción—y sobre todo– toleran la impunidad de los que con sus acciones desprecian la vida matando a sus semejantes.
¿No estarán estos señores de beatifico semblante a quienes Jesucristo llamo “sepulcros blanqueados” manipulando el nombre de Dios?, pecando obstinadamente contra el segundo mandamiento para dar sello de legitimidad a las acciones criminales donde se exterminan inocentes y se violan a granel las leyes de la República?.
Los ídolos humanos asi como ese tipo de estatuas construidos por el hombre con yeso, cemento y frecuentemente con tallas de madera que describe Isaias 44:9-20, tienen un denominador común con aquellos que los adoran—¡son insensibles!—y como los vampiros, necesitan sangre ajena para sentirse vivos, de ahí el peligro que representan estos falsos adoradores para Honduras y los hondureños, porque creen ciegamente en sus propias alucinaciones religiosas y también políticas.
No es fácil para un ciudadano común que aún se orienta por la verdad y por la justicia, tener que tragar día tras día las caras de corruptos y mentirosos que aparecen en las portadas de los principales medios, o ver en la televisión y en los reputados diarios, la cara de algunos políticos reconocidamente corruptos o de animadores de programas de imbecilización colectiva que pasan a los espectadores la idea de que lo que en verdad cuenta no es la vida corriente sino el mundo del espectáculo.
La paz que éstos tales pregonan, es absurdo pretender mantenerla por la fuerza de las armas, y mucho menos, con golpes hipócritas de pecho en las iglesias… se logra propiciando la justicia y además; con la mano abierta, no para repartir golpes al pueblo que exige se le haga justicia, sino para expresar saludos fraternos con la mente abierta al diálogo sincero.
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Tengo algunos años de experiencia y me encanta practicar el periodismo incómodo que toque los tinglados del poder, buscando cambios en la forma de gobernar y procurar el combate a la corrupción, develando lo que el poder siempre quiere ocultar. Ver todas las entradas
2 respuestas
La verdad más clara no puede estar, religiosos y políticos farsantes e hipócritas, especialmente los que están de turno, roban y asesinan al pueblo y los religiosos callados, claro la mayoría viven son de don dinero.
Que tremendo pensamiento. Esta bien dicho todo eso ahi puesto q tristemente es la realidad q dia a dia yeva al pueblo a la pobresa y lo unde aun mas en la miseria